Artesanas de Ñuble advierten mejoras en sus ventas en medio de la pandemia
OFICIO. Pese a situación adversa, relatan que personas se inclinan por tradicionales productos.
Con más de 30 años en el oficio, Mónica Venegas, alfarera de Quinchamalí, comentó que la pandemia le ha significado un duro revés en el aspecto comercial. Eso sí, destacó que a través de gestiones llevadas a cabo por el Consejo de la Cultura, como alfareras han logrado repuntar y advertir mejorías en sus ventas durante el presente, considerando, según añadió que entre septiembre y marzo se sitúa el período más beneficioso para su labor, debido a la demanda que reciben.
Mónica Venegas, respecto a las afectaciones percibidas por el covid y sus consecuencias, relató que "hemos luchado porque esto no se pierda, porque se difunda, porque siga la tradición, pero lo que nos ha tocado con la pandemia es algo muy drástico, porque vivimos de nuestras ventas, participamos en ferias, necesitamos de las tiendas, de las instituciones que nos compran nuestra alfarería, lo que este año ha mermado mucho, bastante, diría que casi el 99% de nuestras actividades", dijo.
La destacada alfarera ñublensina mencionó que desde septiembre se ha logrado retomar la actividad en la que oficia. Precisó que diferentes organizaciones gubernamentales, privadas y de comercio, las han contactado con motivo de reactivación, precisamente con el fin de insertarlas en el mundo digital. "Estábamos en agonía porque dependíamos de nuestras ventas, era todo muy dificultoso. Nos organizamos para efectivamente empezar con venta electrónica, no había de otra manera, no podíamos salir de las casas ni ir a otras casas a vender nuestro trabajo. Gracias al Consejo de la Cultura y otros particulares se ha estado reactivando en la medida de lo posible. Ha sido complicado y difícil y hemos necesitado de la ayuda nuestros hijos para entrar en este mundo, si bien manejamos un teléfono lo hacemos para comunicarlo, y no para las redes sociales, que es algo que se lleva hoy", dijo la productora local.
Además, las alfareras de la región podrán participar este 14 de noviembre en una feria organizada por el Consejo de la Cultura de manera en línea, donde se exhibirán los pasos de proceso de alfarería, a través de videos. "Se va a mostrar en nuestros puestos, se van a mostrar las piezas y se hará una venta en línea, y el envío de las piezas será gratis gracias a la gestión del consejo", precisó.
Trabajos en mimbre
Desde San Ignacio, Marisol Lagos lleva cerca de cuatro años trabajando en mimbre, realizando principalmente canastos, arreglos de sillones, reparación de canastos, entre otras labores. Su tradición es familiar, junto a sus padres. Según relató la ñublensina, trabajar en pandemia, en particular para ella, no ha significado una afectación tan significativa, pues sus clientes apelan al factor de nostalgia que sus productos emanan.
"La gente, en general, tiene esos recuerdos de los canastos antiguos, de las casas de sus abuelos, mamás, y quiere volver a verlos. Entonces cuando los ve, le da un ataque de nostalgia o recuerdos y compran los canastos (…) La temporada alta es ahora, en noviembre y diciembre, los pedidos la verdad han aumentado mucho", dijo. A ello agregó que quienes suelen comprar sus trabajos en mimbre no responden a un tramo etario. "Entre 30 a 40 años, hay gente de 20 años, la verdad es que no hay un rango, llegan jóvenes que ven que en las casas de sus padres había un canasto de mimbre, y lo quieren comprar, a veces llegan porque quieren conservar sus cosas", sostuvo la artesana de San Ignacio.
En cuanto a volcarse a la digitalización y comercial por plataformas virtuales. Marisol Lagos explicó que aún no se realizan ventas por dicha vía, puesto que aún se mantiene la tradición del pedido en personas y por contactos de clientes. Según el relato de la artesana de la región, la tradición familiar es por su padre y madre, aun cuando ambos ya no realizan profusamente el oficio, por lo cual ella ha tomado hoy dichas enseñanzas.
"La gente, en general, tiene esos recuerdos de los canastos antiguos, de las casas de sus abuelos. Cuando los ve, le da un ataque de nostalgia".
Marisol Lagos, Mimbre
Denominación de origen
Mónica Venegas, alfarera de oficio hace más de 30 años en Quinchamalí, a través del Ministerio de Economía, fue nominada y seleccionada dentro de las tres mujeres a nivel nacional para elegir a la 'mujer ícono' por denominación de origen. La alfarera representará a la región y zona sur.
La alfarera comentó que la votación se puede hacer ingresando a la página del Ministerio de EConomía, a través de Inapi. Su labor la realiza junto a otras alfareras de Quinchamalí hace décadas, y con el afán de mantener viva la tradición, explicó que através de gestiones con Consejo de la CUltura, han hecho promoción.