Después de la pandemia
Hoy en Chile hay cerca de 9 mil casos activos y mientras aumentan los esfuerzos para terminar con el covid-19, es indudable que esta pandemia cambió para siempre nuestra forma de vivir.
Durante estos largos meses hemos aprendido a apreciar áreas de nuestro hogar que antes eran subutilizadas y muchas personas han tomado medidas para mejorar la calidad del aire. Han aprendido a aprovechar, por ejemplo, la luz al máximo, a ventilar y a sacarle el máximo provecho a sus aires acondicionados o incluso apostar por purificadores.
Y la tendencia es bastante clara: en los "nuevos" hogares post pandemia habrá menos productos contaminantes, se dispondrá de más espacio abiertos como balcones, terrazas o patios y se sacará más provecho a las características purificadoras de algunas plantas.
En edificios el panorama será similar, ya que volveremos a tipologías similares a las de inicios del siglo XX, potenciando la salubridad mediante espacios que mejoraban la ventilación e iluminación.
Se habla incluso de modelos de "ciudades autosuficientes", que concretan en poca distancia un modelo que permite vivir, trabajar y descansar en el entorno de la vivienda, permitiendo enfrentar otras emergencias sanitarias de mejor manera.
La necesidad de mejorar la calidad del aire interior, de tener espacios abiertos y usar todas las herramientas tecnológicas a nuestro favor toman la delantera, y ya nuevos proyectos buscan aprender de lo sucedido.
Milena Santos Romay
Sobre los 2/3
Algunos sectores han planteado que los dos tercios deben ser aplicados una vez que la Convención haya redactado la totalidad del nuevo texto constitucional. De ser así, sería contrario a la actual tramitación legislativa donde la ley se aprueba artículo por artículo. Pero incluso más importante que eso, qué sentido tendría que los convencionales constituyentes se abocaran a la redacción de la nueva Carta, conformen comisiones de trabajo, generen consensos y redacten el articulado, para que al final, una eventual minoría no este de acuerdo con el texto propuesto, ¿qué incentivo habría para llegar a acuerdos en la redacción de la nueva Constitución?
Desde luego esta será una materia a definir en el reglamento de funcionamiento que deberá aprobar la Convención, sin embargo, resulta evidente que el recorrido de todo este itinerario, primero con el estallido social, luego con el acuerdo del 15 de Noviembre y el posterior trabajo que realizó la Mesa Técnica que tuve el honor de integrar, lo que buscaba era avanzar hacia la convergencia, hacia la promoción de acuerdos entre los integrantes del órgano constituyente, entendiendo que el horizonte final es proponer al país una Constitución nacida en democracia, donde sea la ciudadanía mediante voto obligatorio la que apruebe la totalidad del texto elaborado por la Convención. Lo contrario, no solo distorsiona el sentido de todo lo ocurrido, si no que le otorga poder de veto a una minoría que es precisamente uno de los elementos que impulsaron la idea de una nueva Constitución para el país.
Emilio Oñate Vera, UCEM
Escaños reservados
Hay aspectos interesantes de Nueva Zelandia, país que ha manejado bien la relación con los pueblos indígenas: en el Parlamento unicameral, de un total de 120 escaños hay 7 reservados para los Maoríes (16,5% de la población). Por otra parte, Nueva Zelandia no está entre los 23 países -entre ellos Chile - que ratificaron el Convenio N°169 de la ONU sobre Pueblos Indígenas sino entre los más de 150 que no lo hicieron.
José Luis Hernández Vidal
Falta de líderes
Las contradictorias posturas sobre temas políticos relevantes, incluso al interior de un mismo partido, ya se ha hecho costumbre en nuestro país, lo que deja en evidencia la falta de buenos líderes, es decir personas capaces de motivar a otros respecto de los métodos a seguir para lograr objetivos que en general son compartidos por todos.
Parece conveniente entonces recordar lo señalado por el expresidente y general de EE.UU. Dwight Eisenhower, en el sentido que "La cualidad suprema del liderazgo es la integridad".
En consecuencia, me atrevo a creer que bastaría la emergencia de alguna figura pública de probadas cualidades morales percibidas por la mayoría, tales como rectitud, honradez y consecuencia, para, sin la necesidad de nada más, poder aunar a un amplio sector de nuestra sociedad tras los métodos adecuados para lograr el bien común. Aunque me queda la duda si esto ocurrirá antes de que los no líderes políticos actuales completen la destrucción de nuestro país.
Enrique Alvayay