Walterio Alejandro Millar Castillo, seudónimos Wam y Millard (Yungay 1899 - Santiago 1978), ilustrador, caricaturista e historiador. Hijo de Miguel Millar y Clementina Castillo Hernández. Estudió en la Escuela N° 1 de Yungay y en el Liceo de Hombres de Chillán (hoy Narciso Tondreau). Casado en primeras nupcias en 1925, con María Dalmati Salas, quien estudió pintura en la Escuela de Bellas Artes, con quien tuvo tres hijos: María Elena, Alicia y Walterio Millar Dalmati. En 1972, contrajo segundas nupcias, con Ester Canales Torres, sin descendencia.
Millar nació en Yungay, localidad ubicada en la precordillera de los Andes, al sureste de la región de Ñuble. Fue allí, donde él conoció a su amigo Armando Lira Sepúlveda, cuya amistad sería relevante a lo largo de su existencia, fue con él que publicó en su pueblo, en 1915, cuando eran unos adolescentes, su primera revista estudiantil, llamada "El Colegial", iniciativa que marcaría sus inicios vinculados al periodismo y al dibujo. Ambos jóvenes, se lanzaron a la aventura de hacer esa revista, edición artesanal con ilustraciones realizadas con clichés de madera, de la cual ningún archivo o biblioteca cuenta con un ejemplar hoy día, lamentablemente para la historia regional. La misma hazaña la realizarían en las Humanidades, durante su permanencia en el Liceo de Chillán. Allí crearon la revista "Ratos Ilustrados", a la cual enviaba Neftalí Reyes, sus colaboraciones desde Temuco y de la cual conocemos algunos números.
Millar, ya adulto, trabajó en la Universidad de Chile y en el Museo Histórico Nacional, entre otros trabajos para numerosos diarios y revistas nacionales. Fue autor de algunos libros, entre los que sobresale la Historia de Chile Ilustrada, con la cual se alcanza la proeza de más de setenta ediciones desde 1929 hasta nuestros días. Considerada una obra clásica y didáctica, este texto, representa para muchos historiadores, el primer libro de Historia de Chile de sus bibliotecas infantiles, el cual ha inspirado numerosas vocaciones de los niños de ayer. En este texto, Millar colocó las páginas de la historia, ilustrada con sus dibujos, que había practicado en varias revistas y diarios chilenos. Con una página en la que en su mitad superior instalaba la ilustración y en la mitad inferior el texto descriptivo, encontró la fórmula perfecta de un aprendizaje por asociación. Fuimos muchos los niños y jóvenes estudiantes a quién solo nos bastó observar el dibujo para recordar el contenido de la lección histórica. El efecto visual era imborrable. Por generaciones nos enseñó la Historia de Chile a su estilo y nos despertó el amor patrio y la admiración por tantos actores de nuestra historia nacional.
Para Millar la Historia era un elemento imprescindible de la Cultura. A la pregunta: ¿Para qué sirve la Historia?, que le hicieran en una entrevista, respondió: "Para dar el mejor barniz cultural a la gente. Quien no sabe Historia no tiene cultura", acotó.
La cultura popular chilena se ha nutrido con estas páginas. Este libro de la Historia de Chile Ilustrada de Walterio Millar, ya es un clásico chileno.
Alicia Romero Historiadora