De regresar a Fase 1 el 50% de los gastronómicos cerrarían
ECONOMÍA. Voceros afirman que daños serían "catastróficos", empleos se verían afectados y espacios como el mercado persa dejaría sin ingresos a 600 personas.
Las recientes declaraciones emitidas por el intendente de Ñuble , Cristóbal Jardua, quien manifestó que "vemos que la comunidad está perdiendo el temor, cada vez estamos más cerca de una cuarentena, que es algo que no queremos", estremecieron las esperanzas del sector económico de la intercomuna de Chillán y Chillán Viejo que se viene preparando para la mejor época de movimiento comercial del año: La Navidad.
Los efectos que han dejado 9 meses de la pandemia del coronavirus son evidentes y pensar en regresar a fase 1 o cuarentena total sería para el sector gastronómico y de la entretención de Chillán fatales, de acuerdo a lo manifestado por Rodrigo González, presidente de Gayen, Asociación de la Gastronomía y Entretención.
"Derechamente es un llamado a cerrar el 50% de los negocios hoy en día", ya que la no posibilidad de abrir los locales en el verano "destruye al menos el 50% de nuestro gremio de inmediato".
Para él comerciante de la entretención el hecho de olvidarse del verano "sería horrible, nuestra gente está muy angustiada y preocupada, porque volver a fase 1 nos significa a nosotros que tengamos 2 ó 3 semanas más de paralización, que podría llegar hasta un mes máximo, lo que se traduce en 3 meses más y eso hace que nos olvidemos del verano".
Entre las soluciones está la posibilidad de flexibilizar las medidas en la fase 2 para poder trabajar, "pero el problema derechamente ha sido la gente, siguen los contagios, la gente sigue en la calle y con eso muchos problemas". Para González hay voluntad del gobierno para regresar a trabajar.
La mirada de Alejandro Lama, presidente de la Cámara de Comercio de Chillán, no difiere mucho de la óptica de González, ya que manifestó que "hay una enorme preocupación en nuestro gremio, de hecho muchos socios nos llaman y nos manifiestan esa inquietud porque viene diciembre, que es un mes importante en la gestión de los comercios, es muy esperado y es el que muchas veces cambia el resultado final de fin de año".
Para Lama el momento que describe el sector está acompañado por "sombras, nubes grises donde eventualmente pudiéramos entrar a fase 1, no hace más que complicar el pésimo escenario económico que están pasando la mayoría de los comercios, en diferentes rubros".
Acotó que toda máxima tiene su excepción, en este caso "hay comercios como las ferreterías, los supermercados que no les ha ido mal, pero son muchos los que la están pasando mal".
Desde la comuna de Chillán Viejo el presidente de la Cámara de Comercio, Mario de La Fuente catalogó que de consolidarse el retroceso de fase en el Plan Paso a Paso " sería bien complicado y catastrófico para el comercio, porque volver a una cuarentena sería retroceder a algo que habíamos dejado atrás y no volver a experimentarlo".
Si las autoridades sanitarias nacionales deciden tomando en cuenta los indicadores epidemiológicos, que la intercomuna eche un paso atrás " para el comercio es muy complicado sobre todo para el comercio del área gastronómica que ya viene desde hace muchos meses complicado".
El calendario es un factor que se suma a la realidad y que es oxigeno natural de la economía "ya que las temporadas de la Pascua y el Año Nuevo son para el comercio importantísimos a afectos de sus ventas, entonces esto pone un drama extra a todo el comercio que en este minuto está abierto y funcionando", agregó el vocero.
El gremialista destacó que "todos queremos disfrutar de las fiestas de fin de año, pero con una cuarentena encima va a hacer complicado".
Pero rescató que este sería un escenario merecido "porque hay que entender que es lo que nos hemos ganado, por no tener la responsabilidad suficiente para convivir el día a día junto a la pandemia que tenemos encima".
Más desempleos
Al menos una 600 personas que laboran de manera informal en el Mercado Persa "Monterrico " en Chillán dejaría de percibir sus ingresos semanales por la venta de abarrotes, verduras y mercadería, según lo manifestado por la administradora del predio, Ana Quintero.
Retroceder de fase para Quintero se traduce en "cerrar el Persa, porque los dueños no tienen el giro para poder sacar salvaconducto. Cerrar el persa es dejar entre 500 a 600 familias sin trabajar", números a los cuales se suman los usuarios que acuden a este espacio para rendir sus ingresos económicos.
La administradora del espacio del comercio informal, comento que "desde octubre estamos trabajando jueves y viernes, y atendemos a la gente que tiene los recursos más escasos, porque hay mucha gente que aún tiene con que parar la olla, pero no son los que van al Persa".
En tanto que el comedor solidario funcionó hasta agosto de 2020.