"El impulso unitario sólo por ganar es probadamente sinónimo de gobiernos mediocres"
El político admite que le dolió que desecharan su opción como candidato a constituyente, siente desesperanza cuando lee posiciones maximalistas sobre la Constitución, defiende el TC y cree que habrá una primera vuelta presidencial concurrida.
Militante desde la época universitaria en la Democracia Cristiana (DC), cuando fue elegido como el nuevo integrante del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) en 2019, el abogado Jorge Burgos tuvo que renunciar a la militancia por exigencias del cargo. En su larga carrera política, ha cumplido diversas funciones que van desde subsecretario en más de una cartera, o embajador, pasando por diputado (entre 2002 y 2014) hasta ministro de Defensa y también del Interior. Le hubiera gustado también ser un convencional en la próxima Convención Constitucional. Sin embargo, su candidatura fue finalmente desestimada. Hubo incluso una carta de militantes DC que rechazaban la posibilidad de que Burgos fuera candidato independiente a constituyente en la lista de la Falange.
Burgos mantiene buenas relaciones con el actual gobierno y, por su experiencia en temas sobre cómo funciona o debiera funcionar Carabineros, forma parte de instancias preocupadas de ese tema (como el Consejo para la reforma a Carabineros y otro grupo similar en el Senado). También tiene incidencia mediante sus columnas en periódicos o su participación en programas televisivos.
No se arrepiente de su labor en los gobiernos de la Concertación y cree que aún falta para que se decanten los nombres presidenciales. Tiene esperanzas en el proceso constituyente y considera que el objetivo fundamental es que se logre redactar una Constitución que permita el reencuentro de los chilenos. Piensa que hay aspectos de la actual Constitución que deben mantenerse, pero otros, como el régimen de gobierno o la estructura de los derechos sociales, pueden estar abiertos al debate.
-¿Considera que el proceso constituyente significó una esperanza de solución o sólo un paréntesis en el proceso de crisis institucional que estábamos viviendo desde el estallido social?
-Como tantos, tengo la esperanza que el debate para tener una nueva Constitución concluya en un texto que permita profundizar nuestra democracia, contribuya a una mayor justicia y nos permita recuperar el crecimiento económico. Por cierto, esa esperanza suele nublarse cuando uno lee posiciones maximalistas y amenazantes.
-¿De qué depende que el proceso constituyente vaya por buen camino?
-De muchos factores, entre ellos, de la voluntad de los convencionales y los partidos políticos de buscar acuerdos, los que por cierto requieren de generosidad, cesiones mutuas. Sin aquella actitud todo será complejo.
-¿Cuál cree que será la mayor preocupación de país este verano: a) cómo hacer frente al rebrote de la pandemia; b) quiénes integrarán la Convención Constituyente; c) qué hacer sin Festival de Viña; d) qué medidas tomar ante la crisis económica; d) todas las anteriores?
-Todas son importantes, salvo la c. Obligado a tomar una, elijo la a: la salud es lo primero, decía mi madre.
-Como integrante del Tricel debió renunciar a la DC por exigencias del cargo. ¿Cuál es su relación actual con el partido?
-Sigo siendo DC, "con libreta o sin libreta", también decía mi madre.
-¿Le dolió que un grupo de militantes emitiera una carta para que no fuera candidato apoyado por la DC para la Convención Constitucional?
-Sí me dolió, pero paso rápido. A otra cosa, mariposa.
-Finalmente no fue candidato. ¿Le hubiera gustado ser convencional?
-Sí, y mucho. Pero no se pudo.
-¿Qué le parece que congresistas en ejercicio renuncien al Congreso para ser candidatos?
-Me parece válido y legítimo. Se someten a la voluntad ciudadana y no reclaman ningún privilegio. Es más, realizan un acto de renuncia.
-¿Y qué opina del uso y a veces abuso de la noción de "independiente" para presentarse a la Convención? Hay muchos ex militantes ahora independientes.
-Me parece bien que se presenten independientes. Es cierto que algunos han devenido en independientes, más por pragmatismo que por convicción, pero hay otros que genuinamente lo son.
-¿Cuáles piensa que serán los objetivos ideales que podría alcanzar al Convención Constitucional y considera que pueden efectivamente lograrse?
-El principal objetivo es que se logre una Constitución que permita el reencuentro, que no marque una opción ideológica cerrada, que sea un instrumento jurídico que controle al poder, que permita gobernar a quienes sean elegidos para esa gran tarea.
-Hubo un momento en que los alcaldes tuvieron una gran consideración, ahora hay cuestionamientos, incluso judiciales, de varios. ¿Tienen ventajas los alcaldes?
-Los alcaldes tienen la ventaja de tener muy cerca, y cotidianamente, las aspiraciones de la gente. Algunos lo hacen bien;
burgos cree que el nombre de josé antonio kast estará en la papeleta de la presidencial.
"Estoy orgulloso
de haber sido parte, actor de reparto,
de los mejores años de la República.
Está la vara alta
para los futuros gobernantes".
otros, no. Se lo digo con nombres: Carolina Leitao en Peñalolén, Claudio Castro en Renca, Germán Codina en Puente Alto, me parecen muy buenos ejemplos de servicio.
-¿Es usted de los que se arrepiente de los años de la Concertación?
-Estoy orgulloso de haber sido parte, actor de reparto, de los mejores años de la República. Está la vara alta para los futuros gobernantes.
-Cumplió muchas funciones: diputado, ministro, embajador. ¿Hubo alguna que le gustó más?
-En primer lugar, soy un agradecido de las oportunidades que tuve. El servicio público es un gran lugar para realizarse. Si tuviera que elegir una función, digo la de diputado: para un abogado, trabajar tan directamente en la formación de la ley es una gran cosa. De todas guardo grandes recuerdos y experiencias.
-Mirando a lo que viene en el diseño constitucional: ¿hay aspectos que considera que no deberían alterarse? Por ejemplo, la autonomía del Banco Central.
-Por cierto, un Banco Central autónomo es muy importante y quitarle esa característica sería un grave retroceso. Muchas otras instituciones de la actual Constitución fueron un aporte y hay que perseverar en ellas: la elección presidencial con segunda vuelta, el Recurso de Protección como acción constitucional, para mencionar u par de ejemplos.
-¿Y la iniciativa exclusiva del Ejecutivo respecto del gasto, que viene de antes?
-Me parece que es bueno mantenerla. Efectivamente, viene de antes del texto de 1980. Ahora, quizás pueda morigerarse en algo, por ejemplo, que el Ejecutivo deba responder fundadamente al Congreso cuando se trata de una iniciativa parlamentaria que importe gasto. Pero la esencia de la institución, hay que mantenerla.
-¿Cree que se pasó a llevar esto con los retiros de fondos de AFP?
-En mi opinión, sí, en el primer retiro. En todo caso, lo más grave es el perjuicio para los futuros pensionados, del que nos debemos hacer cargo con urgencia.
-¿Y qué le parece el Tribunal Constitucional: debería continuar?, ¿tal como está o con modificaciones?
-Sí, el Tribunal Constitucional debe existir, sería un grave error suprimirlo. Los países crean órganos constitucionales, no los suprimen. Creo que el control preventivo, el número de miembros y el sistema de nombramientos, son aspectos que deben ser debatidos.
-¿Le gusta el parlamentarismo de facto?
-Nada, los atajos son malos y de efectos muy negativos.
-¿Y el parlamentarismo en regla?
-Puede ser un punto de debate de cómo transitamos a un régimen menos presidencia. Pero sería bueno, en ese caso, revisar el sistema electoral que tenemos, el que tiende al exceso de partidos políticos, situación bien compleja para un sistema semiparlamentario.
-¿Cómo cree que deberían regularse los derechos sociales en la nueva Constitución?
-Los pondría al día, los establecería con sujeción a las capacidades del Estado, no crearía falsas expectativas como lo suelen hacer constituciones retóricas, por ejemplo, la chavista que asegura derechos plenos y, en la práctica, nadie los tiene.
-Si pudiera proponer una norma o idea central para la nueva Constitución, ¿cuál sería?
-La dignidad del hombre y la mujer es sagrada y constituye deber de todas las autoridades del Estado su respeto.
-Considerando que faltan 10 meses para la elección presidencial, ¿es apresurado preocuparse de los candidatos?
-Más que apresurado, es inevitable. Más todavía si no hay quién se vislumbre como alguien indiscutible en sus opciones.
-¿Qué le parece la proliferación de nombres por lado y lado?, ¿cuándo debería empezar a decantarse?
-Esto es consecuencia de lo anterior. El descreme va llegar en las eventuales primarias del 4 de julio, pero tendremos una primera vuelta concurrida.
-¿En qué sector piensa que podrá darse la unidad para esa elección?, ¿es la unidad requisito indispensable y podría afectar si son partidos muy disímiles?
-No creo que la unidad total sea indispensable. Prefiero la claridad en los programas de gobierno, nitidez de propósitos y no el impulso unitario sólo por ganar. Eso es probadamente sinónimo de gobiernos mediocres. Ni la derecha, que se ve más unida, llevará carta única, pues José Antonio Kast es probable que figure en el voto de primera vuelta.
-¿Qué le parece la opción de Paula Narváez, que empieza a figurar en las encuestas?
-Sin duda que es una buena noticia para la centroizquierda, pues refresca las opciones y permite una primaria más amplia.
-¿Todo debiese resolverse en una primaria en la oposición?
-Creo que a los menos habrá tres primarias: una en la derecha, otra en la centroizquierda y una entre el candidato del PC y sus partidos aliados.
-¿Cree que Lavín y Jadue terminarán siendo los nombres en disputa?
-Espero que no. La foto de hoy dice eso, pero falta mucho todavía para certificarlo.
"Puede ser un punto de debate cómo transitamos a un régimen menos presidencial. Pero sería bueno, en ese caso, revisar el sistema electoral que tenemos, el que tiende al exceso de partidos políticos, situación bien compleja para un sistema semiparlamentario".