Poesía y ejercicios para no dejar la mente en blanco
"Manual de entrenamiento metafísico del ejército femenino" (Agua rosa) de Natalia Berbelagua combina ilustraciones y textos que pueden leerse como instrucciones físicas o poemas.
La escritora busca inspiración en las ferias de las pulgas. En una, compró un manual de entrenamiento militar.
El 24 de junio del año pasado, en el clímax del encierro pandémico, un correo electrónico le llegó a poquitos colegas de Natalia Berbelagua (1985), joven y prolífica escritora con 7 libros a la fecha. Llevaba un archivo PDF adjunto, también una escueta y relajada introducción en el cuerpo del mail, que copiamos a continuación: "Les mando esta plaquette virtual que acabo de sacar como regalo o suplicio de cuarentena (de acuerdo a cómo se mire, jaja). Si alguien además se anima a escribir algo o lo que se les ocurra, bienvenido sea en estos tiempos extraños. Un abrazo desde el Litoral central".
El PDF era un manual escaneado, por el tipo de papel, se infería que había sido impreso en otra época. Tenía varios recuadros con una mujer, una gimnasta, haciendo intensos ejercicios, además de algunas anotaciones de la escritora que intervenían esos recuadros. Era una primera versión de "Manual de entrenamiento metafísico del ejército femenino" (Agua Rosa), que hoy es publicado en formato papel, en una versión bastante distinta a la que circuló en el correo.
En cada página "Manual de entrenamiento metafísico del ejército femenino" hay un par de recuadros de la gimnasta y algunas líneas debajo (generalmente 8 ó 7), que podrían leerse como instrucciones para realizar ejercicios físicos y así sobrevivir al desamor, hacer dieta y tratar de limpiar la mente. O como poemas, que a su vez tienen una progresión narrativa mientras avanza el libro. Es un texto inclasificable y llamativo, de una autora que torció su destino.
Hace un par de años, Natalia Berbelagua fue publicada por Emecé tras varios libros en editoriales independientes (entre los que destacan el porteño "Valporno" y el diario "Domingo"), coronando una década intensa con la novela autobiográfica "Hija natural". Parecía que ese era el camino a seguir, en una gran editorial y en el gran género literario. Pero no. Natalia decidió editar a continuación un particular "Manual de autobiografía" (2020), que era efectivamente un manual pero también un relato de experiencias parasicológicas. Un libro autoeditado, que por su aspecto se notaba que no estaba hecho por alguna editorial. Un libro único.
"Manual de entrenamiento metafísico del ejército femenino" es otro libro más raro todavía. Raro como el encuentro que da inicio al libro: "En la feria de las pulgas encontré un manual del ejército de los años ochenta. Era un manual de ejercicio para mujeres de ciertos rangos etarios. Yo compré el de mi rango etario. Siempre me encuentro materiales en la calle, trabajo mucho con eso. Con lo que va apareciendo".
-¿Qué te llamó la atención del manual que encontraste en la feria de las pulgas?
-Que el diseño era horrible. Las mujeres que estaban dibujadas en la portada estaban muy mal hechas. Y se veían muy enojadas, con los puños apretados, con las cejas hacia dentro, con mucha rabia. No sé si fue una 'pelá de cable' del diseñador que contrataron o era un mal artista.
-¿Qué te interesa del término "manual", que lo volviste a ocupar en el título?
-En el "Manual de autobiografía" fue precisamente la construcción de un manual. Trabajar desde la experiencia y convertirla en un método presentado de forma ordenada. Con los pasos para que alguien pudiera trabajar con eso por su cuenta; ese fue el objetivo principal. En "Manual de entrenamiento metafísico del ejército femenino" es la destrucción del manual, la deconstrucción a nivel poético, porque lo único que tendría como manual el libro es la repetición del ejercicio, de tratar de repetir una métrica. Me interesa que los manuales siempre tienen un narrador encubierto. Son muy pocos los manuales que he leído en que el narrador o creador sale, excepto los que sacaba Banderas con "Usted no lo diga".
-¿Cuál fue la métrica?
-Es una métrica libre, es la marca de la voz, de la lectura en voz alta, cuántas palabras vienen por frase para mí. En ese sentido el libro es muy narrativo. Cada frase sería cuánto te demoras en hacer una abdominal.
-Hoy se hace mucho ejercicio en casa.
-Traté de comprar una elíptica por meses. Conseguí una usada en Viña. Acá tengo un vecino que sus caminatas son de 5 metros durante una hora, pese a que hay campo. Es igual que un león enjaulado. ¿En qué pensará ese hombre? No sabemos.
-¿En qué género de la poesía o la prosa definirías la escritura de este libro?
-No sé si lo definiría en un género, quizá no existe el género para el libro, pero sí creo en el choque de dos lenguajes distintos: el lenguaje de la protagonista, que vendría siendo un lenguaje poético, y por otro lado, el lenguaje que le impone el ejército, que podría ser mucho más que el ejército mismo, podría ser un colegio de monjas, un internado, el lenguaje institucional. Es un libro totalmente híbrido.
La mente en blanco
-En tus páginas, cada vez que se hace un ejercicio no deja fuera el pensamiento. ¿Será posible mantener limpia la mente?
-Es una de las principales utopías de la meditación o de cualquier tipo de actividad que te trate de sacar de la rutina por medio de otra rutina, porque para todo hay que cumplir ciertos pasos. Mientras vivía en el sur, sin ruido afuera, el ruido interior seguía de todas formas. Sobre todo en pandemia, el ruido interior es brutal. En el Chile que vivimos hoy es prácticamente un sueño la mente en blanco.
-¿A qué te refieres con ruido interior?
-Todas esas voces que no sabes a quién pertenecen. No puedo identificarlas conmigo misma, me aparecen frases en actividades mecánicas, haciendo el aseo. Parecen de una mujer antigua, de otra época. También cuando uno se las da de coach de sí mismo, o el juez que uno tiene adentro, que te interroga.
-¿A qué asocias tú lo militar?
-Rigidez, el patriarcado en su máximo esplendor, es el padre. Si lo llevara a lo literario sería el género literario.
-A veces tus líneas tienen salidas muy excéntricas.
-La escritura de este último libro partió de la irracionalidad. Me hizo darme cuenta de las rutinas, la neurosis, la alucinación, en estos momentos tan raros.
Lo que le da la calle
-¿Qué has encontrado últimamente en la calle?
-He salido un par de veces. Fui a la feria de las pulgas y compré una máquina impulsivamente pese a que tenía una. Es la máquina de escribir de un ex cónsul honorario que vive en Valparaíso. Venía con hojas tipeadas, con su membrete, con palabras que les había escrito a su hijo o a su nieto. Era, curiosamente, dentista, cosa que averigüé después. Ahora estoy recopilando los antecedentes, tratando de completar el puzzle. Haré un corto documental con eso.
-El motivo de la venganza aparece desde tu debut, en "Valporno", y vuelve en "Manual de entrenamiento metafísico". ¿De qué se quiere vengar Natalia Berbelagua?
-No sé, no lo tengo tan asumido. Sí me he visto en algunas dinámicas. "Hija natural" participa de una venganza solapada tal vez con mi padre o con mi familia paterna. Por ahí, en esta figura de ser hijo, viene esta especie de extrapolación del padre a los límites, a lo marcial, el tema de la imposición. Al no tener esa imposición anhelas esa imposición para derrocarla.
-¿Crees que seguirá ese motivo en tu escritura?
-Hace poco escribí un cuento en que la crítica literaria empieza a abrir un juzgado de un crimen literario donde se encuentran culpables a escritores jóvenes por no cumplir ciertos parámetros. Hay una venganza literaria yo creo, con la academia.
-¿Cómo te ha ido en esa segunda parte de la pandemia?
-Fue buena esta segunda parte. Llegamos a vivir a Algarrobo, más hacia el campo. He sido creativa, me puse los pilas, también la he vivido con ene ansiedad, con algo de agorafobia. He estado haciendo hartos collages, hartos ensamblajes, tengo casi listo el próximo libro, tengo que entregar la beca de creación literaria que me gané. No me trató tan mal.
-Los talleres virtuales que realizas, ¿cómo han vivido la pandemia?
-Con grupos muy diversos, con mucha gente al principio, ahora menos. Ahora estoy en el taller de narrativa erótica que fue con la necesidad personal para descubrir qué significa el deseo ahora. En el encierro, el erotismo, lo sensual y lo pornográfico ha pasado a otro plano.
-¿Te imaginas rompiendo más barreras literarias?
-Hago lo que me sale nomás, no tengo el asunto planificado, ya no estoy haciendo carrera. Si pensara en eso este libro es una estupidez, es un libro muy difícil de vender, es un híbrido que tiene humor negro muy crudo. Pero sí el libro que viene es lo más interesante que he hecho hasta el momento. Es un libro de psicoficción, ciencia ficción sicológica en relación a la destrucción porteña y la destrucción del lenguaje. Lo vengo trabajando desde que viví en Valpo.
Manual de entrenamiento metafísico del ejército femenino
Natalia Berbelagua
Agua Rosa
48 páginas
$10 mil
Por Cristóbal Gaete
"Sobre todo en pandemia, el ruido interior es brutal. En el Chile que vivimos hoy es prácticamente un sueño la mente en blanco".
"Acá tengo un vecino que sus caminatas son de 5 metros durante una hora, pese a que hay campo. Es igual que un león enjaulado. ¿En qué pensará ese hombre? No sabemos".
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"Hago lo que me sale nomás, no tengo el asunto planificado, ya no estoy haciendo carrera. Si pensara en eso este libro es una estupidez, es un libro muy difícil de vender".
Benjamín Pérez K.