Mujeres relatan sus diferentes roles en los 12 meses de la pandemia
8-M. Cuentan cómo han cambiado y evolucionado su participación en plena crisis sanitaria.
Este lunes se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Uno que se enmarca dentro de la pandemia, crisis sanitaria que ha traído consecuencias físicas y mentales para muchas mujeres, que han visto cómo incrementaron sus trabajos tanto remunerados como los que no, muchas quedaron cesantes, pero no desocupadas, asumiendo el cuidado de sus hogares, hijos, vecinos y comunidades.
Así lo evidencian mujeres ñublensinas de diferentes áreas.
Para Sarah Espinoza, enfermera supervisora (s) de Unidad de Paciente Crítico Adulto del Hospital Clínico Herminda Martín es un orgullo trabajar en grupo. "En el equipo de la Unidad de Paciente Crítico Adulto, sin restar el mérito a los varones que lo componen pues siempre hemos trabajado muy unidos sin diferenciaciones de género, se ha notado la fuerza de mujer, el compromiso de mis colegas, técnicos, auxiliares y médicos, que asumen sus funciones laborales y las compatibilizan de la mejor forma posible para cumplir con sus otros roles: mamá, esposa, pareja, hija", expresó.
"Por ese motivo, estoy orgullosa de ser mujer y de hacer equipo con muchas otras, que en esta pandemia integraron la primera línea, esa que se ocupa de cuidar a quienes enferman graves de covid-19, haciéndolo con el mismo profesionalismo y vocación de siempre, dejando lo mejor de ellas, en la sala del Hospital y asumiendo sus funciones con optimismo y aguante", añadió.
Marcela Zapata, profesora de Música en el Colegio Tecnológico Darío Salas de Chillán Viejo, este año ha sido agotador, pero demuestra su resiliencia como mujer. "Me encantaría que me siguieran una semana para ver mi día a día, respondiendo WhatsApp, correos, llamadas, quehaceres del hogar, darle atención a mi hijo, a los apoderados y a los alumnos. Es triste, porque muchos no valoran todo el esfuerzo que hacemos las docentes. Como mujeres nos caracterizamos por ser fuertes y a prueba de catástrofe, pero nuestra sociedad está al debe con la paridad, hay días donde pienso no puedo más, pero soy mujer y siempre pensamos "hay que seguir", dijo.
Para Cecilia Henríquez, presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, su rol ha significado trabajar unidas por el bien común. "La mayoría de las dirigentes somos mujeres, hemos cumplido un rol importante para poder trabajar en ayuda de nuestros vecinos, ser solidarias, como mujeres tenemos más corazón, sin desmerecer a los hombres, tenemos más paciencia, más llegada hacia los pobladores, en especial con los adultos mayores. Hemos colaborado para poder entregar las ayudas a quienes lo necesitan y eso ha sido puro trabajo entre mujeres", indicó.
En Unión Femenina El Casino de Quillón, fundación que se dedica entregar apoyo a mujeres víctimas de violencia, la cual ha aumentado en esta época, su presidenta, Susana Concha, contó que "en nuestra comuna varias quedaron sin trabajo, otras no podían trabajar porque no estaban los colegios ni los jardines abiertos, por eso comenzaron a presentar síntomas de depresión y a limitarse. Como fundación trabajamos con una psicóloga de Chillán que les brinda orientación, para que reciban sus terapias. Estamos trabajando con talleres de inteligencia emocional para mujeres del sector más rural, porque nosotras cumplimos muchos roles, pero olvidamos que somos mujeres individuales, y solo trabajando en nosotras podremos cumplir los demás roles de la mejor manera".
Más oportunidades
En Prodemu, la pandemia ha sido una instancia para extender redes y empoderar a las mujeres. "Buscamos que cada una de las mujeres que intervenimos sea segura de sí misma, logrando esto ellas pueden lograr emprender en lo que desean. En abril nos reinventamos y comenzamos a trabajar con 3 mil mujeres, de manera online, ampliando nuestra cobertura en la región. Sacamos lo mejor de esta instancia y esto ha significado tener mujeres de todas las provincias en un taller. Nos hemos dedicado a que puedan entender que las mujeres necesitan redes entre ellas, apoyándose y escuchándose", expresó María Cecilia Varas, directora regional.
Elia Aravena, artesana y emprendedora de El Carmen, recibió el año pasado el sello "Manos Campesinas" de Indap, reinventando su giro cada vez que lo necesitó. "Partí haciendo tejidos, cambié a la venta de mermeladas, me instalé con un taller de tejido y hasta habilité mi casa para recibir huéspedes como Airbnb, me asesoré con lo que hubo disponible para poder seguir trabajando, no puedo esperar que me llegue todo a la casa por eso mi rol fue tomar las riendas y buscar la forma de poder sustentarme", comentó la artesana de 65 años.