Masivo Vía Crucis en Jerusalén, mientras el mundo conmemora en "modo pandemia"
VIERNES SANTO. La muerte de Jesucristo fue recordada por los fieles de todo el planeta. La procesión por "tierra santa" fue muy concurrida, mientras que Filipinas suspendió las recreaciones de la crucifixión por el avance del covid-19.
Un Vía Crucis sin peregrinos de otros países, pero muy concurrido, reactivó ayer las calles de Jerusalén, que fue el epicentro de la conmemoración del Viernes Santo, el segundo que los creyentes del mundo celebran bajo el signo del covid-19.
La ciudad permaneció casi desierta desde el inicio de la emergencia sanitaria y, si bien vivió una fiesta atípica, el avance de la vacunación en Israel le dio tintes prepandémicos.
Cientos de personas se concentraron en la ciudadela, sobre todo fieles palestinos, religiosos de las comunidades católicas y residentes de nacionalidad extranjera.
Juntos siguieron los pasos del calvario de Jesús, desde la iglesia de la Flagelación, que señala donde Cristo fue condenado, hasta la basílica del Santo Sepulcro, donde la tradición indica que fue sepultado tras la crucifixión.
La procesión fue encabezada por un grupo de franciscanos, seguidos por cientos de fieles que pararon en cada una de las catorce estaciones de la Vía Dolorosa.
Detrás de ellos avanzó un gran grupo de fieles palestinos, quienes rezaron en árabe y portaron dos grandes cruces de madera.
Durante todo el recorrido estuvieron acompañados por policías israelíes, que facilitaron su circulación con múltiples enrejados. Detrás de las vallas se amontonaron residentes musulmanes y decenas de turistas israelíes, que aprovecharon las vacaciones de la pascua judía (Pésaj) para observar la ceremonia.
La campaña de vacunación israelí, que alcanzó a más del 50% de la población y que ha permitido la reapertura casi total de la economía, explicó la gran afluencia, que contrastó con la gris ceremonia de 2020, cuando solo cuatro franciscanos realizaron el recorrido.
Restricción global
En Filipinas, las procesiones de penitentes y las recreaciones de la crucifixión fueron canceladas otra vez. El país se encuentra en el punto más grave de la pandemia, con 139.000 casos activos y un balance de 13.303 muertos.
En Roma, el papa Francisco compartió con quienes acudieron a vacunarse al Vaticano. Posteriormente, celebró una misa en la basílica de San Pedro, durante la cual estuvo tendido en el piso orando por varios minutos. Al final del día, encabezó el Vía Crucis, que se efectuó nuevamente en la Plaza de San Pedro y no en el Coliseo.