Andrés Mass Olate
Desde que irrumpió el coronavirus, se ha instalado la premisa que la batalla para derrotar la enfermedad se gana en el día a día, no en los hospitales. Sin embargo, una parte de la ciudadanía se ha acostumbrado a incumplir protocolos y no respetar medidas, lo que se ha traducido en lo que va del 2021 en un incremento importante de casos.
Ñuble no escapa a esa lamentable tendencia, contabilizándose 23.553 casos y 429 decesos. Chillán lidera los contagios con 10.037 y en segundo lugar se encuentra San Carlos que totaliza 2.514. Abigail Muñoz, es oriunda de la capital de Punilla, estudió enfermería en la Universidad del Bío- Bío, y el 2010 partió a Santiago donde trabajó en el Hospital San Juan de Dios por cinco años, para volver a su ciudad natal, donde desde su inauguración hace cinco años y medio, se desempeña como Enfermera Supervisora de la Unidad de Pacientes Críticos (que reúne pacientes UTI y UCI), teniendo a su cargo alrededor de 72 funcionarios entre enfermeras, kinesiólogos, técnicos en enfermería.
A poco más de un año desde que el coronavirus está presente en el país, cuenta cómo ha sido la experiencia de convivir a diario entre la vida, destacando lo duro que ha sido enfrentar la enfermedad dentro de la UPC del hospital sancarlino.
"La muerte por covid es muy solitaria, porque la familia no puede estar presente, ya que está en cuarentena en sus hogares o lejos por lo que a veces no alcanzan a llegar, por lo que al salir de acá con la funeraria se van directo al cementerio", enfatizó Muñoz, quien reconoce que el covid-19 ha sido lo más duro que ha tocado enfrentar tanto en lo profesional como en lo humano.
"En mis poco más de 10 años de trabajo, nunca había visto tanta gente morir como hasta ahora, tantas personas salir en malas condiciones después de estar con ventilación mecánica, a los que le queda un largo camino por recuperarse y volver a ser los que eran antes. Todo esto te genera una sensación de mucha impotencia, de frustración, ya que como equipo médico y de enfermería no podemos hacer nada por nuestros pacientes. Hemos llorado junto a las familias a través de las videollamadas, cuando se despiden de sus seres queridos nos dan las gracias, pero nosotros quedamos con la sensación que no pudimos hacer nada. Es algo muy triste, muy agobiante", remarcó Muñoz, quien valoró que tanto desde el hospital como del Servicio de Salud Ñuble han recibido ayuda en términos psicológicos.
Cuidarse
Madre de dos hijos de 3 y 6 años, la enfermera sancarlina vive también con su madre adulto mayor. Independiente de su vocación por atender a sus pacientes, el aspecto familiar es uno de los que más le preocupa en medio de la pandemia, por lo que toma todos los resguardos posibles para evitar contagiar a sus seres queridos.
"Todos los que trabajamos en salud, tenemos una familia detrás. En mi caso, dos hijos y mi mamá adulto mayor. Por lo cual siempre está la preocupación de mantener la distancia, usar la mascarilla en el lugar de trabajo, aseo recurrente de todas las superficies, el lavado de manos. No tocarse la cara, los ojos , usar antiparras, y al término de la jornada laboral guardamos nuestra ropa, y si nos tenemos que llevar algo a la casa lo hacemos en bolsa cerradas y se lavan aparte", detalló, no obstante las precauciones personales, hace un llamado a la comunidad a cuidarse, pues es algo fundamental para poder contener el coronavirus.
"En ocasiones la frustración es mayor porque trabajamos tanto, nos cuidamos y la población no pone de su parte. La comunidad debe respetar siempre las medidas de protección personal, y cumplir los confinamientos que se imponen. Entre todos tenemos que parar esto, un eslabón que esté débil en la cadena, corta todo el trabajo del resto, pues va a llegar un momento que la capacidad de respuesta en los centros de salud no va a ser suficiente", reflexionó con preocupación.