"La transformación en Luis Miguel adulto fue todo un proceso que duró meses"
El protagonista de la ficción cuenta que hasta la dificultad para maquillarse y los kilos que tuvo que recuperar en esta ocasión.
Diego Boneta dice que la segunda parte de "Luis Miguel, la serie", es lo más difícil, pero también lo más desafiante y "padre" que le ha tocado en toda su carrera.
La producción este domingo comenzará a transmitir su nueva temporada en Netflix y el actor tras el ídolo de la canción revela que mostrará la transformación del Luis Miguel joven en el adulto, con más oscuridad que luz, con más problemas que certezas.
-¿Cuál es tu balance actoral luego de estos tres años de encarnar a Luis Miguel?
-Pues el balance realmente con esta temporada fue, primero, en la preparación, que partió con crear a dos personajes distintos, porque Luis Miguel está dos líneas de tiempo: una en el pasado y otra en el presente. Para mí era súper importante que se sintiera como dos personajes distintos, con una diferente corporalidad, una diferente voz, gestos, tics distintos, calibrar cómo va cambiando.
-¿Qué veremos ahora?
-A lo largo de la temporada veremos cómo el joven se va convirtiendo en adulto y eso fue, a nivel actoral, el mayor reto. Fue un reto mucho más grande que el de la primera temporada, sobre todo cuando a nivel práctico te toca salir en un día de dos personajes. El lado de los prostéticos (N. de la R: maquillaje prostético, que utiliza látex en base a técnicas de escultura, moldeado y yeso) y la transformación en Luis Miguel adulto fue todo un proceso que duró meses, muchísimas pruebas, un gran equipo detrás. La persona que creó este maquillaje es alguien con quien trabajé en "Terminator", que es una persona que se llama Bill Corso que es un ganador por maquillaje FX (N. de la R.: maquillaje con efectos especiales). Trabajó de la mano junto a un equipo mexicano, encabezado por Tigre Mora, para lograr esta caracterización. Fue muy "padre" el trabajo que se hizo en equipo, junto con Tigre, junto con Bill, para poder lograr esta transformación. Es mi primera vez como actor, trabajando con prostéticos y es súper complicado, es un trabajo de gran precisión, es un arte. Esta ha sido una de las cosas más diferentes y más padre de esta segunda temporada.
"no es una imitación"
Boneta explica que la mayor complejidad de poder encarnar al personaje en lo emocional fue lo "lo sicológico, porque este no es un trabajo de imitación, este es un trabajo donde te toca meterte en los lados más complejos que no has vivido, meterte en la imaginación y en los zapatos, para convertirte en el personaje, tratar de vivirlo lo más cercano y real posible. Yo creo que eso fue lo más difícil, sobre todo porque hay ciertos momentos tan oscuros y duros, tan complejos; y también meterte a todo y profundamente, sin miedos, poder contar esas escenas con la mayor verdad posible".
"Hay bastante oscuridad en la vida del personaje pero hay luminosidad, por ejemplo, en la relación con su hermano Álex", afirma el actor mexicano.
-¿Cómo fuiste armando esta relación filial con el actor Juan Pablo Zurita?
-Yo creo que es de las pocas relaciones, por lo pronto en estos capítulos, que no es tan pesada, tan fuerte. Y Juanpa es alguien muy especial, hay mucho del trabajo que hicimos la primera temporada y nos conocemos a un nivel personal. Esa complicidad se puede transmitir mucho en pantalla.
"salirse del personaje"
Diego Boneta explica, sin embargo, que "se ve a un Luis Miguel más humano en el sentido de que ya no siempre es la víctima o el ingenuo. Aquí lo ves cometer errores, empatizas con él y luego entras en conflicto de si lo que hizo estuvo bien o mal. Es lo que a mí me gusta de estos personajes, esta onda de antihéroe que hace que sea mucho más divertido a la hora de filmar".
Aparte del reto de encarnar a Luis Miguel, Boneta es uno de los productores de la serie junto con el propio cantante.
Es por eso que su nivel de compromiso y búsqueda de precisión a la hora de darle vida a su personaje lo han dejado satisfecho, pero ha generado que sea complicado el desprenderse de su interpretación en su vida diaria.
"Cuando estoy interpretándolo sí (es difícil soltar el personaje). Me absorbe tanto que sin darme cuenta pasa totalmente. Ahora estoy haciendo un trabajo consciente de separación, de cambio de piel porque han sido cuatro años y medio en esto", reconoce.
De hecho, ahora que tendrá tiempo libre, considera que "lo más sano" es usarlo para "reencontrarse" consigo mismo.
El mejor maestro
La segunda temporada corre en medio de dos líneas de tiempo paralelas.
Por un lado se observa a un Luis Miguel de los años noventa, joven y lleno de dudas sobre el paradero de su madre, mientras que a la par corre la historia del artista maduro, seguro de su carrera, pero lleno de vacíos personales que se mezclan con el éxito y el deterioro de su salud.
A lo largo de la historia se podrá ver que el éxito que vivió Luis Miguel en su carrera parece ser proporcional a la cantidad de dificultades que tuvo que enfrentar, mostrando también sus relaciones amorosas fallidas o sus errores como padre, así como su creciente ego.
Para poder empatizar con el famoso cantante, el mejor maestro de Boneta fue el propio Luis Miguel. Al igual que en la primera temporada, el actor volvió a compartir tiempo con el intérprete y según explica aprovecho cada minuto de ese momento.
"Fue increíble poder contar con él durante esto (...) haberme sentado con él fue algo a lo que le saque muchísimo jugo, pero fueron los escritores los que más platicaron con él porque la primera temporada estuvo basada en un libro y la segunda no, entonces tocó hacer una investigación muy detallada", asegura.
Cambios corporales
Estas dos etapas obligaron a Boneta a llevar una preparación física específica en cada una de ellas para poder interpretar al cantante.
"En la primera temporada tuve que bajar 12 kilos y en esta tuve que subir como casi diez porque tenía que salir como él en el año 2000 y poder interpretarlo como en los años 90. Por donde le veas este es un proyecto que demanda mucho como artista. Ha sido una locura, es el proyecto más demandante que he hecho en mi vida", confiesa.
Eso se constata con el trabajo que Boneta también realizó como cantante al rehacer con mucha precisión la música de Luis Miguel, quien es considerado como una de las voces más prodigiosas del país.
"Otro lado dificilísimo fue cantar las canciones porque es un cantante virtuoso con una voz única. Nada más hay un Luis Miguel, hice mi mayor esfuerzo para acercarme lo más posible", narra y cuenta que trabajó con más confianza en esta segunda temporada junto a Kiko Cibrián, responsable de algunos de los éxitos originales de Luis Miguel.
Además, el actor explica que todo lo que componen las canciones fue rehecho de forma artesanal, situación que no lo deja de sorprender.
Sobre la etapa favorita de Luis Miguel, Boneta elige su juventud, pero valora la madurez del cantante por las enseñanzas que le ha traído tanto a nivel personal como profesional: "Es más divertido salir de joven porque no es tan oscuro, pero el reto y lo más difícil es de grande y te absorbe más energía".
"Este es un trabajo donde te toca meterte en los lados más complejos que no has vivido, meterte en la imaginación y en los zapatos para convertirte en el personaje".