Alfredo Castro vuelve a los cines en la premiada cinta "Blanco en Blanco"
ESTRENO. El actor encarna a un fotógrafo que viaja a una desolada zona de Tierra del Fuego a comienzos del siglo XX.
Amelia Carvallo
La última cinta protagonizada por el actor nacional Alfredo Castro, "Blanco en blanco", trae el intérprete encarnando a Pedro, un fotógrafo de comienzos del siglo XX que recala en Tierra del Fuego para hacer las fotos del matrimonio de un poderoso hacendado inglés con una niña de catorce años. Un entorno en el que el protagonista conoce el castigo y debe sobrevivir en un ambiente masculino y hostil, enmarcado en el genocidio selknam.
La película es del director chileno español Theo Court y su estreno, para el cual ya se pueden comprar entradas en Punto Play de Punto Ticket, es este sábado 29 de mayo a las 21:00 horas. La producción se rodó previo a la pandemia y el elenco reunió a figuras españolas, chilenas y alemanas, con nombres como Lola Rubio, Lars Rudolph, Alejandro Goic, Ignacio Ceruti, David Pantaleón y Esther Vega.
Archipiélagos
Filmada en el archipiélago austral chileno a temperaturas de 18° C bajo cero, y terminada de rodar en la española reserva del volcán Teide de las Islas Canarias, la cinta ha recolectado premios en muchos festivales de cine como los de Venecia, La Habana, Tolouse, Rotterdam, Minsk, Gijón y Feroz de España.
Desde un brumoso Santiago, como acota por teléfono, Alfredo Castro cuenta que conoció a Theo Court hace muchos años, en Valdivia, con ocasión del festival de cine de la ciudad donde este director presentó "Ocaso", su película anterior. "Me encanta como filma Theo, me parece un tipo de una sensibilidad extraordinaria", puntualiza el actor. "Es un cine especial el que a él le gusta y el que hace, tiene un tiempo del relato muy especial. Filma desde la distancia, es algo súper interesante en sus resultados, al revés de muchos directores con los que he trabajado, Theo filma desde lejos. Recuerdo que hubo algunas escenas en las que incluso puso la cámara fuera de la casa donde se rodaba, filmó a través de una ventana", explica.
Durante el rodaje hubo una escena que lo tenía intranquilo. Era la golpiza que sufre su personaje y que el actor enfrentaba con cierto recelo. "Estuve muy pendiente de cómo sería la filmación de esa violencia y él me dijo que pondría la cámara arriba de un montículo, lejos de la escena. Después dijo que se acercaría y haríamos una filmación de la pelea de cerca. Y eso me gustó mucho de su forma de filmar".
-Filmó adoptando toda la horizontalidad del paisaje de la pampa además, ¿no?
-Sí, Theo se unifica con el paisaje y su vastedad, esa enormidad de la Patagonia donde el horizonte no es plano sino que se curva, eso él lo imprime también en su forma de filmar.
-¿Cómo fue el rodaje?
-Pleno de dificultades por lo que impone la naturaleza en ese lugar pero, son justamente esos paisajes los que aportan mucho al carácter de la película.
UN VIAJE
Castro cuenta que algo que le gustó mucho fue la experiencia que sufre su personaje. "La de un tipo que va a un acto laboral y termina sucumbiendo a un mundo de hombres colonizadores, de machos colonialistas y patriarcales, y cómo, finalmente, buscando la belleza termina fotografiando la muerte".
Por cierto, para encarnar a este pionero de la fotografía el actor tuvo clases de fotografía de cajón y se adentró en los misteriosos procesos de revelado de los primeros fotógrafos. "Tomar una fotografía en esa época demoraba muchos minutos. Piensa tú en las fotos que hizo Charcot de las histéricas en la Salpêtrière, dobladas en dos, con sus ataques y sus parálisis… uno piensa que esas fotos eran un clic y listo, pero no.
-Pedro es otro personaje más para tu colección de roles freaks
-Sí, es un freak que apunta a algo bien emocional. En su perversión él no pasa al acto, descansa en su imaginación, en la sublimación. La niña despierta en él una pasión que tiene que ver con lo estético, con lo sublime. No es el deseo carnal, es la pasión por la belleza, es como el síndrome de Stendhal, gente que sucumbe y se desmaya frente a la belleza.
-¿Cómo estuvo el trabajo entre los actores?
-Fue un elenco muy heterogé-neo. Lars Rudolph, que desarrolla el rol de un trabajador inglés de la hacienda, es un tremendo actor y músico alemán que trabaja en las mejores compañías de su país. Theo me dijo que él entraba por el ojo a la composición del elenco y Lars tiene una corporalidad y un rostro magnífico. Lola Rubio, que es el ama de llaves de la hacienda, es además una gran bailarina española, físicamente es muy espectacular, es muy alta y nórdica. El reparto suma además lo selknam, lo chileno, todo un mundo de cuerpos y de referencias muy interesante.