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Juventud… divino, tesoro
Este año es un año electoral, qué duda cabe. Han sido elecciones de constituyentes, gobernadores, concejales, alcaldes y primarias presidenciales, todo un frenesí electoral. Las sorpresas han sido muchas, renovación de alcaldes, incorporación de nuevos referentes en los concejos municipales, gobernadores de movimientos sociales, el resultado de la constituyente y especialmente, de la lista del pueblo y finalmente, los triunfos de Boric y Sichel. Ahora una de las sorpresas que no nos hemos detenido a observar, es el cambio etario de los electores y la elección de los mismos, es decir, los y las jóvenes irrumpen a dirigir y participar.
Boric podría ser el presidente más joven del último tiempo, los municipios de Ñuñoa, Santiago, Viña, Lo Espejo, eligieron alcaldes cuyas edades no superan los 35 años, así también, alcaldes como el de Valparaíso y Macul fueron reelectos.
Además de lo anterior, es importante mencionar que la participación en el plebiscito los y las jóvenes menores de 29 años creció casi 20 puntos en razón a elecciones anteriores, superando con creces el porcentaje de participación del padrón electoral general.
Esto es una buena noticia desde la perspectiva estratégica, pues permite proyectar al menos ciudadanos interesados y participantes en el futuro y evitar el envejecimiento de la participación electoral por razones de abstención. Esta buena noticia, debiera aventurarnos en buscar explicaciones y proponiendo posibles respuestas, podríamos mencionar las siguientes: una mayor competencia real en los procesos electorales, la ampliación de las ofertas políticas con mecanismos que facilitan la inscripción y financiamiento de nuevas coaliciones, el término del binominal, la ampliación de cargos a elegir, el financiamiento público de las campañas y límites a los gastos. En definitiva, los y las jóvenes participan más y postulan a dirigir, lo que habla al menos, de un buen síntoma en nuestra democracia.
Rafael Pizarro.
Síndrome del impostor
Es más usual de lo que se cree y causa estragos en el mundo del trabajo. Afecta al 70%[i] de las personas al menos una vez durante su vida, y especialmente a mujeres: se trata del "Síndrome del Impostor".
Uno de sus principales síntomas es no sentirse lo suficientemente buena para desempeñarse en un puesto o subir peldaños en la empresa, generando la sensación de ser una "impostora". Si bien se trata de un problema interno, puede ser acrecentado por un entorno de inequidad de género.
Incluso celebridades han reconocido sufrirlo, como las actrices Michelle Pfeiffer y Kate Winslet o la ex directora de la OMS, Margaret Chan.
Algunos factores son el perfeccionismo, la necesidad de destacar y la excesiva autocrítica, complementado con un permanente miedo al fracaso, e incluso llegar a creer que las personas no tienen el suficiente criterio como para fiarte de sus halagos.
El primer paso para superarlo es ser amable con una misma, perdonarse las fallas entendiendo que errar es humano y parte del aprendizaje y ¿Por qué no? Premiarse.
La pandemia y el encierro, con presiones constantes en el mundo laboral, pueden ser la ocasión perfecta para conversar con el yo interno, hacerse ciertas preguntas y poder encontrar el camino..
Anabella Capetillo, ManpowerGroup Chile.
Plantas desaladoras
Para nadie es un misterio que el cambio climático está afectando el nivel de las aguas lluvias y con ello los lagos y ríos, aguas subterráneas y napas, y, en consecuencia, muchas actividades productivas y la vida cotidiana de asentamientos humanos en Chile y el mundo. En otras palabras, la seguridad hídrica se está viendo amenazada de manera real, lo que implica que, como sociedad, debemos actuar rápido para evitar que esta situación empeore y nos afecte cada día más.
En este contexto, la desalinización emerge como una alternativa real para combatir la actual sequía y para que las empresas y personas dispongan de una fuente de agua nueva, ya sea para el consumo humano como para su uso en diversos sectores de la economía, entre ellos la agricultura.
Pero lo anterior no sólo debe representar una iniciativa del sector privado, sino que debe formar parte de una política pública que facilite el desarrollo de la desalinización en nuestro país. Es urgente contar con un marco regulatorio que permita el desarrollo de los proyectos y posibilite disminuir los plazos de los mismos. Si bien la minería, sanitarias e industria en general han sido precursores en esta materia, y ya emplean esta tecnología desde hace años en sus procesos en Chile, queda mucho por avanzar en esta materia. Basta con considerar lo que sucede en países como Israel en donde, por ejemplo, las plantas desalinizadoras proveen de agua para el consumo humano a la mayoría de la población.
Juan Pablo Negron.