El "basta" de Biles que reabrió el debate sobre la salud mental
Sacrificó medallas de oro y agigantar su leyenda por reducir la presión y abandonar antes de las finales. Tres especialistas analizan su decisión y la de otros deportistas de élite que viven bajo la presión de triunfar en la época de las redes sociales.
Como un signo de inteligencia emocional y autoconocimiento fue observada esta semana la decisión de la gimnasta Simone Biles de retirarse, por el bien de su salud mental, de finales de Tokio 2020 que podrían haber agrandado su leyenda en los Juegos Olímpicos.
La determinación de la estadounidense fue tomada también como advertencia para comprender la importancia de la salud mental y evidenciar que, "antes que deportistas o profesionales, somos personas", como dijo la deportista de 24 años.
La psicóloga española Gracia Vinagre explicó que Biles "tomó las riendas de su vida" con ese gesto, expresando fuerte y claro que "está por encima de su rol". "Es un acto de responsabilidad con ella misma muy importante", opinó.
Para su colega Enric Valls, la mejor gimnasta del planeta desde 2013 "nos ha demostrado con su acción valiente lo importante que es la salud mental". Según él, las personas que se dedican al deporte de élite son "muy autoexigentes y perfeccionistas", y a veces "caen en una insatisfacción constante".
De acuerdo con Valls, Simone Biles "dejó ver que, aun siendo la 'número uno', puede sentir ansiedad (...) Es un ejemplo de que no siempre se tiene que estar al 100%, sino que se es una persona en primer lugar", pese a la presión de "la cultura del logro en que vivimos".
La pandemia, por otra parte, "nos hizo más vulnerables y sensibles" y "nos demostró que no somos superhéroes ni superheroínas. Se ha visto la importancia de gestionar el pensamiento", agregó el experto.
Las redes sociales
En la rueda de prensa posterior a su huida, Biles dejó otra reflexión muy interesante relacionada con las redes sociales. "Ya no confío tanto en mí misma. Tal vez sea por hacerme mayor. Hubo un par de días en los que todo el mundo te tuiteaba y sentías el peso del mundo. No somos sólo atletas. Somos personas al fin y al cabo y a veces hay que dar un paso atrás", explicó.
Beatriz Martín, psicóloga deportiva, explicó sobre aquello que las redes sociales provocan que millones centren su atención sobre ciertas personas.
"Te levantas un día por la mañana y ves millones de mensajes ¿Cómo gestionar eso? Es una muralla en tu concentración al competir. La mayoría de los deportistas exitosos, ante una situación así, crecen y sacan lo mejor de ellos mismos. Muchos bajo presión funcionan muy bien y los comentarios les puede ayudar. Pero si ella está pasando un momento complejo, está presión se añade a la maleta que ya trae", apuntó.
Biles contó más tarde en sus redes sociales que sufre lo que se conoce en gimnasia como "twisties". En palabras sencillas, se trata de un bloqueo mental en el que el deportista pierde el control del cuerpo mientras gira en el aire y no puede ubicarse en relación al suelo. Esto es muy complejo de olvidar.
"Para que cualquiera que diga que renuncio", escribió Biles en Instagram junto con varios videos de un entrenamiento donde se observa cómo gira de más o se detiene en el aire. "No renuncié, mi mente y mi cuerpo simplemente no están sincronizados, como se puede ver aquí. No creo que se den cuenta de lo peligroso que es esto en una superficie dura o de competición ni tengo que explicar por qué pongo la salud en primer lugar. La salud física es salud mental".
Muchos deportistas son superdotados en la gestión emocional, como el tenista Novak Djokovic, quien reprobó el retiro de Biles y dijo que "la presión es un privilegio y hay que aprender a gestionarla". Esto, sin embargo, no los excluye de sufrir los mismos problemas que el resto. Uno es la ansiedad social.
¿qué pensarán de mí?
La tenista japonesa Naomi Osaka sufrió ese problema. Pacientes que no son deportistas no son capaces de presionar un botón del ascensor cuando hay gente dentro por el miedo a ser observados. Osaka lo padeció cuando decidió no atender a los medios de comunicación en Roland Garros tras los partidos por sufrir estrés y sentirse vulnerable. Al final, se retiró ante la presión que sufrió por esa decisión.
En Tokio, se encargó de encender el pebetero y todo el país puso sus ojos en ella como futura medalla en tenis. El resultado, el fracaso. Cayó en octavos de final y volvió a sacar a la luz su problema. "Sentí que tenía todo el peso del mundo a mis espaldas", dijo casi calcado con Biles.
Es difícil escuchar de boca de los deportistas que sufren un problema de salud mental. La razón, aseguró Martín, es el miedo a mostrar debilidad: "Si se hace, el rival va a aprovechar la parte mental y psicológica de la persona que tiene enfrente".
Inestabilidad
En el deporte de alto rendimiento, argumentó Vinagre, donde se valora más el aspecto físico, es "vital" que "se evidencie y se visualice la parte mental". Como se demostró en el caso de Biles, "puede ser más importante que estar preparada físicamente".
La psicóloga advierte también que muchos medios intentaron justificar los problemas de salud mental de Biles con los inconvenientes que enfrentó desde su infancia. "Nuestras circunstancias pueden crear problemas de inestabilidad, pero está demostrado que no hace falta pasar por una situación de este tipo para tener un problema de salud mental", consideró y añadió que "si siempre buscamos justificarlo, lo que hacemos es seguir cerrándole la puerta".
Cuando vemos estas disciplinas de élite, "se nos olvida que son seres humanos en una sociedad competitiva", dijo VInagre y recordó al judoca español Niko Sherezadishvili, quien lloró desoladoramente tras perder y ver esfumarse la posibilidad de medalla: "Se mostró como la persona que hay detrás de la fachada del deportista".
"Las personas son emocionales y tienen dudas", y "tienen derecho a derrumbarse y mostrar sus sentimientos". Ver a Sherezadishvili llorar y a Biles retirarse son dos ejemplos de cómo unos Juegos "pueden ayudarnos a flexibilizarnos como sociedad", reflexionó la terapeuta.
"Muchas personas solo miran los resultados, ya sea en el deporte, en el trabajo o la paternidad", pero "nuestro valor tiene más que ver con quiénes somos", y "cuando cae ese espejo exterior no debe haber una desvalorización absoluta, sino que debe llevarnos a conocernos, a saber cómo nos sentimos", como lo demostró Biles, dijo.
Uno de muchos
Con la gimnasta volvieron a saltar las alarmas sobre la presión a la que se ven sometidos los deportistas en la alta competencia. Su caso se suma a otros de depresiones que, en algunos casos, han finalizado en muerte, incluso por la incapacidad de adaptarse a una nueva vida tras el retiro.
Solo en este 2021, tres futbolistas uruguayos se quitaron la vida. Dos de ellos jugaban en la Segunda División: Emiliano Cabrera, en el Juventud de Las Piedras; Williams Martínez, en el Villa Teresa, quien también jugó en Huachipato y Palestino.
El caso más sonado fue el del goleador Santiago García. El "Morro" defendía a Godoy Cruz de Mendoza y estaba separado del plantel mientras se sometía a terapia. "Hubo momentos en que la pasé mal, pensé en dejar a jugar al fútbol (…) No prendía la luz de mi casa, estaba deprimido, no quería jugar más. Hubo muchas situaciones que me sobrepasaron", contó en 2018 sobre una crisis que tuvo.
El exarquero alemán Robert Enke fue víctima de una depresión por problemas familiares y el miedo al fracaso profesional. A fines de 2009, se suicidó.
Con cinco oros olímpicos y 11 mundiales, el nadador australiano Ian Thorpe confesó haber padecido depresión por años y que pensó en quitarse la vida. También abusó del alcohol de 2002 a 2004. Desde comienzos de 2014 se sometió a rehabilitación en un hospital de Sydney.
biles reconoció que a veces ha sentido el peso del mundo encima y eso le generaba una condición de agobio extrema.
24 años tiene Simone Biles, la mejor gimnasta del mundo desde 2013.