Sancarlina lidera campaña para reunir fondos en ayudar de Haití
SOLIDARIDAD. Consuelo Alzamora vive hace 9 años en la isla y tiene una clínica de rehabilitación, donde asiste a los haitianos lesionados en el terremoto.
Armó una especie de campamento en el patio de la casa-consulta, que habita en el pueblo de Les Cayes en Haití. Tras el pasado terremoto que afectó al país, la sancarlina Consuelo Alzamora no ha dejado de trabajar, los siete días de la semana, para ayudar a quienes resultados afectados por la catástrofe. Hoy lidera la campaña #VoluntadesPorHaiti, que a través del Centro de Rehabilitación Fonten -que dirige- se busca recaudar fondos, con aportes que pueden entregare desde cualquier parte del mundo.
"Tenemos varios ejes para trabajar. Perdimos nuestro centro de rehabilitación, está inutilizable. Mientras no sea reparado, nos tenemos que buscar otro lugar. Un porcentaje de ese dinero también va destinado para eso y lo de más para las atenciones. Estamos realizando rehabilitación gratuita para todas las víctimas y las personas que requieran rehabilitación en este tiempo. Nunca hemos cobrado mucho por la terapia, pagan menos de mil pesos la sesión, pero ahora es gratis, pues sabemos que ellos no tienen mucho dinero. Además de la rehabilitación, también tenemos prótesis gratuitas, lo que se costea gracias a la campaña", explica la terapista ocupacional.
Alzamora vive desde 2012 en Haití y el centro que dirige es el único especializado en rehabilitación física funcional y la fabricación de prótesis y órtesis, entre otros servicios y busca realizar al menos 6.000 atenciones médicas de emergencia, más de 800 diagnósticos de rehabilitación y la entrega de insumos de primera necesidad como agua y alimento a población en situación de discapacidad principalmente. Además, incrementará la entrega de prótesis y órtesis para niños, niñas y adolescentes, especialmente, quienes hayan sido afectados en sus extremidades a consecuencia del terremoto. Para ello, se pusieron el objetivo de reunir US$60.000, iniciativa que se puede seguir en el Instagram de la clínica (@fonten.haití).
De momento, han logrado reunir $8 millones, por lo que aún falta para la meta, la cual no tiene fecha de culminación, solo hasta que la gente ayude a llegar al monto.
"La mayoría de las personas terminó fracturada por el megasismo. Estamos recibiendo pacientes como niños, que te parten el corazón. Algunos han estado bajo los escombros horas o días. Uno ve las historias y dice: 'Uh, Dios mío'. Con un aporte, cualquiera que sea, le pueden cambiar la calidad de vida a esas personas, sobre todo en terapia, rehabilitación y en el apoyo psicosocial. Es un trabajo muy bonito", incentiva Consuelo.
-¿El terremoto te afectó mucho?
-Sí. Nosotros vivimos en el segundo piso de la clínica. Por el momento todavía estamos viviendo en el patio, porque la casa tiene que ser reparada, así que tenemos la cocina en el patio, nos baldeamos en el patio para bañarnos. El terremoto fue un 7,1, se sintió fuertísimo. Fue mucho más corto, menos mal. 10 segundos más y se cae todo en Haití. Nosotros no encontramos a 15 kilómetros del epicentro. Haití es muy pequeño. En territorio es así como el Biobío antes de que se fuera Ñuble.
Las donaciones se pueden depositar o transferir a la cuenta vista N°51770448208 del Banco Estado, a nombre de Fonten Chile, RUT 65.161.511-9 con confirmación al correo respuestafonten.haiti@gmail.com o también sse puede realizar la donación ingresando a la plataforma Global Giving.
Vida en Haití
-¿Qué te llevó a instalarte en Haití?
-Me vine como voluntaria de América Solidaria en 2012. Me gustó el país, aparte que acá es tanta la necesidad que, imagínate, acá somos cuatro terapeutas ocupacionales en el país. Estamos desarrollando la profesión con universidades, tengo estudiantes. Muchos proyectos para poder ayudar a Haití. El centro de rehabilitación lo tenemos hace cinco años, lo montamos el año 2016.
-¿Cómo opera el centro de rehabilitación?
-Vemos a mucha gente, pero todavía no logramos un financiamiento estable, aunque seguimos trabajando. Vemos entre 50 a 70 pacientes por día. Somos súper conocidos en el sur de Haití, toda la gente viene para acá y somos uno de los únicos centros de rehabilitación en el sur. Cada día, también, estamos más conocidos en el país, por lo que es mucho más el trabajo que estamos realizando y que tenemos que realizar. Este es el único centro especializado en rehabilitación física funcional y la fabricación de prótesis y órtesis, entre otras cosas, en el país.
-¿Qué ha significado para ti vivir en Haití, bajo una realidad que es totalmente diferente a Chile?
-Lo que tiene la cultura haitiana y los haitianos es que son súper acogedores, cariñosos, así que la gente me ha recibido súper bien. Aparte, vivo en una ciudad que es súper chiquitita, como San Carlos -mi ciudad natal- donde todos nos conocemos. Es súper tranquilo donde vivo, no ha sido para nada difícil adaptarme. El clima es súper rico, el país tiene playas hermosas, compartimos isla con República Dominicana, por lo que no hay nada que envidiarle, solamente que acá no hay muchos servicios básicos como luz, agua y esas cosas. Sin embargo, la alegría de la gente hace que uno viva mucho mejor.
-Desarrollar tu carrera allá también cobra otro valor, lo llevas a un nivel de ayuda a quienes realmente lo requieren.
-Sí, creo que esa es una de las cosas principales que me hace quedarme. Aquí digo que de verdad sirvo, no solamente del servir, sino que del ser útil, porque en Chile me encanta terapia ocupacional, me encanta trabajar con gente y todo, siempre voy a tratar de hacer lo mejor posible, pero si no estoy, me reemplaza otra terapeuta ocupacional en el hospital y no pasa nada. Pero acá, en Haití, si yo no estoy, no hay nadie más.
-¿Hay pasaje de retorno a Chile o te quedas allá?
-No podría responderlo en este momento. Por el momento estoy bien acá, pero quizás en un año puede que cambie. Acá estoy casada, tengo un hijo que va a cumplir 3 años.
-O sea te ha dado muchas felicidades Haití.
-Sí. Es difícil, es distinto a nuestra cultura, pero es bonito el país, es bonito el poder ayudar, el trabajo que uno pueda hacer acá. Creo que es una de las cosas que es más reconfortante. Lo único que sí es que uno extraña a la familia, a los amigos, los asados, las longanizas de San Carlos, jajajá. Sobre todo ahora ha sido difícil, con el covid, porque no pude viajar a Chile. Hace más de un año y medio que no veo a mi familia. Quizás cuando se cumplan dos años podré reunirme con ellos. Quería ir, pero con esto del terremoto trabajamos de lunes a lunes, sin descanso.
"Lo que tiene la cultura haitiana es que son súper acogedores, cariñosos, así que la gente me ha recibido súper bien". "Aquí digo que de verdad sirvo, no solamente del servir, sino que del ser útil".
60.000 dólares
9 es el monto el cual esperan reunir con la campaña, dinero para ir en ayuda de haitianos y levantar el centro.