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Sustentabilidad en Chile
El Informe País sobre medio ambiente alertó el deterioro generalizado de los ecosistemas chilenos. De hecho, es sabido que el calentamiento global, la sobreexplotación de recursos y la contaminación son los principales factores en el empeoramiento de un ecosistema. Así también lo muestra un estudio de la Universidad de Chile, en conjunto con investigadores de otras universidades y colaboración de la Cepal, el cual mostró evidencias de la pérdida de bosque nativo y biodiversidad, disminución de la calidad y disponibilidad de agua fresca, retroceso de suelos agrícolas productos y el colapso de zonas pesqueras son algunas de las áreas críticas.
Varios expertos en la materia señalan también la falta de cumplimiento a las demandas medioambientales, que tienen que ver principalmente con el modelo de desarrollo del país. En ese sentido enfatizan que la discusión sobre esta materia debe ser uno de los ejes principales de la nueva constitución para formular respuestas en el camino hacia un país más sustentable y que vela por su ecosistema.
Entonces ¿Qué materias aún nos faltan por legislar para lograr un equilibrio y cuidado de nuestro medio ambiente de forma global? El pilar fundamental para el progreso en materia de sustentabilidad tiene que ver con hacer partícipe a todos los actores desde grandes empresas, medianas, pequeñas, el estado y la ciudadanía. Y no solo en aspectos generales como, por ejemplo, la ley de plásticos o reciclaje de materiales, el cual se centra mayoritariamente en la capital o grandes ciudades de cada región, siendo esto un paradigma que debe cambiar...hay que descentralizar la discusión y gestión.
Además, incrementar las fiscalizaciones en las diferentes industrias a nivel país, que avancen los proyectos de ley que obliguen a los rubros a mostrar sus producciones con el fin de que cada ciudadano pueda acceder a dichos datos y evaluar su impacto y decisión de compra. Esto porque, en algunos casos, tienen un impacto en el ecosistema marino, nativo, flora y fauna que se ven afectadas drásticamente con el paso de los años.
Alberto Contardo-Sfeir, fundador de Empaque Sustentable
El otoño de la vida
El gran Cicerón político y filósofo romano del año 44 a de c. ya hablaba de manera muy elocuente sobre el Arte de envejecer. No le preocupaba la libido dentro de otras cosas, el decía que la tercera etapa de la vida tiene otros aspectos muchos más profundos y duraderos de que preocuparse y ocuparse. Incluso decía que la vejez no tenía relación con la enfermedad ya que la salud en general será buena o mala dependiendo de los hábitos de vida que se tuvieron en la juventud por lo que debía ser cuidada desde la más tierna infancia.
Es justamente en la primera infancia, donde se deben desarrollar los recursos internos del ser humano para llegar a una vejez prospera, llena de nuevas aventuras y descubrimientos, si la vida así lo quiere. Tal vez podemos decir que es sabiduría atemporal, sin embargo, podemos rescatar varias ideas que me parecen interesantes de abordar en un mundo obsesionado por la búsqueda totalmente inútil de la eterna juventud.
Las personas mayores son fuente de sabiduría y experiencia por eso es muy favorable realizar encuentros intergeneracionales para entender la vida desde una visión distinta y con mucho conocimiento. Las personas mayores tienen mucho que contar y enseñar a los más jóvenes, la sabiduría sólo se adquiere con la experiencia y el tiempo, los más jóvenes por su lado, tienen la alegría, el ímpetu y la motivación para irradiar y compartir.
La vejez no implica una vida sedentaria, todo lo contrario, mientras más activa sea la vida mayores beneficios trae para la salud del cuerpo, mente, espíritu lo que beneficia directamente a los estados de ánimo y por consiguiente a nuestras emociones en la cuales fluimos y navegamos día a día. Muchas actividades no precisan fuerza ni resistencia como lo es en la juventud, lo importante es el movimiento humano consciente a lo largo de nuestra vida ya que, según las neurociencias, esto estimula la neuroplasticidad hasta el final de nuestros días y con esto quiero decir que incluso, seguimos aprendiendo y adquiriendo nuevos conocimientos aún en el más dulce otoño de nuestras vidas.
Nuestro cerebro es un músculo que debemos ejercitar, el ejercicio mental y cognitivo son fundamentales, sobre todo si lo practicamos con otras personas, estableciendo círculos sociales que sean nutritivos…. somos seres emocionales y sociales y eso es lo que alimenta nuestro ser interno y nuestra espiritualidad ...No te aísles. No te abandones... Encontrar actividades de gozo y de ocio en el otoño de nuestras vidas es fundamental; el huerto, la escritura, la lectura, el ejercicio físico y mental, volver a estudiar incluso encontrar un amor o una compañía es posible.
Mariana Durán