"El riesgo que tiene hoy día la Convención es hacer una Constitución de revancha"
Académico advierte el riesgo de la ausencia de "contrapesos democráticos" en las decisiones que se toman en el órgano. "Hay indicaciones que han sido votadas y que son bastante preocupantes por lo refundacionales", subraya el analista.
Semanas agitadas y no exentas de polémicas son las que ha tenido la Convención Constitucional. Es que en las distintas comisiones que componen el órgano han tenido lugar votaciones de normas que han generado bastante ruido. La aprobación de una iniciativa presidencialista, eliminación del Senado, la nacionalización de empresas de explotación minera, además del rechazo a una propuesta que buscaba el derecho a la libre iniciativa económica y empresarial, y la caducidad de los derechos de agua entregados bajo la vigencia del actual Código de Aguas, son algunas de las decisiones preliminares adoptadas.
Determinaciones que Daniel Mansuy, profesor de la Universidad de los Andes e investigador asociado del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), observa con recelo. "Los contrapesos propios de la tradición democrática occidental de los últimos 4 a 5 siglos, que son patrimonio de la humanidad, la Convención los mira con sospecha. Mira con sospecha al TC, al Senado, a todos los contrapesos que puedan desconcentrar el poder", sostiene.
En la misma línea, el filósofo y doctor en Ciencia Política apunta que en la Convención "predomina un clima muy hostil a la libertad económica, lo voy a llamar así. El sistema económico en Chile ha tenido problemas, pero no hay una crítica moderada a la libertad económica, hay una crítica radical porque se juzga que ha tenido mucha preeminencia", advirtiendo que "el riesgo que tiene hoy día la Convención Constituyente es hacer una Constitución de revancha. Es decir, la Constitución del '80 extremaba esto, yo voy a extremar lo otro para equilibrar de esa manera, y creo que ese es el gran riesgo que tenemos: si aquí teníamos demasiada libertad económica, ahora tengamos la menor posible. Esa es una lesera".
Asimismo, defiende el bicameralismo que hoy está cuestionado en el órgano, subrayando que este sistema tiene por objetivo "darle más poder a las regiones en países que son muy centralizados y en Chile tenemos exactamente ese problema, nuestra población no está distribuida de modo homogéneo en el país, está muy desigualmente distribuida entre Santiago y Concepción. Por tanto, el problema es qué hacen las regiones en una cámara única con representación puramente poblacional".
La solución que encuentran los países que tienen una distribución poblacional parecida a la nuestra, agrega, es el bicameralismo, "donde el Senado representa a los territorios y la Cámara Baja representa a la población", agrega el analista y columnista.
Ausencia de contrapesos democráticos
- En una entrevista planteó que "la Convención está obsesionada con la concentración del poder", a propósito de la aprobación en comisión de una propuesta presidencialista y otras en línea con un Estado plurinacional y un Congreso unicameral. ¿Esperaba una definición como esa?
- Como están configuradas las mayorías y los grupos políticos que operan allá adentro, la cosa parece ir hacia allá y lo que miro con preocupación es que los contrapesos propios de la tradición democrática occidental de los últimos 4 a 5 siglos, que son patrimonio de la humanidad, la Convención los mira con sospecha. Mira con sospecha al TC, al Senado, a todos los contrapesos que puedan desconcentrar el poder; entonces no me extraña, no es demasiado sorprendente, pero sí me preocupa, porque una democracia en forma requiere de contrapesos. (…) Las mayorías políticas son cambiantes, son muy cambiantes, y por tanto, lo que tenemos que hacer es pensar un sistema que permita los cambios de mayorías políticas sin que existan graves rupturas en cada elección. Eso es lo que falta ver, no ver más la Constitución tanto como una limitación del poder o una habilitación del poder, porque sí.
Nicolás Reyes Acevedo
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