"Las sanciones económicas le abren frentes internos a Putin"
El experto dice que el líder ruso "pensó que Ucrania iba a caer fácilmente en sus manos y que el mundo no se atrevería a tomar sanciones reales, pero no se imaginó una reacción tan intensa y unánime". Ahora se halla expuesto y por eso apela a la amenaza nuclear.
Hacia el fin de semana, la tensión mundial por la invasión a Ucrania crecía al máximo mientras las tropas de Vladimir Putin avanzaban hacia Kiev, capital del país bajo asedio, en medio de las advertencias del mandatario ruso y sus portavoces, y de las correspondientes respuestas de los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de Estados Unidos.
En un momento, el ataque contra la planta nuclear de Zaporiyia, el jueves, pareció hacer realidad el temor expresado por el Presidente francés Emmanuel Macron tras hablar con Putin -"lo peor está por venir"-, pero el director general de la agencia nuclear de la ONU, Rafael Grossi, confirmó que "no hubo liberación de radiación".
Todo esto ocurría después de que Ucrania y Rusia acordaran un alto el fuego temporal para establecer corredores humanitarios por donde evacuar a los civiles, y de que la ONU cifrara en más de un millón 200 mil los ucranianos que habían huido de su país.
El mismo jueves el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que Moscú estaba dispuesto a seguir negociando, pero que no detendría la acción militar hasta cumplir sus objetivos: la desmilitarización y "la desnazificación" de Ucrania; el reconocimiento de la soberanía rusa sobre Crimea, anexionada en 2014, y de la independencia de las regiones ucranianas separatistas prorrusas de Donetsk y Luhansk, además de un estatus neutral del país liderado por Volodimir Zelenski con respecto a la OTAN.
Tras una reunión extraordinaria de los líderes de la OTAN, el viernes, el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, informó que "los aliados acordaron que no deberíamos tener aviones ni tropas operando en el espacio aéreo ni en territorio ucraniano", porque lo contrario "podría suponer la guerra en Europa".
Pero el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, de gira por ese continente, puntualizó: "La nuestra es una alianza defensiva, no buscamos conflicto, pero si el conflicto viene a nosotros, estamos preparados para ello y defenderemos cada centímetro del territorio de la OTAN".
El doctor en Historia y en Estudios Americanos Pablo Lacoste, académico del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago, analiza el estado del conflicto al cumplirse una semana del inicio de la "operación militar especial" de Putin.
Amenaza nuclear
- ¿El ataque contra la central nuclear de Zaporiyia se puede interpretar como el cumplimiento de las advertencias de Putin?
-No, porque la amenaza es usar armas nucleares contra Europa y el ataque contra esa central no implica utilizarlas en el marco de una guerra. Es parte del proceso de la invasión, una acción torpe porque hace que asuma riesgos innecesarios. La doctrina de la guerra de Carl von Clausewitz señala que en ella toda la acción militar debe estar subordinada a los objetivos políticos, no puede haber acciones inconexas, siempre tienen que estar muy controladas para minimizar la acción violenta y ejecutar solo la necesaria para alcanzar los objetivos. Y acá parece que ha habido un descontrol de las fuerzas armadas rusas y que se han excedido al incluir una central de energía atómica dentro de los blancos de la acción de su artillería.
- ¿Por qué Rusia no ejecutó una invasión relámpago y sostiene su "operación militar especial" que lleva más de una semana, considerando su poderío? ¿No pudo o no quiso?
- Los generales engañaron a Putin. Lo convencieron de que en 48 horas ellos tomaban Kiev y no imaginaron, no fueron capaces de prever, la resistencia que iba a oponer el pueblo ucraniano.
Sanciones empiezan a pesar
- ¿Putin subvaloró la respuesta militar y civil ucraniana, así como la reacción mundial?
- Claro, él pensó que Ucrania iba a caer fácilmente en sus manos y que el mundo no se atrevería a tomar sanciones reales, que iban a hacer algún tipo de declaración, algunas sanciones simbólicas mínimas, pero no se imaginó una reacción tan fuerte, intensa y unánime. Entonces ahora se encuentra expuesto y apela a lo último que puede hacer que es un discurso de amenaza con una guerra nuclear y con una tercera guerra mundial. Eso solo está en su cabeza porque no hay ánimo de ninguna fuerza armada, ni de la OTAN ni de Estados Unidos, de entrar en ese juego.
- Las sanciones económicas y de todo tipo, que han sido mayores que las que Putin esperaba, ¿comienzan a pesarle a Rusia?
- Le pesan mucho porque le están abriendo frentes internos. Los oligarcas amigos de Putin, que se hicieron dueños de las empresas estatales de la antigua Unión Soviética, ahora constatan que sus compañías se ven muy afectadas porque no pueden recibir repuestos de occidente para mantener en funcionamiento sus maquinarias y, además, sienten cómo sus pares europeos les manifiestan su repudio por la invasión. Ahora son ellos los que le están pasando la factura a Putin. Rusia tiene 140 millones de habitantes y no puede mantener su estándar de vida actual si se aísla del mundo, si no tiene el abastecimiento constante que le entrega Europa. El pueblo ruso está viendo que van a estar fuera del Mundial, que no tienen Netflix ni Facebook, en fin, se deteriora la vida cotidiana y esto va generando malestar y cuestionando el liderazgo de Putin. Y ya hay muchos rusos presos por manifestarse contra la guerra, porque los ucranianos y el pueblo ruso son muy cercanos.
Preservar a rusia, pero no a putin
- El ministro de RR.EE. ruso, Serguei Lavrov, dijo que Biden sabe que la única alternativa a las sanciones contra Rusia es una Tercera Guerra Mundial que involucraría armas nucleares y sería devastadora. ¿Qué asidero tiene la advertencia nuclear que enarbola Rusia desde un comienzo?
- No tiene ningún asidero porque hay una convicción absoluta en Estados Unidos y en la OTAN de que ellos no van a entrar en guerra directa con Rusia. Si la OTAN no lo ataca, ¿para qué Putin va a usar las armas nucleares? ¿Para destruir Ucrania? Él dice que es parte de Rusia, entonces estaría dándose un balazo en los pies. Creo que se está dando cuenta que le va a pasar lo mismo que a Napoleón, que tomó Moscú y una vez allí no supo qué hacer porque no había alguien que lo recibiera como autoridad, que acatara su liderazgo como gobierno, no había nadie a quien liberar. Llegó a una ciudad donde la gente lo despreció y lo combatió totalmente. Putin puede tomar Kiev, pero cuando lo haga va a ser una ciudad en ruinas con los edificios demolidos, llenos de heridos, de muertos y de sangre.
- Hay analistas que señalan que es difícil que Putin dé pie atrás porque sería reconocer una derrota muy grande y es importante que Rusia no salga humillada.
- Hay quienes miran esto desde la teoría de las relaciones internacionales y del equilibrio del poder, y plantean hacer algo como lo que ocurrió tras la caída de Napoleón, cuando el Congreso de Viena, en 1814, creó un sistema de poder donde Francia no fue mutilada y eso permitió mantener la paz por 100 años, a diferencia de la paz de Versalles después de la Primera Guerra Mundial, donde el perdedor, Alemania, sí fue mutilado y eso generó tensión. Pienso que algunos analistas se confunden cuando dicen que no hay que humillar a Putin. En el Congreso de Viena, el proyecto era no humillar a Francia, pero a Napoleón había que sacarlo y no darle ninguna posibilidad de volver al poder. Por lo tanto, si aprendemos esa lección, hay que preservar a Rusia, pero no a Putin, que no puede ser aceptado en el sistema diplomático ni por la comunidad internacional de ninguna manera, porque lo de Putin ya es imposible de defender.
Rusia tiene 140 millones de habitantes y no puede mantener su estándar de vida actual si se aísla del mundo".
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl
hasta el viernes, la onu cifraba en un millón 200 mil los ucranianos que habían huido de su país desde el inicio de la invasión.
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