"Lo esencial es escuchar, tener sensibilidad con los electores, y esa función el Congreso no la cumplió"
En su despedida del Congreso Nacional, el exdiputado Rodrigo González presentó un informe detallado sobre cómo operan las AFP, denunciando triangulaciones de dinero que, a su juicio, "solo sirven para mantener el sistema y no para cumplir el rol que se les encomendó en su origen". Y si bien ya está fuera del Poder Legislativo, expresó que no claudicará en su rol fiscalizador, esta vez como ciudadano, frente a esta materia.
"Las AFP dejaron de cumplir el mandato de entregar pensiones dignas que permitan una tasa de retorno decente. Hoy día las mujeres reciben, en promedio, solo un 13% de tasa de retorno. Tres millones de ellas han sido las más postergadas", sigue diciendo.
Sin duda, es un tema que le apasiona, pero también uno de los tantos en los que se vio involucrado en sus más de cincuenta años de vida política y veinte de actividad parlamentaria.
Más allá de la vehemencia con la que habla a sus ochenta años, desde ahora asegura que su vida será un poco más serena y que, incluso, puede que le quede algo de tiempo para darle a todo lo cotidiano que postergó durante todas estas décadas.
- Después de treinta años de ganar elecciones, se aleja de la política del día a día. ¿Cómo se siente?
- Alivio es la palabra que me identifica. La responsabilidad pública es muy exigente, invasiva. Uno está prácticamente 24 horas a disposición, porque te están llamando a cada rato y uno tiene que responder a las demandas ciudadanas, a las peticiones que te hace la gente de ayudarla con el hospital, con el médico, el comité de vivienda, los problemas de seguridad que tienen. Hay mucha responsabilidad de organizar y eso es muy invasivo y estresante.
- La desconfianza general reclama que esos llamados, muchas veces, son presiones del mundo empresarial.
- Efectivamente, la presión es muy fuerte, porque los temas que trabajamos son muy importantes. Me tocó presidir dos comisiones investigadoras, la de casinos y las de AFP, es decir, el sector financiero, que en Chile es el que tiene el poder.
"No cumplió"
- Viene de presentar un informe de 257 páginas sobre las AFP. ¿Qué tanto poder tienen?
- El poder que tiene una estructura de ese tipo, que, además, se autorregula y donde el Estado no cumple ningún tipo de injerencia. El sistema de AFP ha ido penetrando y capturando cada vez más las estructuras del Estado y hoy día tenemos un sistema de pensiones que no cumplió los objetivos para los cuales se creó, mientras todas las instituciones miraban en silencio.
- ¿Entre las que se encuentra el Congreso Nacional?
- Por supuesto que nosotros especialmente. El informe tiene una gracia, que es hacerse una tremenda autocrítica por la incapacidad que tuvo el Congreso para modificar ese sistema, que le entrega pensiones pésimas al 80% de los trabajadores.
- ¿Qué les faltó?
- Para mí, lo esencial de la responsabilidad que tiene un parlamentario es responder a su gente. Lo esencial es escuchar, percibir, tener sensibilidad con los electores que te eligieron, y esa función el Congreso no la ha cumplido. Hoy día tiene el más alto nivel de desprestigio, de desconfianza ciudadana, de falta de credibilidad.
- ¿Y usted qué hizo contra todo eso?
- Tuve que ir inventando formas de salir de ese muro que es el Parlamento y de superar su inconexión y desconexión con los ciudadanos. ¿Cómo fue que traté de hacerlo? Manteniéndome dentro de las estructuras formales. Por ejemplo, creé tres bancadas transversales de trabajo que transcurrieron a lo largo de los varios periodos que estuve. La más importante fue la de descentralización, que fue una bancada que llegó a tener más de cuarenta diputados y diputadas, de todos los sectores, de derecha y de izquierda, que cumplió un papel fundamental.
Descentralización
-¿Avanzaron de verdad? Pregunto porque diferentes expertos señalan que Chile es un país poco descentralizado.
- Lo que usted dice es totalmente cierto, pero si no hubiese existido esa bancada transversal, hoy no tendríamos elección democrática de los gobernadores regionales, que es el principal paso adelante y el inicio de un proceso de descentralización efectivo. Además, en todo este tiempo, y a pesar de que los argumentos nos favorecían porque la riqueza de Chile está en sus regiones, tuvimos que avanzar a puras patadas y presiones. Cuántas veces el Senado rechazó la idea de que se eligieran los gobernadores.
- ¿Bajo qué argumento?
- Un absurdo. Un argumento maximalista que cuestionaba la descentralización de la presidenta Bachelet como insuficiente. Gente de nuestra propia bancada que actúo bajo intereses personales, egos políticos, mezquindades e ideologías que provocaron que la reforma del sistema regional no se produjera durante el gobierno de Bachelet. Si eso hubiera pasado, durante el segundo gobierno de Piñera habríamos tenido una cantidad importante de gobernadores funcionando como una buena contraparte, pudiendo mejorar bastante el segundo gobierno de Sebastián Piñera, que fue un desastre, salvo las vacunaciones.
- ¿Es de los que piensa que debe disminuir el poder presidencial?
- Es demasiado fuerte el poder presidencial en Chile, al punto de ser semimonárquico. La mayor parte de las iniciativas y los proyectos de ley son mensajes presidenciales, mientras que las mociones tienen muchas dificultades para pasar. Primero, porque las facultades exclusivas del Presidente de la República cubren los aspectos más importantes de las políticas públicas, centradas en los temas económicos y las reformas institucionales, que son facultades exclusivas del presidente. Sumado a eso, el gobierno tiene el privilegio de las urgencias. Con un poder tan grande del Ejecutivo y con su capacidad técnica, el Congreso está en una situación de desventaja.
- ¿Por qué?
- Principalmente, porque carece de la capacidad técnica de poder contar con un sistema de asesorías y de apoyo propio para su desarrollo como órgano legislativo. Las asignaciones que se entregan para tener asesores personales transforman a los parlamentarios en verdaderas pymes, que tienen su pequeño grupo de asesores y que trabajan cada uno, individualmente, en su mundo. Las instancias colectivas son muy pocas. Una de las comisiones transversales que creamos apuntaba, precisamente, a revertir esa situación y sacar al Congreso de esa especie de ciudad amurallada y alejada de la ciudadanía. Lástima que la pandemia paralizara ese proceso.
- ¿Pudieron avanzar en algo?
- No eran más que paliativos. La estructura seguía funcionando con un nivel de esterilidad, a mi juicio, proverbial. Todo demasiado lleno de discursos repetitivos, con sesiones de sala donde se dicen las mismas cosas y después se le habla a la prensa. Un ritual que para la gente no significa nada.
- ¿Hay un responsable de que eso sea así?
- Fue la estructura misma la que nos llevó a eso, además de que no hemos tenido ni los liderazgos ni las voluntades para que, efectivamente, eso cambie profundamente.
- ¿Cómo caracterizaría la estructura del Congreso?
- Curiosa, porque quien lo dirige, desde el punto de vista de su marcha y su velocidad, es más bien la estructura permanente, o sea, la secretaría general, los funcionarios principales, las comisiones, etc., que son la gente que permanece. En cambio, las presidencias son siempre transitorias y duran un año, por lo que un presidente imprime su sello y luego el otro quiere lo suyo. Hay un error de diseño que impide la existencia de personas con la cabeza puesta, con interés, ideas, mirada de futuro, que sepan proyectar el Congreso.
Una gran renuncia
- ¿Cuánto dejó de lado por la política?
- La política significó para mí un gran dolor, al tener que renunciar a las recompensas que da el poder disfrutar con los hijos, la vida privada y la tranquilidad. No vivir en torno a todas estas presiones que te he comentado y poder disfrutar, aunque sea un poco, de la felicidad humana. Al final, ese es el objetivo por el cual estamos luchando en la sociedad.
"La política significó para mí un gran dolor, al tener que renunciar a las recompensas que da el poder disfrutar con los hijos, la vida privada y la tranquilidad".
"Tuve que ir inventando formas de salir de ese muro que es el Parlamento y, así, superar su inconexión y desconexión con los ciudadanos".