Rusia llamó ayer a las fuerzas ucranianas a abandonar hoy antes del mediodía (07:00 de la mañana en Chile) la ciudad de Mariúpol, en el sureste de Ucrania y sobre la costa del mar Azov.
"En ese caso, la salida organizada de la ciudad se efectuará de la siguiente forma: de 10:00 a 12:00 horas todas las unidades armadas de Ucrania y los mercenarios extranjeros sin armas y municiones (podrán abandonar la localidad) por una ruta acordada con Ucrania", dijo Mijaíl Mizintsev, jefe del Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia, quien llamó además a organizaciones internacionales como la ONU y la Cruz Roja a supervisar las evacuaciones civiles.
De esta forma, la campaña militar rusa en Ucrania busca apoderarse de esta ciudad en el sureste del país, donde las autoridades denunciaron ayer el bombardeo ruso de una escuela de arte que servía de refugio para 400 civiles, incluidos ancianos, mujeres y ninos, sin ofrecer datos sobre posibles víctimas.
Además, las fuerzas armadas ucranianas en la región de Lugansk acusaron al Ejército ruso de haber bombardeado, hace 10 días, un hogar de ancianos desde un tanque en la localidad de Kreminna, acción en la que murieron 56 personas.
Zelenski: acto de terror
Unas 400.000 personas han estado atrapadas en Mariúpol durante más de dos semanas en medio de intensos bombardeos que han cortado los suministros de electricidad, calefacción y agua, según fuentes locales.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, calificó el sitio de Mariúpol por parte de fuerzas rusas como "un acto de terror que será recordado en los siglos venideros".
"Que los agresores hayan hecho lo que han hecho con una ciudad pacífica es un acto de terror que será recordado en los siglos venideros", dijo el mandatario y añadió que "el sitio de Mariúpol pasará a la historia por la responsabilidad rusa en crímenes de guerra".
Zelenski evocó la II Guerra Mundial y el horror del Holocausto para pedir un apoyo más firme de Israel a Ucrania: "Escuchen qué dice el Kremlin, son las mismas palabras, la misma terminología que los nazis usaron contra ustedes. Es una tragedia", apeló Zelenski, de origen judío, ante 112 de los 120 legisladores del Parlamento de Israel.
"Estoy seguro de que comparten y sienten nuestro dolor. Por eso no puedo explicar por qué a estas alturas aún tenemos que instar a países de todo el mundo a que nos presten ayuda", indicó en el vigésimo quinto día de guerra en su país.
Agua de lluvia y palomas
El horror del asedio a Mariúpol fue contado también por la joven Galyna Balabanova, quien pasó las últimas tres semanas tratando de escapar.
"Los vecinos se unían y habilitaban los sótanos como refugios. Ahora recogen agua de lluvia para beber y cocinan palomas y otros animales en hogueras para poder sobrevivir. En la ciudad apenas hay medicamentos", cuenta acerca de la ciudad que tiene casi el 70% de las casas dañadas por los bombardeos.
Balabanova consiguió salir de Mariúpol el 16 de marzo, el mismo día en el que las autoridades ucranianas acusaron a las rusas de atacar el Teatro del Drama de la ciudad, donde cientos de personas se escondían en el refugio antiaéreo del edificio.
"En el momento del bombardeo del teatro justo estaba saliendo de la ciudad y sólo lo oí. A las afueras de la ciudad, desde el corredor (humanitario). Se veía perfectamente cómo la ciudad estaba siendo atacada desde todas las direcciones y por todos los medios posibles", relata.
"Los peores momentos eran cuando había seis aviones a la vez dando vueltas sobre la ciudad y realizando ataques continuamente. Me da miedo pensar en cómo será la situación allí a día de hoy", explica.
Michail Vershnin, oficial de policía de Mariúpol, afirmó que "los niños y los adultos mayores están muriendo. La ciudad está destruida y está siendo borrada de la faz de la tierra", según la agencia AP citada por el diario Los Angeles Times.
400 civiles estaban refugiados en una escuela de Mariúpol que Ucrania afirma fue bombardeada por Rusia.
70% de las casas de esta ciudad han sido dañadas por las acciones militares dirigidas desde el Kremlin.