Joe Biden descarta visitar Ucrania en su gira europea que comienza esta semana
PREPARATIVOS. Estados Unidos puso en duda la voluntad negociadora de Rusia.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, informó ayer que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no visitará Ucrania durante su gira por Europa esta semana.
"El viaje se centrará en seguir uniendo al mundo en apoyo al pueblo ucraniano contra la invasión del presidente (Vladimir) Putin contra Ucrania, pero no hay planes de viajar a Ucrania", explicó en Twitter.
La portavoz dijo que pronto se conocerán los detalles del viaje, en medio de especulaciones de una visita a Polonia, país fronterizo con Ucrania que visitó la semana pasada la vicepresidenta Kamala Harris.
Por otro lado, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thoms-Greenfield, dijo en conversación con CNN que no tenía información sobre planes de visitar Ucrania, y recordó que Washington recomienda a sus ciudadanos no viajar al que definen como "un país en guerra".
En la planificación del viaje está previsto que Biden comience el miércoles rumbo a Europa Bruselas para participar el jueves en una cumbre de la OTAN, otra de la UE y una del G7, esta última convocada por Alemania, que ostenta la presidencia de turno del grupo de naciones más industrializadas del mundo.
EE.uu. pierde confianza
Michael Carpenter, embajador de Estados Unidos ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), una entidad que tiene su origen en el diálogo entre Este y Oeste lanzado en 1975, en plena Guerra Fría, aseguró que la confianza en Moscú ha mermado.
Casi medio siglo después, el diplomático norteamericano destacó en Viena que se ha perdido "toda confianza" en Rusia ante la "absoluta barbarie" que comete en Ucrania.
La invasión rusa constituye "una ruptura de todas las normas básicas de la OSCE plasmadas en el Acta Final de Helsinki", denuncia Carpenter en referencia a los pilares básicos de la organización, como respeto a la soberanía e integridad territorial de cada Estado y la renuncia al uso de la fuerza.
"¿Cómo se puede llegar a un acuerdo con un país que no cumple ninguno de los acuerdos anteriores? ¿Cómo se pueden adoptar medidas de creación de confianza si no se confía en que Rusia vaya a cumplir sus obligaciones?", se pregunta el diplomático.
Ante la falta de confianza, Carpenter asumió que queda incluso en entredicho el futuro de la propia OSCE, organización fundada en 1992, con sede en Viena y que toma decisiones por consenso.