Continuar uso de mascarilla
La mascarilla se ha normalizado y actualmente la adquisición, uso y desecho de ellas forman parte de la cotidianidad; eso ya que desde la llegada de la pandemia de Covid-19 las rutinas diarias y de interacción social se han modificado.
Tanto desde la Organización Mundial de la Salud, como expertos a nivel nacional e internacional, han señalado la importancia de la utilización de mascarillas como parte de las estrategias de los países para evitar la transmisión del virus. Esta indicación ha variado en los distintos países, según la etapa en la que se encuentran en la contención de la pandemia, adoptando distintas medidas, por ejemplo, la supresión de la obligatoriedad de su uso en espacios abiertos.
A nivel nacional, también se han generado cuestionamientos respecto de la indicación de su uso obligatorio. Para analizar esto, es importante situarse en el momento en que se encuentra el país en torno a la contención de la pandemia, donde existe aún un importante número de casos y positividad, lo que hace prudente mantener las indicaciones de lavado frecuente de manos, uso de mascarilla, ventilación de espacios cerrados y fomento de la vacunación.
Finalmente, es importante recordar que la utilización de mascarilla es tanto un acto de cuidado personal, como del cuidado de las personas de nuestro entorno, por lo que es importante continuar su uso y realizarlo de manera adecuada, es decir, cubriendo nariz, boca y mentón.
Daniela Barriga Bustos, académica de Vinculación con el Medio, Enfer, mería, Universidad San Sebastián
La necesidad de erradicar desigualdades e injusticias
Es un hecho que los cambios generan incertidumbre, pero con eso también se despierta la esperanza de que las transformaciones sí son posibles y positivas. Previo a la pandemia por Covid-19, quién habría pensado que la economía mundial se paralizaría de la noche a la mañana y que las calles quedarían vacías con millones de personas obligadas a iniciar el teletrabajo. Como sociedad hemos sido testigos de nuestra inmensa capacidad de adaptación y de enfrentar estos cambios vertiginosos y hoy en el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, mi esperanza es que sepamos aplicar esta misma energía e ímpetu para seguir derribando obstáculos para lograr la plena igualdad, sea de raza, género, edad, identidad sexual u otra.
Para un giro de timón se requiere de un proceso donde la sociedad civil, sectores públicos y privados debemos ser capaces de enfrentar con honestidad y ver dónde podemos abrir más espacios para que no solo vayamos erradicando la desigualdad, sino también las injusticias. Garantizar a nuestros colaboradores la igualdad, inclusión y un salario digno para todos debe ser "el desde", lo mínimo que se les pueda ofrecer. Así lo entendemos en Natura. Somos conscientes de que debemos cuidar y proteger de manera activa los derechos fundamentales de cada una de las personas, poniendo al centro la tolerancia a la diversidad para que nos impulse a defender la inclusión en toda su amplitud.
Y para eso, la real inclusión, es necesario abrir caminos que ofrezcan nuevas oportunidades y aseguren lugares libres de prejuicios y estereotipos, donde cada persona pueda desarrollar sus potenciales y manifestar su esencia libremente, porque cada persona es un mundo y todo el mundo importa, con sus diferencias, culturas, modos y costumbres.
Catherine Railhet, gerente de Recursos Humanos Natura &Co.
Inclusión
En el contexto del día mundial del Síndrome de Down (Sd), en el que se hace visible una población invisible habitualmente, es importante reflexionar sobre la realidad en la que vivimos.
Lo primero que viene a mi mente es que el Sd. Down es una de las condiciones mas aceptadas en la sociedad. Para cualquier persona es fácil hacerse una idea de cómo es una persona con Sd.
Sin embargo, según datos de la Fundación ConTRABAJO , el 17% de la población chilena vive con alguna situación de discapacidad, un número más, pero si pensamos que esto es equivalente a la población de Chile desde el río Bío Bío al sur quizás nos permita darle una cara a esta realidad.
En el año 2010 entró en vigencia la Ley de inclusión social, el 2012 se aprobó la ley de no discriminación "Zamudio" y en el 2019 la ley de inclusión de laboral, un gran paso para nuestra sociedad, dando un espacio inexistente anteriormente a grupos vulnerables y excluidos. Pero, ¿esto nos hace un país inclusivo?
Actualmente es común ver personas en situación de discapacidad trabajando en grandes tiendas y supermercado, entre otros, recibiendo por ley un "beneficio", trabajo remunerado. Sin embargo, siempre me he preguntado, ¿esas personas son tratadas en equidad en esos lugares?, ¿las personas que trabajan con ellos las consideran como parte de su grupo social?
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Ximena Ulloa, U. Andes.