Denuncias sobre abuso escolar
Casos como los revelados en colegios de Santiago y en Talcahuano deben activar apoyo para las víctimas y sus comunidades. Es bueno que los y las jóvenes se manifiesten, que exijan seguridad, que no naturalicen la violencia en general, ni la violencia de género ni el bullying.
Denuncias por acoso sexual, abuso y hasta estupro en liceos de distintos lugares del país, especialmente colegios emblemáticos de Santiago, han llenado los titulares de los medios nacionales en los días recientes.
Frente a estas situaciones hay dos puntos a considerar: la visibilización de realidades que antes se ocultaban y el rechazo transversal a ellas. Ambas tienen un componente positivo, pues hablan de mayor conciencia, primer paso para resolver conflictos.
Así visto -y aunque cuesta reconocer hechos dolorosos- es bueno que los y las jóvenes se manifiesten, que exijan seguridad, que no naturalicen la violencia en general, ni la violencia de género, que son formas extremas de bullying, cuyas consecuencias pueden ser graves. Para entenderlo, basta recordar la situación vivida por la adolescente Katty Winter en 2018, quien llegó a quitarse la vida luego de acoso y extorsión (física y en redes sociales) de alumnos de cursos superiores en un colegio particular santiaguino.
Tras ese hecho los padres de la joven crearon una Fundación y se dedicaron a generar conciencia sobre la importancia de denunciar, realizar investigaciones y también conocer la raíz de estas situaciones. Por qué suceden. Desde el Ministerio de Educación, por su parte, ya en 2011 surgieron protocolos especiales para abordar la temática y hay reglas legales que cada colegio debe cumplir. Sin embargo, parece que todavía falta mucho por avanzar, sobre todo en educación sexual y en ruptura de patrones culturales relacionados con el entendimiento del poder. De acuerdo a datos de Bullying sin Fronteras, entre 2020 y 2021 las denuncias subieron 40% en Chile, a pesar de la virtualidad. Se estima que cuatro de cada 10 estudiantes alguna vez ha experimentado distintos tipos de abuso en sus años escolares.
Desde esa perspectiva, la inmediata activación de intervenciones es una muy adecuada reacción de parte de la municipalidad como sostenedora del establecimiento. Desde lo ocurrido ahí sería positivo también revisar protocolos en toda la región para acoger a víctimas y sus comunidades.