Bachelet acusa a Rusia de usar bombas de racimo y de posibles "crímenes de guerra"
GINEBRA. Oficina de la ONU que encabeza la chilena reveló que Moscú bombardeó con esta arma prohibida zonas pobladas de Ucrania en más de 24 ocasiones. También advirtió ataques contra hospitales y escuelas. Alcaldes advierten "drama humanitario".
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció ayer que las fuerzas armadas rusas han usado en al menos 24 ocasiones bombas de racimo, prohibidas por la ley internacional, contra áreas pobladas de Ucrania en las cinco semanas transcurridas desde el inicio de la guerra.
Bachelet además acusó a Rusia de ataques indiscriminados contra hospitales, escuelas y otras infraestructuras que "están prohibidos por la ley humanitaria internacional y podrían constituir crímenes de guerra", en una intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Cabe destacar que la Convención sobre Municiones en Racimo, en vigor desde 2010, prohibe el uso, desarrollo, fabricación y adquisición de este armamento debido a su impacto indiscriminado entre los civiles, aunque potencias como Rusia, Estados Unidos o China aún no lo han ratificado.
La misma oficina de la ONU está investigando además denuncias sobre el uso de este armamento por parte del Ejército de Ucrania, país que tampoco se ha adherido a la Convención.
Muertes de civiles
La expresidenta chilena recalcó que "el uso continuo de armamento explosivo con amplio impacto en zonas pobladas de Ucrania causa inmensa preocupación", e informó que su oficina ha confirmado el deceso de al menos 1.189 civiles en el conflicto, entre ellos 108 niños, números bastante menores que los que maneja el Gobierno ucraniano.
"La cifra real seguramente es mucho mayor, ya que en lugares de intenso enfrentamiento, como Mariúpol y Volnovaja, es muy complicado tener una imagen completa de la situación", explicó la alta comisionada.
Para la representante de la ONU, "toda la población ucraniana está viviendo una pesadilla en la que millones de personas se han visto obligadas a huir de sus casas, esconderse en sótanos y en refugios antibombas, mientras sus ciudades son atacadas y destruidas".
En cuanto a los ataques a instalaciones médicas, Bachelet sostuvo que su oficina ha verificado al menos 77, incluyendo 50 hospitales, y ha comprobado un significativo aumento de la tasa de mortalidad entre civiles en ciudades bajo asedio.
En esa misma línea, añadió que su oficina está investigando denuncias de movimientos forzosos de población civil desde la ciudad asediada de Mariúpol a Rusia o territorios controlados por fuerzas prorrusas.
Respecto a las detenciones, señaló que se han extendido la aprehensión "de civiles que expresan públicamente su apoyo a Ucrania", aunque dijo que también han recibido denuncias de asesinatos en Ucrania (dos personas) por expresar puntos de vista prorrusos.
De igual manera, se mostró "muy preocupada" por el maltrato que prisioneros de guerra parecen sufrir en ambos bandos, y agregó que han recibido denuncias de violencia sexual, que incluyen violaciones.
Bachelet lamentó la muerte de al menos siete periodistas que cubrían la guerra y de 22 reporteros y activistas que han desaparecido. Finalmente, reiteró a la "Federación Rusa que escuche el firme llamado de la Asamblea General de la ONU y de este Consejo de Derechos Humanos, y que inmediatamente retire sus tropas del territorio ucraniano".
Cruz roja y ALCALDES
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) confirmó daños en su almacén de la ciudad de Mariúpol, donde decenas de miles de civiles están bajo el asedio de las tropas rusas.
No obstante, el equipo que CICR tenía en Mariúpol evacuó la ciudad hace dos semanas, por lo que no tienen cómo saber la gravedad de los daños o si hubo víctimas. Además, todos los suministros que había en el almacén fueron distribuidos a principios de marzo, por lo que se desconoce si desde entonces ese espacio fue utilizado.
En cuanto al derecho humanitario internacional, las Convenciones de Ginebra sostienen que los objetos y lugares utilizados para operaciones humanitarias deben ser respetados y protegidos en guerra.
Por su parte, el alcaide de Leópolis, Andriy Sadovyi y el de Kiev, Vitali Klitschko, pidieron ayuda a la Unión Europea y denunciaron el drama humanitario que viven sus ciudades con ataques "premeditados" contra jardines infantiles, colegios y hospitales.
Sadovyi agregó que "vamos a tener que construir más de un millón de metros cuadrados... espero que la Unión Europea nos ayude con eso".
4 millones