El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó ayer que sus equipos pudieron acceder a la ciudad ucraniana de Bucha, en la que se ha denunciado una posible masacre de civiles por parte del ejército ruso, y donde según esta organización los sobrevivientes están traumatizados.

"La gente con la que la CICR se ha encontrado está profundamente traumatizada, empiezan a llorar al comenzar a hablar, y uno de ellos no ha dormido en mes y medio, es difícil hacerse la idea de lo que han sufrido", indicó en una nota ayer la organización.

El equipo de CICR, que llegó a la ciudad el martes, señaló que ha sido testigo en Bucha de "escenas devastadoras de destrucción", con numerosos restos de explosivos en las calles y supervivientes urgentemente necesitados de ayuda humanitaria.

"Personas mayores y enfermos están solos en sus apartamentos sin calefacción, agua ni electricidad, mientras los que pueden hacen fuego en la calle para cocinar, llevando comida a los más necesitados", describió la organización.

El hallazgo de centenares de cadáveres de civiles en Bucha, localidad de las afueras de Kiev, ha sido condenado por países occidentales y ha desatado una nueva ola de sanciones contra Rusia (ver nota principal).

Diez corredores

Por su parte, el Gobierno ucraniano, a través de la viceprimera ministra y titular para la reintegración de los territorios ocupados, Iryna Vereschchuk, informó ayer de diez corredores humanitarios para la evacuación de civiles de las ciudades de Mariúpol, Tokmak, Energodar, Melitopol, Severodnoetsk, Lysychansk, Popasna, Rubizhne, Gyrske y de Luhansk.

Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió ayer acceso a las zonas más castigadas de Ucrania, junto con denunciar 91 ataques a red sanitaria.

El Ejército ruso se prepara para lanzar en cuestión de "tres o cuatro días" la ofensiva final en el Donbás, al este de Ucrania, según las autoridades de Lugansk leales a Kiev, informó ayer Efe.

"Los preparativos de la operación ofensiva en el este de Ucrania, que tiene como objetivo establecer el control total sobre el territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk", confirmó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas.

Asimismo, la Administración Militar de Donetsk dio cuenta ayer de un martilleo constante con artillería pesada a lo largo de toda la línea de separación de fuerzas.

En el centro de la ciudad portuaria de Mariúpol, en el mar de Azov, los principales combates ya se han terminado, según las milicias separatistas, aunque Kiev destacó que sus tropas siguen resistiendo.

Por su parte, el Instituto para el Estudio de la Guerra, de Estados Unidos, afirmó en su último boletín que Rusia continúa redistribuyendo fuerzas en el eje hacia Slaviansk, que su ejército "no se ha asegurado ningún avance de calado" y que no parece disponer de "una potencia ofensiva suficiente para romper las defensas ucranianas en un ataque frontal".

En este sentido, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitró Kuleba, destacó que lo que necesita su país son "armas, armas y armas", y vaticinó que la batalla en la región del Donbás "recordará a la Segunda Guerra Mundial".

En una demostración de que Kiev espera lo peor, las autoridades ucranianas pidieron a la población civil que abandone, además de Donetsk y Lugansk, las de Járkov y Dnipró, ya que después puede ser demasiado tarde.

Por su parte, las negociaciones para un alto el fuego en Ucrania retrocedieron ayer entre acusaciones de que Kiev ha dado marcha atrás a algunos de los acuerdos alcanzados con Rusia en Estambul.

"Vemos que el régimen de Kiev está controlado por Washington y sus aliados, que empujan al presidente Zelenski a continuar las acciones militares", dijo Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso. Las discrepancias en las negociaciones coinciden con la condena de los supuestos "crímenes de guerra" de las tropas rusas.

3 ó 4 días sería el plazo de Rusia para lanzar la ofensiva final sobre el Donbás, según Ucrania.

Los países de la ONU suspendieron ayer la participación de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos, una medida de exclusión casi inédita y basada en supuestas "violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos" cometidas por las tropas rusas en Ucrania.

De esta manera, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la iniciativa impulsada por Washington con 93 votos a favor, que incluyó el apoyo de Chile, 24 en contra y 58 abstenciones.

Asimismo, respaldaron la medida Estados Unidos, la propia Ucrania, los países de la Unión Europea, y otras naciones latinoamericanas como Argentina, Colombia, Perú y Uruguay. También otros estados como Australia, Canadá, Turquía y Noruega.

Rusia es el segundo país suspendido del Consejo de Derechos Humanos desde que éste se creó en 2006, debido a que hasta ahora, el único precedente era la exclusión de la Libia de Muamar el Gadafi en respuesta a la represión de las protestas de 2011.

Antes de la votación, el embajador ucraniano ante Naciones Unidas, Sergiy Kyslytsya, señaló que "Rusia no sólo está cometiendo violaciones de los derechos humanos, sino que está sacudiendo los cimientos de la paz y seguridad internacionales".

La posibilidad de excluir a Rusia del Consejo de DD.HH. se comenzó a plantear hace semanas, pero Washington no decidió dar el paso hasta que se conoció la supuesta matanza llevada a cabo en la localidad de Bucha, cerca de Kiev, donde las autoridades ucranianas acusan a tropas rusas de matar a cientos de civiles.

Tras la decisión, la embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, expresó que con la medida se envía "un claro mensaje de que Rusia tendrá que rendir cuentas".

Por su parte, la delegación rusa denunció que la propuesta de EE.UU. estaba basada en supuestos crímenes que son "montajes" o "falsedades" y la calificó como un intento de mantener "control total" sobre el sistema internacional usando los DD.HH. como pretexto.

En esa misma línea, el Ministerio de Exteriores ruso dijo que considera la "medida ilegal y política destinada a castigar expresamente a un Estado miembro soberano de la ONU que sigue una política interior y exterior independiente".

Añadió que consideran que el Consejo "ha sido prácticamente monopolizado por un grupo de países que lo utilizan con sus fines coyunturales".

Voluntariamente

Luego de ser suspendida, Rusia anunció que ella se retiraba voluntariamente del Consejo debido a que éste se ha convertido en un instrumento de Occidente.

Según el diplomático Gennady Kuzmin, la ONU se ha convertido en un instrumento de EE.UU. y sus aliados, que fueron quienes impulsaron la suspensión de Moscú.

El representante ruso agregó que, pese a su retirada del órgano, su Gobierno "continuará cumpliendo con sus obligaciones" en materia de DD.HH.

Ucrania

La respuesta del embajador ucraniano, Sergiy Kyslytsya, llegó inmediatamente, quien precisó irónicamente que "uno no dimite después de ser despedido. Eso es exactamente lo que ha pasado con la Federación Rusa".

A su vez, el Gobierno ucraniano celebró la suspensión y a través de su ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, indicó que "los criminales de guerra no tienen espacio en organismos de la ONU cuyo fin es la protección de los derechos humanos", según publicó en su cuenta de Twitter la autoridad.