La convención
El 7 de abril es el Día Mundial de la Salud, conmemoración que coincide en nuestro país con un momento de importantes transformaciones. El arribo del nuevo gobierno del presidente Boric y los debates en torno a la convención constituyente están reconfigurando diversos aspectos de la vida política, económica y social que impactarán en nuestro sistema de salud, especialmente demandado por un acceso a prestaciones oportunas, seguras y de calidad para todas las personas.
Desde la vereda de la innovación tecnológica, nos encontramos atentos a los debates que surjan en esta materia, con el fin de poder contribuir con nuestra experiencia en áreas como regulación y ética para un mayor y mejor acceso a salud de calidad.
Es necesario relevar que los dispositivos médicos están presentes en el viaje del paciente, desde la prevención de la enfermedad, pasando por su diagnóstico, hasta el tratamiento y rehabilitación de las personas. En las etapas más tempranas de este ciclo, los dispositivos médicos participan directamente en la detección oportuna, ayudando con esto a disminuir de manera significativa los gastos en salud que implican el abordaje de enfermedades en fases avanzadas, tanto en el sistema público como privado y, finalmente, en el propio de bolsillo de los pacientes.
Es decir, el acceso oportuno a tecnología de calidad colabora con el abordaje integral a las diferentes patologías, en especial a las de mayor relevancia para la salud pública. Las soluciones tecnológicas permiten mejores diagnósticos, tratamientos y rehabilitación de las personas, ayudando a disminuir, por ejemplo, las listas de espera GES y No GES, tema especialmente acuciante en un escenario post pandemia.
Es por ello que, en esta nueva etapa democrática, es vital que las autoridades gestionen modelos, mecanismos y políticas públicas que favorezcan el acceso de todas y todos a las mejores tecnologías en salud, a través de un diálogo público-privado constructivo.
Como asociación estamos convencidos del poder de la tecnología para cambiar y mejorar la vida de miles de personas. Para ello necesitamos un ecosistema de salud centrado en los pacientes, donde actores públicos y privados trabajemos de manera colaborativa para que las innovaciones lleguen de manera oportuna, efectiva y segura a los usuarios finales..
Gabriela Garnham, gerente general de la Asociación de Dispositivos Médicos de Chile (ADIMECH).
Colaciones en niños
Una alimentación balanceada se caracteriza, entre otras cosas, porque sea suficiente. Es decir, consumir todo lo que se necesita dentro de un día. En ese sentido, colaciones pequeñas ayudan a cumplir los requerimientos al mismo tiempo que permiten satisfacer el hambre.
Pero, ¿qué tan necesario es que los niños consuman colaciones entre las comidas principales? Los niños tienen que cumplir con sus requisitos nutricionales mínimos para poder llevar a cabo todas sus actividades. Sobre todo, hay que considerar que es una época de crecimiento corporal rápido y en la cual se instauran los hábitos alimentarios en miras de la complicada adolescencia. En ese sentido, una colación que signifique un 5-10% de las calorías totales a ingerir va a estar dentro de los requerimientos diarios.
Algunos expertos señalan que, como guía, un niño tiene que comer una colación si pasan más de 4 horas entre el desayuno y el almuerzo. El consumo de estas pequeñas porciones de alimentos permite saciar el hambre que pueda sentir si no ha comido hace un buen rato. Además, ayuda a mejorar el rendimiento académico al proveer energía para la concentración, además del humor, ya que a nadie le gusta sentir hambre.
Cabe destacar que estudios muestran cómo si los estudiantes consumen una colación a media mañana llegan con menor ansiedad al almuerzo. Esta sensación se puede confundir con hambre y lleva a que se consuman excesos de comida. Por lo tanto, una colación ayuda a que tomen mejores decisiones y que puedan aprender a satisfacer su apetito de manera correcta.
Existen diferentes determinantes a la hora de la elección de la comida, entre ellos la educación en el hogar y en el colegio, la oferta en los kioscos, lo que consumen los pares, etc. Es ideal que estas colaciones no sean de tan alto valor energético ya que solo son una pequeña comida que sirve para disminuir el hambre y poder llegar bien a la siguiente comida principal. En ese sentido, es un momento ideal para comer una fruta, yogur con un puñado de cereales sin azúcar añadido, frutos secos o un pequeño sándwich con jamón o palta. Y, por qué no, unos clásicos huevos duros. Una porción pequeña que satisfaga.
Es importante educar a los niños en torno a la importancia de una colación saludable evitando, en general, alimentos con alta densidad calórica, excesos de grasa, sal y azúcar. Y no porque estos sean malos: los alimentos no tienen valor moral y comidas como estas se pueden consumir dentro de un estilo de vida con buenos hábitos. Conviene evitarlos, ya que las colaciones van a formar parte del día a día, en donde se establecen las decisiones alimentarias de los futuros adultos. Es por eso que conviene optar por opciones lo más balanceadas posible.
Óscar Barrera Marengo