Alejandro Torres Caamaño

Como ya es sabido, en marzo del presente año, el costo de la vida registro un alza, lo que quedó demostrado a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el que anotó un incremento mensual de 1,9%, una variación acumulada de 3,4% en lo que va del año y un alza a doce meses de 9,4%. En dicho contexto, vale mencionar que once de las doce divisiones que conforman la canasta del IPC aportaron incidencias positivas en la variación mensual del índice y una incidió de forma negativa, y es por esta razón que en la región persisten los negocios de barrio, a los que se suman las distribuidoras locales, que en mucho casos se presenta como una alternativa más económica para los ciudadanos. Tanto así que desde la distribuidora La Escoba, Chillán, plantean que en este nuevo escenario, principalmente en este primer trimestre, las ventas han incrementado en un 10%, aproximadamente.

Así por lo menos lo percibe Víctor Vega, administrador de Operaciones de la empresa citada, quien explicó que los usuarios no solo han aumentado, sino que también han registrado comportamientos nuevos: el aumentar el volumen de la compra. "En general tenemos una clientela bastante estable, pero todo este tema del aceite y alzas de productos que ha habido últimamente, ha aparecido un poco más de clientes, y el volumen también. Con decir que venían a comprar aceites con pallets, y ya se acabó, hay temas de stock, y se generó una suerte de desesperación por el aceite (…) Desde febrero, en general diría que las ventas han aumentado en un 10% aproximadamente", sostuvo el administrador de La Escoba, quien precisó que, en su mayoría, las personas acceden al local en busca de bienes esenciales, lo que se suma a que el público que más visita La Escoba es el dueño de negocio, no así el cliente final.

"Acá vienen más que todo por aceite, azúcar, arroz, tallarines, es lo que se vende. En pandemia ha sido extraño, hemos tenido de todas las situaciones, sobre todo cuando había cuarentenas, restricciones de fines de semana. Ahí cambió todo, totalmente a cómo veníamos proyectando los años. Es difícil pronosticar ventas, pero ahora se debiera estabilizar el tema. Hay meses donde teníamos más o menos flujo, pero todo sujeto a las restricciones que había", dijo, añadiendo que "los rubros son distinto. Un supermercado apunta a clientes dinámicos, nosotros a comerciantes, negocios, a revendedores, feriantes, etcétera, son tipos de clientes distintos. Nosotros somos cerca de un 20 o hasta un 50% más barato que el supermercado, entonces llega el comerciante. El fuerte de las distribuidoras y mayoristas es el precio más que todo", mencionó Víctor Vega, desde la distribuidora citada.

En el caso del supermercado chillanejo La Torre, Raúl Oyarce, quien lidera desde hace 14 años el local, comentó que el fuerte del negocio son los precios bajos, por lo que el público ha privilegiado esa condición. "Es así, porque la gente hoy busca lo más económico, lo más barato, y nuestro local es económico todo el año, desde que se abrió. La gente, actualmente, viene de todos lados, ya no se trata de un sector de la población en cuanto a ingresos, y esto quiere decir que a todos les ha afectado esto de la pandemia y las alzas de precios. Los supermercados han subido demasiado. Nosotros tenemos un aceite que cuesta $2 mil 690, y el mismo, misma marca y todo, está en un supermercado conocido a $3 mil 990, entonces la diferencia es grande. Hoy, el producto que más se compra al por mayor diría que son las legumbres, arroz, aparte del aceite, y cosas de conserva, como jurel, atún; las personas están medio asustadas, si antes compraban cinco tarros de salmón, ahora compran una caja. Eso se está dando mucho", dijo.