Conciencia ecológica
Quizás como nunca nuestro planeta está sometido a cambios y desafíos de enorme magnitud. En nuestro país, el tema energético ha sido relacionado en el último tiempo con eventuales daños a la naturaleza.
Pocos años tiene la conversación medioambiental y, en general, el cuidado de la Tierra, por parte de la sociedad. En general, es una materia del postmodernismo, aunque ciertamente ha estado presente en todas las culturas - sobre todo orientales y aborígenes-, donde nuestra existencia se entiende como un elemento más, como una mínima parte de un todo mucho más complejo.
Quizás como nunca nuestro planeta está sometido a cambios y desafíos de enorme magnitud, los que tienen un origen antropogénico, vale decir, causados por nosotros y no situaciones distintas, como las explosiones de súper volcanes, o caída de meteoritos, como tantas veces ocurrió en millones de años. El calentamiento global del planeta que hemos generado, con todas sus consecuencias es la mejor prueba de ello.
El viernes pasado se conmemoró el Día Internacional de la Tierra, cuyo principal promotor fue el senador estadounidense Gaylord Nelson, quien reclamó este día para crear una conciencia común a los problemas de la superpoblación, la generación de contaminación excesiva en procesos productivos, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales. Todo hace parecer que hoy la conciencia ecológica crece. Así también se desprende de los movimientos sociales que han puesto de relieve estas discusiones. En nuestro país, el tema energético ha sido relacionado en el último tiempo con eventuales daños a la naturaleza. Sin embargo, más allá de los grandes temas medioambientales, existen aquellos particulares o menores, pero no menos importantes, confinados a las comunidades, en los que la conciencia ecológica no existe. Están desde quienes lanzan basuras a los ríos, a las lagunas o al mar, o incluso quienes tiran a diario sus desperdicios en las calles o en las playas.
Es frecuente que muchas personas asignen a los demás la responsabilidad de mantener limpio el ambiente y sus ciudades, pero no entienden que es una tarea que parte por cada uno. En la medida en que cada adulto actúe en forma responsable en este tema, irá formando a sus hijos en esa misma cultura. Hay que entender que la Tierra es nuestra gran casa.