Nicolas Cage se burla de sí mismo en la pantalla
Esta semana llegó a salas "El precio del talento", la meta-comedia de acción que cruza al astro de Hollywood con el chileno Pedro Pascal. Una humorada sobre la decadencia que -extrañamente- opera como homenaje.
En algún momento de su carrera, hace ya algunos años, Nicolas Cage bajó la ansiedad por mantenerse aferrado a la cima de Hollywood y comenzó a aceptar cualquier papel que le ofrecieran, especialmente en películas de clase B. El efecto de esta decisión fue positivo. Cage adquirió un aire de excentricidad y nobleza que va más allá de asuntos actorales.
"El precio del talento" -película que llegó este jueves a salas chilenas- aprovecha este momento en la vida del actor para invitarlo a burlarse de sí mismo. Convengamos que en esa tierra de vanidades que es la industria cinematográfica estadounidense pocos están dispuestos a exponerse de esta manera (John Malkovich en "¿Quieres ser John Malkovich?" y Jean-Claude Van Damme en "JCVD" son algunas de las excepciones). Cage lo hace con gusto, ridiculizándose en la primera escena, mientras avanza por las calles de Los Ángeles en su auto escuchando una canción de Creedence Clearwater Revival. Se dirige al mítico hotel Chateau Marmont, donde se reunirá con un director que podría reclutarlo para su próxima película. Su actitud es patética. Compara el proyecto del cineasta con "El rey Lear" y se atreve a lucir exageradamente sus dotes histriónicos para conquistarlo. Como espectadores sabemos que nada bueno puede surgir de esa reunión.
Pero los golpes siguen: descubriremos que Cage tiene una hija adolescente que, al igual que su ex mujer, detesta su narcicismo. Por ahí, como voz de la consciencia o recuerdo de tiempos mejores, a la estrella de Hollywood se le aparece su versión joven. Es un Nicolas Cage de cabello oxigenado que recuerda los tiempos de "Raising Arizona".
El estancamiento del actor tiene una salida cuando su representante le ofrece aparecerse en el cumpleaños de un millonario de Mallorca (el chileno Pedro Pascal). Se trata de un fan de sus películas que está dispuesto a pagar una gran suma de dinero por su presencia. Cage, por supuesto, acepta. Entonces, lo que parecía una comedia sobre el fracaso se convierte en una "buddy movie" gracias a estos personajes que rápidamente encuentran asuntos en común, como que ambos son admiradores de "El gabinete del doctor Caligari", la célebre película de 1920.
Pero la trama no se queda ahí. Dos agentes del CIA contactan al actor y le cuentan que su nuevo amigo es un poderoso criminal. Le piden ayuda para atraparlo. Cage se verá de pronto reviviendo las películas de acción que alguna vez protagonizó.
"El peso del talento" contiene muchos chistes relacionados con la filmografía de su protagonista. Es, si se quiere, un homenaje a su trayectoria en forma de comedia. El director Tom Gormican juega con las referencias y los géneros de Hollywood sin temer por los lugares comunes. Estos son, de hecho, fundamentales para sostener una gran broma que tiene buenos diálogos y la grata ligereza que se espera de una apuesta como ésta.
En "El precio del talento" nicolas cage se pasea por su narcisismo y por todas las actuaciones que hizo en su carrera.
En resumen
Pronto veremos a Cage haciendo de Drácula en la película "Renfield".
Por Andrés Nazarala R.
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