Es lamentable que se usen temas que merecen nuestro respeto, para hacer una acusación falsa. Hace unos días un joven era acusado de abuso tras una amenaza por no haber querido salir con una chiquilla. Por una parte, es increíble, que una joven utilice algo así. No favorece a las mujeres que verdaderamente fueron dañadas, y permite que el ambiente se enturbie. Por otra parte, es asombroso que se pueda albergar tanto rencor en una persona que aún no cumple los 18. Esto provoca la destrucción de la imagen de una persona, de su autoestima, puesto que hoy no se atreve ni a salir de casa. Y aunque es posible comprobar que la acusación es falsa, tendrá que pasar por todo un proceso para probar su inocencia.
No cabe duda que lo que vertimos sobre nuestros más pequeños y jóvenes puede desembocar en situaciones como éstas. La sinceridad ya no es un valor, ahora todo se puede usar con tal de ser más competitivos, de tener fama. Son estas actitudes de los adultos, las que captan ellos. Además, reciben todo lo que supuran algunas de nuestras heridas no bien sanadas y procesadas. Acumulan odio y decepciones, y tras una interpretación propia de una etapa de la vida que aún no es madura, reproducen en sus hechos y palabras, el peso de la carga negativa que reciben.
Celebramos este mes el día del padre, quizás sea bueno recordar la grandeza de muchos hombres que han dado la vida por sus familias, por sus hijos. Tengo presentes testimonios de un padre que cuida de su esposa e hijo postrados y que lejos de salir corriendo afrontó la situación entregando todo lo que es, lo que tiene y lo que es capaz de dar. Otro que, siendo abandonado por su esposa, sacó adelante a sus dos chiquillas, compatibilizando la crianza y el trabajo como carpintero para que sean profesionales. Y hay muchos más.
El día de la mujer, el de la madre surgen como respuesta a una sociedad que no entrega los medios, a una política que no defiende sus derechos, a una falta de reconocimiento, de respeto y de dignidad. No podemos dar un paso en falso, haciendo que haya que recordar un día que defienda los derechos del hombre porque esta situación haya volteado el péndulo hacia el otro extremo. El camino del medio es la virtud, en el que se respetan los derechos y la dignidad de todos, en el que no hay que demostrar inocencias porque la verdad no es puesta en entredicho, en el que la venganza y el odio no tienen cabida. Es, en definitiva, el camino del Reino, de ése lugar en el que se celebra el banquete del amor, de la justicia, del perdón y la paz; una mesa circular en la que no hay primeros puestos, en la que nadie queda con hambre, y nadie se queda aislado de la conversa y la celebración, en la que Dios, Jesús, se ciñe para servir y lavar los pies, dando así ejemplo a todos de lo que nos lleva a la felicidad.
Hna Marta García Religiosa domínica.