Sebastián Mejías O.
Más que un activista político, Egon Montecinos se reconoce como un independiente, militante por la causa del regionalismo y la descentralización. Como académico titular de la Universidad Austral de Chile, es reconocido por muchos como uno de los referentes del concepto de Estado Regional que asumió, en parte, la Convención y que luego de complejos debates trasladó a la propuesta de nueva Constitución que será plebiscitada el próximo 4 de septiembre.
Se trata de un híbrido entre el Estado Federal y el Estado Unitario que en esta entrevista Egon Montecinos explica y desmitifica. Un debate amplio y teóricamente rico que, a su juicio, supo dar la Convención y que terminó por demostrar "quiénes son los verdaderos militantes de la causa de la descentralización y los que solo quieren mejorar el centralismo sin cambiar nada".
- Hay académicos e incluso convencionales que me han dicho que usted es el padre o, al menos, uno de los padres de la idea de Estado Regional que se trabajó en la Convención.
- (Ríe) Me da un poco de pudor responder. Aunque no puedo negar que en las elecciones de convencionales, con un grupo de colegas, propusimos una especie de decálogo para un Estado Regional al que adhirieron varios candidatos y candidatas a convencionales. Debo decir, también, que puede que en Chile esta idea sea novedosa pero no lo es en la experiencia comparada. Acá casi nada se discutía en el ámbito político o público, sobre la idea de dar un paso importante en materia de autonomía a nivel regional.
- ¿Por qué era tan importante dar ese paso?
- Porque en Chile siempre hemos tenido autonomías institucionales, o sea, municipalidades y gobiernos regionales, pero nunca territorios verdaderamente autónomos. Esa es la gran diferencia y el mayor sustento de la idea de Estado Regional que propusimos. Autonomías que traen consigo varios derechos. El derecho político a gobernar un territorio, por ejemplo, que nunca lo habíamos tenido, queda consagrado ahora.
- ¿Le dolió que no prosperara la idea de que las regiones sean capaces de legislar?
- Mira sí y no. Si no me dolió fue porque en nuestra historia política no hay una tradición legislativa importante en los territorios. Y lo planteo así porque la propuesta de Asamblea Legislativa Regional era sumamente acotada. No era que las regiones tendrían leyes distintas a las del país o una Constitución propia. Por eso me dolió que no prosperara, porque era una idea muy poco radical con la tradición.
- ¿Cómo quedará plasmada la autonomía política?
- La autonomía política se plasmará en que el gobierno regional será, efectivamente, el gobierno de la región sin tener que compartir poder con un gobierno central que hoy está en la región, representado por esta figura del delegado presidencial. Por otro lado, hay que destacar los derechos de participación política que se le otorga a la ciudadanía en los territorios autónomos, llámese regiones o comunas. Habrá muchos mecanismos de participación directa y vinculante, a nivel territorial.
- ¿Y qué hay de la descentralización financiera?
- Este borrador avanza gradualmente en generar mecanismos que permitan avanzar en descentralización financiera. Significa que las instituciones regionales van a tener la capacidad de incidir en recursos sectoriales que hoy día no administra el Gore. Además, se plantean una serie de fondos de compensación territorial que disminuyan la inequidad y que serán materia de ley. Y muy importante dejó consagrado que el deber y la facultad de velar por la estabilidad macroeconómica y fiscal serán centralizados, es decir, no será responsabilidad de gores y municipios, desmintiendo a los agoreros del desequilibrio fiscal porque tengan más recursos las instituciones subnacionales.
- Sobre la descentralización fiscal, ¿los recursos de los puertos podrán quedarse en la región?
- Primero hay que decir lo que implica una descentralización fiscal en el proyecto que es, por un lado, la capacidad de generar tasas y contribuciones regionales, y por otro lado propender a que, progresivamente una parte significativa del gasto público sea ejecutado a través de los gobiernos subnacionales, algo que quedó consagrado en el borrador. Con ello, las regiones podrán tener más participación en la recaudación fiscal sobre ciertas actividades económicas que se desarrollen en el territorio. De ahora en adelante, el modelo de Estado Regional hará que una región como Valparaíso tenga mayor participación en la recaudación fiscal de su actividad portuaria, por ejemplo. O en las regiones que tienen zona franca podrá pasar lo mismo.
- En la Región tenemos consejeros regionales preocupados de que la nueva Asamblea Regional tenga menos facultades. ¿Es así?
- Para nada. Y al contrario aumentarán sus atribuciones. Tendrán la capacidad de aprobar la creación de empresas públicas, de solicitar ciertas capacidades legislativas al Congreso o iniciar trámites legislativos ante la futura Cámara de las regiones. Por lo tanto, la nueva Constitución transformará ostensiblemente en actores políticos relevantes y de contrapeso a la figura del gobernador. Capacidad ejecutiva no han tenido nunca, ni cuando estaban los intendentes regionales.
- ¿La lucha por la descentralización es transversal o se fue complejizando -reacomodando- con el correr de las discusiones que dio la Convención?
- Hasta antes del borrador estoy seguro de que era una lucha transversal porque no se cuestionaban las bases institucionales y estructurales de cómo se distribuye el poder político. Siempre se partió del supuesto que luchar por mejorar la institucionalidad no implicaba cambiarla, es decir, transformar la forma de distribuir el poder político a nivel regional.
- ¿Cree que había un vacío conceptual y teórico cuando se hablaba de descentralización?
- Exacto. Antes del proceso constituyente no había una discusión seria de lo que es la descentralización y de lo que implica el distribuir poder. Luego, cuando comenzaron las propuestas de cambios estructurales, se produjo una especie de freno histórico a raíz de la tradición centralizada que nos marca. Esa costumbre de mejorar el centralismo, no cambiarlo. A algunos les sigue pesando la noche portaliana del Estado fuerte y centralizado. Los tiempos han cambiado, el Estado moderno debe empezar a distribuir poder porque no puede resolver los problemas complejos de la sociedad de manera vertical y como único actor.
- ¿Cómo enfrentarán los regionalistas la campaña tan intensa que se viene?
- La mayoría de los regionalistas que conozco están inclinados por el apruebo, y por cierto existen algunos que no están convencidos con el proyecto de nueva Constitución, aunque no sé si estos últimos estarán dispuestos a ser rostros regionalistas del rechazo. En parte, eso sería contradictorio porque mucho de los motivos de movilizaciones de años por más descentralización están contenidos en este proyecto. Pero reitero, no habrá una voz única de regionalistas, eso creo que no sucederá, porque tal como dije, una de las cosas más relevantes que descubrió este proceso fue que hizo examinar profundamente la noción de descentralización.
"Los tiempos han cambiado, el Estado moderno debe empezar a distribuir poder porque no puede resolver los problemas complejos de la sociedad de manera vertical y cómo único actor".