Europa vive con preocupación una inédita y mortífera ola de calor, con históricas alzas de temperatura e incendios forestales, pero ya debe prepararse para dos fenómenos que están a la vuelta de la esquina: una nueva ola de covid-19, similar a la de 2021, y un otoño e invierno sin gas ruso, de mantenerse la tensión entre Occidente y Moscú producto de la guerra en Ucrania.
El panorama hizo que ayer Europa entera se volcara a protegerse del sol. En París y Londres se registraron récords de temperatura, en Alemania se encendieron las alertas, mientras que en Portugal y España el fenómeno declina dejando más de 1.500 muertos y una serie de incendios forestales, que ahora arrasan además con miles de hectáreas en Grecia y Francia.
Tras los siniestros, Portugal calcula que el exceso de fallecimientos es de 1.063 para las últimas dos semanas sobre el promedio habitual en este periodo, cifras que las autoridades sanitarias atribuyen a la ola de calor.
El país batió el 14 de julio su récord de temperatura con una máxima de 47 grados registrados en Pinhão-Santa Barbara.
Incendios y récords
En Francia, París marcó ayer 41 grados, en lo que se espera sea el récord de la actual ola de calor que mantiene a la capital gala, y a la mayor parte del país, en alerta naranja.
Estas temperaturas contribuyen a los incendios, sobre todo a los que azotan el sur del país, que han quemado más de 19.000 hectáreas y forzado la evacuación de más de 37.000 personas.
La ola de calor llegó más al norte, a Reino Unido. Londres declaró ayer el estado de "incidente grave" a causa de los múltiples incendios en la capital y sus alrededores que amenazaban viviendas en la localidad de Wennington.
El alcalde de la capital británica, Sadiq Khan, calificó la situación como "incidente grave" y dijo que la Brigada de Bomberos se encontraba "bajo inmensa presión".
El Reino Unido superó ayer por primera vez en su historia los 40 grados centígrados (40,3), en la jornada más calurosa jamás registrada, según datos de la Oficina de Meteorología británica, superando los 38,7 grados de Cambridge en 2019.
Esto generó cancelaciones de vuelos, retraso en los servicios de tren y del metro, lo que obligó a las autoridades pedir que las personas evitaran viajar a menos que fuera "absolutamente esencial".
"Apocalipsis"
En el norte y centro de Italia, los termómetros llegaron ayer hasta los 42 grados y se espera que siga subiendo durante la semana, en lo que se ha llamado la ola de calor "Apocalipsis", que además propaga los incendios por la falta de lluvias y la peor sequía en décadas.
Según el gremio de los agricultores, van más de 23.000 hectáreas quemadas en al menos 200 siniestros diferentes.
Ayer también, pero en Grecia, dos incendios forestales rodearon Atenas, alcanzando casas y obligando a la evacuación de cuatro pueblos alrededor de Penteli, así como un hospital infantil y una de las dependencias del Observatorio de Atenas.
Caos en aeropuerto
Con el calor, los rieles de las vías férreas se deforman, al igual que las pistas de los aeropuertos. Si el lunes Londres debió cancelar vuelos, ayer el caos se instaló en el Schiphol de Ámsterdam, donde hubo 39 grados.
Este aeropuerto, el tercero más transitado por el tráfico internacional de pasajeros, ayer era uno de los puntos más caóticos del mundo, con filas para cruzar los controles de seguridad interminables y con esperas de más de cinco horas.
El calor también llegó a Alemania, con temperaturas de hasta 40 grados, y en Berlín se espera para hoy la máxima de la semana, que hasta ahora es de 41,2 grados alcanzados en julio de 2019 en Duisburg.
Lo que viene
Cuando aún no culmina la ola de calor, Europa ya comienza a avistar dos grandes amenazas: un invierno sin abastecimiento de gas ruso (ver nota anexa) y una nueva ola de covid-19, alertada ayer por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Según el organismo, el panorama actual ya es similar al del verano de 2021, con casi tres mil muertos semanales, por lo que los Gobiernos deben prepararse para el otoño y el invierno.
"Con el aumento de casos también estamos viendo una subida de las hospitalizaciones, que no harán más que incrementarse en los meses de otoño e invierno cuando las escuelas reabran, la gente vuelva de vacaciones y la interacción social se mueva a los interiores con la llegada del frío", dijo el jefe para Europa de la OMS, Hans Kluge, quien recomendó vacunarse, usar mascarilla en lugares cerrados y seguir los protocolos de higiene.
1.063 fue el exceso de mortalidad de Portugal entre el 7 y el 18 de julio. Los decesos se atribuyen al calor extremo.