Mientras California se incendia, Boston y otras ciudades sufren temperaturas récord
OLA DE CALOR. Un muerto en Nueva York y el fuego amenaza al parque Yosemite.
Más de 90 millones de personas en Estados Unidos soportan la ola de calor mortal que afecta al país, que además trajo brutales incendios.
En Boston la temperatura llegó ayer a casi 38°C, superando el record de 1933 de 36,7°C.
En tanto, en Nueva York se confirmó una muerte relacionada con el calor, pese a que no superó las máximas históricas.
Cerca de Newark, en Nueva Jersey, fue el quinto día consecutivo en que las temperaturas se acercan a los 38°C, la racha más larga desde 1931.
Como consecuencia de esta ola de calor, se produjo un segundo incendio cerca del parque de Yosemite, tras el de principios de mes, que ya afectó a unas 4.800 hectáreas y sigue sin estar controlado.
El fuego, cuyo origen se está investigando, se declaró el viernes por la tarde y afecta al condado de Mariposa, donde se habilitaron refugios para acoger a la población.
La cadena CNN detalló ayer que es el mayor incendio activo en California, que cerca de 6.000 personas recibieron orden de evacuación y el fuego amenaza a unas 2.000 estructuras, incluidos edificios residenciales y comerciales, detalló The Washington Post.
El fuego se encuentra a unos 48 kilómetros del parque nacional de Yosemite, uno de los más populares de EE.UU., que entre sus atracciones cuenta con el monolito El Capitán y el bosque Mariposa, donde algunos árboles, con edades de hasta 2.000 años, alcanzan alturas de casi 80 metros.
"Ha ido de mal en peor", indicó la cuenta de Twitter del mapa interactivo del condado.
El fuego obligó a cerrar carreteras y se vio impulsado por altas temperaturas, condiciones de extrema sequía y el viento.
El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia y pidió a las agencias estatales que movilicen a su personal y recursos para contenerlo.
A menos de 16 kilómetros al este de ese incendio, el desatado el pasado 7 de julio y bautizado como Washburn afectó ya a unas 2.000 hectáreas y está controlado en un 79%, según los últimos datos.