Patricio Vera Muñoz
Cada sábado es uno de los destinos favoritos de los ñublensinos. Y es que el Persa Monterrico es parte importante de la idiosincrasia de Chillán, habiéndose convertido en un verdadero centro comercial a cielo abierto, con productos para todos los gustos y necesidades y que más encima, son vendidos a precios económicos. Este último es quizás el más grande atributo de este verdadero mall popular, atrayendo clientes cada fin de semana aunque el frío o la lluvia golpeen fuerte. El público del Persa Monterrico nunca falla.
Visitarlo es toda una aventura. En sus 24 mil metros cuadrados es posible encontrar desde vestuario, artesanías y artículos electrónicos, pasando por frutas y verduras hasta llegar a herramientas varias, juguetes, insumos de pesca recreativa y elementos de cocina. Francamente, en sus más de 700 locales se encuentra de todo, incluyendo puestos de comida al paso, lo que explica que cada fin de semana reciba a cerca de 9 mil visitantes.
La administradora del recinto, Annie Andrade, explica que es común que reciban una gran cantidad de público, aunque a veces la lluvia complica el movimiento de gente.
"Los precios son más económicos acá y eso atrae mucho a la gente, sobre todo para comprar frutas, verduras, pescados y lácteos. Todos nuestros locatarios están debidamente establecidos porque la gente lo prefiere así. Al público ya no le gusta el comercio ambulante con los productos instalados en el piso", indica.
Annie Andrade comenta han creado nuevos pasillos para atender a la gente con mayor comodidad. Para eso, añade que poseen un sistema para mantener el orden al interior del recinto, el cual es respetado sagradamente. "El Persa Monterrico es además muy seguro. Asimismo, la policía puede ingresar cuando quiera y nuestros pasillos son amplios para permitir que pueda entrar una ambulancia si así se necesitara", dice.
Buenos precios
No es difícil encontrar clientes satisfechos en el Persa Monterrico. A poco andar, conocimos a Fernando Hernández, quien cada sábado no falla en sus compras semanales al interior del recinto. Según comenta, no sólo se trata de la variedad de productos que ahí se pueden encontrar, sino también de los módicos precios que prevalecen también.
"En estos tiempos, cada peso cuenta y acá es posible abastecerse de alimentos por poca plata. Yo he cotizado en otros lugares y siempre es más conveniente comprar acá", dice mientras nuevamente levanta sus dos grandes bolsos repletos de frutas y verduras para seguir su camino.
Más allá, sorprendimos a Anselmo Cerna admirando artículos de cocina y cuchillos, quien comenta que vive en Concepción, pero visita el recinto regularmente. A su juicio, la relación precio y calidad es su mejor cualidad.
"Aquí he comprado cuchillos de una sola pieza, sartenes de hierro y juegos de ollas a precios increíbles. Así que vengo cada cierto tiempo y aprovecho de comprar también frutas y verduras porque aquí la calidad es muy buena también. Hace un tiempo compré acá también un disco de arado. En realidad, acá se encuentra de todo", dijo.
Un recinto con 34 años de historia
Mucho tiempo ha transcurrido desde que el tradicional Persa Monterrico fuera fundado en 1988 originalmente como Mercado Persa San Rafael, modificando su nombre luego que reabriera tras la emergencia de la pandemia y al cambiar de propietarios. Fue dirigido en sus inicios por el Sindicato de Trabajadores Independientes encabezado por Juan Steinbrecher, tiempos en que la ciudad de Chillán sólo llegaba hasta el sector de Río Viejo y la zona habitacional de Los Volcanes recién comenzaba a gestarse.