"Cualquiera sea el resultado, enfrentaremos la necesidad de lograr grandes acuerdos"
Plantea que la aprobación del proyecto que rebaja a 4/7 el quórum para hacer reformas a la Constitución vigente, ya visado por el Senado, facilitaría la posibilidad de alcanzar esos consensos, "y a mí me parece la buena noticia político-legislativa de la semana".
No hay que perderse en la discusión sobre el mecanismo que debería utilizarse para generar un nuevo texto constitucional en caso de que el 4 de septiembre se imponga el Rechazo, "porque lo realmente relevante en estas semanas es demostrarle a la ciudadanía que la propuesta es un mal texto y el trabajo de la Convención fue equivocado", sostiene categórico el exconvencional y exdiputado UDI por Magallanes, Rodrigo Álvarez Zenteno.
El abogado y doctor en Derecho dice que el emanado de la Convención Constitucional "es un texto excesivo, maximalista y refundacional, elaborado desde el activismo" y cuestiona la aseveración del Presidente Gabriel Boric en el sentido de que el Rechazo carece de plan para la continuidad del proceso constituyente.
"Los partidos de centroderecha han anunciado una serie de compromisos y los han reafirmado votando a favor de la reforma de los 4/7. Es absolutamente evidente que vamos a coincidir con las demás fuerzas políticas en la búsqueda de un mecanismo que sea sensato para el futuro del país", expresa el exsubsecretario de Hacienda y exministro de Energía durante el primer gobierno del ex Presidente Piñera, cuya expectativa central ante los sucesos que vienen es "que sensata y razonablemente busquemos ponernos de acuerdo en un texto que nos permita a todos encontrarnos, a todos reconocernos y tener un ámbito de convivencia".
Acuerdo amplio de fuerzas políticas
- ¿Qué importancia le atribuye a la aprobación por el Senado del proyecto que rebaja a 4/7 el quórum para la reforma a la actual Constitución?
- Yo creo que es una decisión muy relevante. A mi modo de ver, lo que debemos enfrentar después del 4 de septiembre, cualquiera que sea el resultado, es la necesidad de grandes acuerdos para lograr cumplir con las expectativas de los chilenos, para modificar aspectos de la Carta Fundamental. Tener una nueva fórmula que fue acordada por todos los sectores, que facilita la posibilidad de lograr estos acuerdos y hacer los cambios necesarios, a mí me parece la buena noticia político-legislativa de esta semana.
- Expertos como Carlos Peña dicen que de ganar el Rechazo seguirá existiendo la obligación de generar una nueva Constitución porque es una decisión que surgió del plebiscito, y otros como Jorge Correa afirman que no existe norma alguna en la Constitución que obligue a ello. ¿Cuál es su interpretación?
- Yo discrepo de la visión, tanto política como jurídica, de Carlos Peña, y estoy más cerca de la de Jorge Correa. Creo que es evidente, a partir del resultado del Plebiscito, que los chilenos quieren cambios a la Constitución, buenos cambios, no lo que ha propuesto la Convención. Considero que políticamente es necesario hacer esas modificaciones, pero jurídicamente discrepo de lo que ha dicho el rector Peña. Pienso que no existe obligación de que sea a través de un solo mecanismo, que sea Convención o que sea inmediato. Lo que tiene que ocurrir finalmente, si gana el Rechazo, es un acuerdo amplio de todas las fuerzas políticas sensatas, buscando tanto el proceso como el mecanismo que permita hacer esos cambios.
"UNA BUENA Y NUEVA CONSTITUCIÓN"
- En la cuenta pública del Congreso, el presidente del Senado planteó que si bien la Constitución del 80 está vigente, "se encuentra política y socialmente derogada" y que "la ciudadanía debe ser la protagonista del proceso constituyente, y la que tiene la primera y última palabra". ¿Qué opina usted?
- Así como en muchas materias discrepo del presidente del Senado, en esta voy a coincidir en lo último. Creo que cualquiera sea el proceso futuro, es la ciudadanía la que tiene la palabra, ya sea para definir el procedimiento, como los mecanismos y el contenido. Lo que aprendimos en la última discusión constitucional es que son los chilenos quienes tienen que tomar la decisión. Sobre la Constitución del 80, es evidente que la inmensa mayoría de ellos quiere otra Constitución, una buena y nueva Constitución. El problema es que se ha hecho una mala propuesta, pero eso no significa que los chilenos no quieran los cambios necesarios para cumplir con sus expectativas. Coincido con Álvaro Elizalde en que es la ciudadanía la que tiene que tomar la decisión de cómo se conduce este proceso, y la que debe decidir si cualquier nueva propuesta le gusta o no.
- Según Jorge Correa, retomar el proceso constitucional demanda una decisión del Poder Constituyente, que radica en el Congreso y el Presidente, el cual es libre de escoger las modalidades para hacer la nueva Constitución. ¿Sería factible un camino sin nuevo plebiscito?
- Coincido con la visión jurídica de Jorge. La decisión de cómo continúa el proceso la toma el Congreso, conjuntamente con el Presidente. Acá las decisiones no las adopta solo el Presidente, como él pretendió anunciar señalando que haría uso del mecanismo. En la decisión, tanto para determinar el procedimiento como -mucho más importante- si le gusta o no el resultado, la voz de la ciudadanía es esencial. Creo que el tema de los mecanismos será parte de la discusión de los distintos sectores políticos a partir del 4 de septiembre si gana, como espero, el Rechazo.
Escaños reservados e independientes
- Si la propuesta constitucional es rechazada y hubiera nuevas elecciones de convencionales, ¿cómo deberían ser las reglas del juego para escaños reservados e independientes?
- Creo que uno de los principales problemas que tuvo la Convención Constitucional, y que de hecho contribuye a la mirada negativa y crítica que tiene la ciudadanía de esta institución, fue precisamente el sistema electoral con el que fue elegida. Por una parte, creó un sistema para los pueblos originarios absolutamente desmedido, en relación a los votantes efectivos que tuvieron, y por otra creó la figura de listas independientes en que muchos de ellos no pensaban absolutamente nada similar entre sí, y tuvieron una serie de ventajas por sobre las fuerzas institucionales, los partidos políticos. Si existiera una nueva Convención, de lo que más habría que preocuparse, de todas maneras, es del diseño de un modelo electoral mucho más similar a lo que es nuestra historia tradicional, mucho más representativo de los chilenos y que no altere la igualdad entre los votos. Eso puede hacerse, por supuesto, reconociendo pueblos originarios y otros grupos, pero no de la forma desproporcionada y equivocada que tuvo este proceso.
- Usted se ha manifestado contrario a centrarse en la discusión del mecanismo porque "lo relevante es mostrarle a la gente que el texto es muy malo y que el trabajo de la Convención fue también desastroso". ¿Ese enfoque es punto para el Rechazo?
- No. La discusión que debería estar latente es si los chilenos consideran que esta propuesta es una buena o una mala Constitución. Evidentemente, la necesidad de continuar con el proceso es bastante aceptada y los mecanismos son algo que se ha adelantado ahora en el debate, más cuando se ha aprobado la reforma por parte del Congreso. Lo clave es centrar la discusión de los próximos 45 días en la calidad del texto, porque creo que es negativo para Chile.
¿asustar con nueva convención?
- Cuando el Presidente dijo que en caso de triunfo del Rechazo había que empezar todo de nuevo, algunos lo interpretaron como una apertura a esa posibilidad y un acto de realismo político, y otros como una estrategia pro Apruebo. ¿Usted qué cree?
- Yo creo que probablemente, como en muchas de las respuestas políticas, hay un poco de ambas cosas. El Presidente había demostrado durante todos estos meses que veía como una alternativa válida la posibilidad de que ganara el Rechazo, pero en los últimos días pienso que ha tomado un rol mucho más pro Apruebo, incluso más de lo que debería como Presidente de todos los chilenos, sobre todo con los graves problemas que enfrentamos. Por una parte hubo esa apertura, pero por otra también me parece que hay una estrategia, en el sentido de que la gente tiene tan mala evaluación de la Convención, que prefiere no perseverar en ese mismo mecanismo. Porque fue una Convención con muchos errores: por un lado la soberbia institucional de creerse la más importante de la historia de Chile y la única democrática; por otro, una visión desde el partidismo, desde la ideología, en las soluciones. Pienso que, por una parte, el Presidente intenta asustar un poco con una nueva Convención ante la posibilidad de que gane el Rechazo, y por otra retomar la iniciativa en política, que siempre es relevante.
Si existiera una nueva Convención Constitucional, de lo que más habría que preocuparse, de todas maneras, es del diseño de un modelo
electoral mucho más similar a lo que es nuestra historia tradicional, mucho más representativo de los chilenos y que no altere la igualdad entre los votos".
Así como la centro derecha hizo un listado de cambios, yo esperaría que quienes están por el Apruebo para Reformar digan qué es lo que quieren cambiar. ¿La plurinacionalidad, el sistema político, el sistema judicial, la forma de Estado? Sería bueno que dijeran qué es lo que quieren modificar".
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