Continuación del proceso constituyente
Mi principal inquietud al momento de suscribirse el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, era el efecto de un eventual triunfo de la opción "Rechazo" en el plebiscito ratificatorio de la propuesta emanada de la Convención Constitucional. De acuerdo a la reforma que le dio cauce institucional, es la continuidad en la vigencia de la norma jurídica fundamental que hoy rige a Chile.
Mi preocupación radicaba en el carácter antidemocrático de este efecto, pues contraviene la voluntad popular expresada en el Plebiscito Nacional de 2020, en el cual un abrumador 78,28% de los ciudadanos que concurrieron a sufragar, optó por dotar a nuestro país de una nueva carta magna. Que el pueblo no apruebe la propuesta, en ningún caso querría decir que haya desistido en su anhelo de proclamar una nueva constitución política.
La negativa, por parte de una fracción de los defensores de la opción "Apruebo" (quienes alegan que aquello le resta impulso), a contemplar una reforma que establezca un mecanismo de continuación del proceso constituyente, de verificarse la hipótesis del rechazo a la propuesta, representa un problema. Ello, porque coloca a quienes no convenza lo ofrecido, sin perjuicio de ser partidarios de una nueva Constitución, en una disyuntiva difícil, incluso injusta: dar su venia a un texto que juzgan deficiente o inapropiado, o mantener la ley fundamental actual.
En este contexto, celebro la más reciente declaración del Presidente de la República, quien ha confirmado su intención de promover el reinicio del proceso, vía mensaje de reforma constitucional dirigido al Congreso Nacional, en caso de rechazarse la propuesta de la Convención. En tal evento, naturalmente será en sede legislativa donde se consensúen las condiciones bajo las cuales se desarrollaría.
Dada la posición de liderazgo del Jefe de Estado y de Gobierno, su apertura debería tener un efecto político estabilizador, fomentando la consecución del objetivo último de este período: entregarle a la Nación una nueva Constitución. De este modo, la sociedad chilena podrá afrontar el tiempo previo al 4 de septiembre con mayores niveles de certidumbre y tranquilidad.
Juan Pablo Pinto Montero
Presidente Boric, deben aumentar los requisitos...
La ministra del Interior, Izkia Siches, declaró que el Presidente Boric ha marcado una hoja de ruta..., si gana el rechazo que se convoque a una nueva Convención.
Pero le faltó agregar que se aumentarían drásticamente los requisitos para ser candidato a constituyente, los que tendrán como objetivo juntar a los más destacados legisladores, en lo referente a materias constitucionales, de todas las tendencias política partidistas, sin excepción, de tal manera que la ciudadanía pueda elegir sin lugar a ninguna duda, votando por cualquiera de ellos, porque todos serán profesionales idóneos de excepción, para redactar la nueva Constitución.
Porque es hora ya de que aprendamos de las experiencias pasadas y no volver a tropezar con la misma piedra, toda vez que está en juego el futuro y la convivencia de las chilenas y de los chilenos.
Luis Enrique Soler Milla
Déficit de vivienda en Chile
El Plan de Emergencia Habitacional anunciado recientemente por el ministro de Vivienda Carlos Montes, acompañado del Presidente Gabriel Boric, fue recibido como una buena noticia.
El déficit de viviendas -que se expresa dramáticamente en los centenares de carpas y rucos, que hoy vemos en bandejones de avenidas, caleteras de autopistas, parques y rincones oscuros en varias comunas de Santiago y de Chile-, alcanza un número enorme: 640 mil. El plan anunciado aspira a generar 260 mil viviendas, no necesariamente nuevas, ya que se abre a la idea del arriendo y de otras soluciones.
Lo que nos alegra a nosotros, como Hogar de Cristo, es saber que en el gobierno existe conciencia de reforzar el programa Vivienda Primero para personas en situación de calle. La cifra oficial habla de casi 20 mil, las que, sin duda, se han incrementado a causa de la pandemia, la masiva migración y el alza del costo de la vida, particularmente de los arriendos. El costo de alquilar una pieza ha empujado a muchos a vivir de allegados, en campamentos, y, lo más precario de lo precario, a la intemperie.
Hoy existe un subsidio al arriendo para adultos mayores en pobreza y vulnerabilidad, el que debería ampliarse a las personas con discapacidad y a las que viven en situación de calle. El carácter de emergencia de este plan habitacional, que organizaciones como Techo han dicho que debería aspirar a ser una política permanente, en el caso de quienes pernoctan en la calle sí se convertiría en una solución estructural y definitiva. No solo porque otorga un techo a los más pobres, sino porque la evidencia internacional ha demostrado que la solución de largo plazo a la realidad de los homeless es Houssing First. Y lo escribo en inglés porque el programa fue creado en Estados Unidos, donde logró en los años 90 resolver la precaria realidad de los veteranos de guerra que vivían en las calles en varias ciudades de ese país. Ese caso y varios otros de éxito en el mundo, demuestran que la solución real para los más pobres que viven a la intemperie es Vivienda Primero, porque para recuperar el control de la propia vida la base es contar con un lugar propio y seguro donde rearmarse. En este caso, el plan de emergencia podría ser una solución definitiva.
Andrés Millar, Hogar de Cristo