En el Día del Niño obsequiemos bienestar
El Día del Niño y la Niña invita a reflexionar sobre qué estamos ofreciendo a las nuevas generaciones en pos de su crecimiento, desarrollo y salud emocional. Cada vez vemos cómo se encierran más en videojuegos y lo que entregan las pantallas, dejando en segundo plano la actividad física y sus beneficios para la temprana edad. Como adultos cabe cuestionar cuáles son los incentivos para evitar que el pequeño de hoy, no sea un adulto sedentario mañana.
De acuerdo a datos de la OMS, en el mundo el 80% de ellos no realiza el suficiente ejercicio diario, lo que pone en riesgo su salud. Existe una generalización de que el hacerlos felices tiene una relación directa con lo material, pero esto es totalmente erróneo; debemos ser conscientes que el bienestar de los menores tiene que considerarse para largo plazo. No podemos pedir que sean ellos mismos los que entiendan la importancia y el valor de llevar una vida activa, son los padres quienes tienen la responsabilidad de motivar estos cambios.
El llamado es a incentivar una mejor calidad de vida, que permita cuidar tanto la salud física como mental de los pequeños. Practicar deporte les entrega una gran cantidad de beneficios como también disciplina y atención; invitemos a explorar y descubrir, con los estímulos y la supervisión adecuada los niños adquirirán el deporte como un hábito y no como una obligación.
Daniela Baytelman.
Sembrando el pánico
¿Qué pasa con las personas que dicen tener la condición de predecir el futuro, y con esta licencia, comienzan a decirle a la gente que comiencen a juntar alimentos, o sea, en otras palabras "sin querer queriendo", están sembrando el pánico?, ¿qué pasa', ¿o cualquier persona, usted o yo, puede echar a volar su imaginación y hacer sus propios presagios, total no pasa nada?, ¿no le parece a usted que debería haber un límite al respecto?
El problema es que si le apuntan, se hacen famosos y les llegan más clientes, y si no le apuntan... ¿Quién asume las consecuencias?, ¿quién paga el desbarajuste, del sálvese quien puede?
¿Se recuerda del carioca que anunciaba los temblores para Chile? Todavía esperan en La Red (Salfate) los documentos que prometió para respaldar sus "avisos telúricos"...
¿Y por qué no adivinaba los temblores en Brasil?
Lo que ocurre es que en Brasil, temblores de magnitud 4 hay dos al año, y de magnitud 5, uno cada 50 años y en Chile hay miles para todos los gustos, o sea es adivinar y abrazarse.
Luis Enrique Soler Milla.
Tiranía de la felicidad
Mañana es el Día del Niño, nos vemos inundados de agresiva publicidad que al parecer nos quiere transmitir unívocamente el mismo mensaje: si no compras algún juguete de ocasión, eres mal padre o madre. Aunque podamos catalogar este mensaje de "falso" o "perverso", lo cierto es que atrás se esconde una idea de fondo muy peligrosa: la tiranía de la felicidad.
Con este concepto, hacemos referencia a una idea ampliamente difundida y aceptada en la sociedad actual, según la cual tenemos la obligación de ser felices y disfrutar al máximo nuestra vida, de lo contrario algo malo pasa con nosotros, es decir, estamos fracasando. Esta idea, así de nociva, también está permeando la forma en que nos relacionamos con niños y niñas.
Las personas que tienen hijos sabrán que una de las frases más comunes es: "yo solo quiero que mis hijos sean felices". Teniendo en mente la idea de que "a mi hijo no le falte nada" o "que no sufra lo mismo que yo", muchos padres se están convirtiendo en un servicio de entregas, dispuestos a darles todo, y aunque en las necesidades básicas esto es muy adecuado, con la felicidad es otra historia.
aaMe surge entonces una pregunta: ¿No sería mejor enseñar a nuestros hijos a buscar y encontrar su propia felicidad en lugar de dársela lista desde fuera? En este sentido, si queremos favorecer el desarrollo socioafectivo de nuestros niños (que en último caso los va a llevar a ser felices o al menos a desarrollar las herramientas para su búsqueda), mi propuesta es que pase el día jugando con su hijo.
Con regalo de moda o no, demuéstrele que es valioso, importante y que merece amor y cariño con algo que no se puede comprar: tiempo, y hágalo constantemente, pues al desarrollo infantil no le importan las efemérides realmente.
Juan Pablo Ogueda Académico Carrera Psicología
UDLA