Juan Schleyer, reparación de su memoria
Schleyer, primero se estableció en Freire y más tarde adquirió a crédito el fundo Los Colihues (comuna de Chillán Viejo), donde plantó viñedos
A veces los filántropos son contrariados en su voluntad testamentaria por los encargados de hacer respetar lo dicho y lo escrito ante un notario y por distintas circunstancias se va olvidando o se omite intencionalmente lo dispuesto en vida por ellos, cambiando la intención original.
Chillán cuenta con algunos ejemplos sobre las disposiciones de estas personas que, en su bonhomía, confiaron en que se respetaría su palabra una vez fallecidos. Es el caso del testamento de la escritora Marta Brunet y de su tío el coleccionista Darío Brunet, por nombrar un par de ejemplos. Y también es el caso del inmigrante alemán Hans Wilhelm Schleyer Brandt, más conocido como Juan Schleyer y sus hijos, quiénes donaron nueve hectáreas a la ciudad de Chillán para construir un parque.
Schleyer nacido en Cuxhaven, Alemania en 1840 y fallecido en Chillán en 1925. Fue un empresario del rubro cervecero, maderero y vitivinícola en varias ciudades, entre ellas Freire y Chillán. Avecindado en Chile, en plena etapa de colonización alemana en el sur de de nuestro país, impulsada por el presidente Manuel Montt. Él fue el primer Schleyer en llegar, unos años más tarde lo haría su hermano Otto. Ambos continuaron en el sur del mundo la tradición agrícola de la familia en Alemania.
Schleyer, primero se estableció en Freire y más tarde adquirió a crédito el fundo Los Colihues (comuna de Chillán Viejo), donde plantó viñedos. Tras un gran esfuerzo de trabajo y visión, en ese proceso de crecimiento, se fueron ampliando y diversificando en Ñuble y hacia la zona de La Araucanía con fundos, bodegas, destilerías, cervecerías, aserraderos y casas comerciales.
Hacia 1875, recién casado Juan Schleyer con la señorita alemana Emma Helmkampff Oelkers, se instala en Chillán con una cervecería, la que alcanzó altos niveles de producción. Poco a poco, Schleyer fue atrayendo a otros familiares hacia Chile para colocarlos en los cargos de confianza en sus negocios y fundos de La Araucanía, a este fenómeno le llamamos "migración en cadena".
Juan Schleyer y su esposa Emma formaron una gran familia en Chillán, donde tuvieron catorce hijos. Podemos entonces comprender el espíritu agradecido de estos inmigrantes europeos con la patria adoptiva, donde se realizaron en vida, para pensar en dejar un legado como retribución al país y a la ciudad con un amplio parque recreacional para sus habitantes, donde se pudieran hacer las exposiciones industriales y agrícolas.
Desde el año 1939, existe una larga lista de enajenaciones del terreno donado, en las décadas pasadas. Hoy, las actuales autoridades regionales, anexarán terrenos al pequeño retazo que quedaba de la donación original, completando así un paño de tres hectáreas, con destino a la construcción del parque. Valoramos que, 93 años más tarde, se reivindique la voluntad tantas veces contrariada del filántropo Juan Schleyer y su familia y con esa decisión se repare su memoria y la de sus hijos.
Alicia Romero
historiadora.