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más efectivo que los convenios internacionales".
Dice que esto no solo ayuda a mejorar la eficacia en el combate directo a las bandas organizadas , "sino también a la prevención de delitos 'importados' de países vecinos como ha ocurrido con la inmigración descontrolada que ha sufrido Chile en los últimos años".
Complejidades de la legislación
Pero a nivel interno se identifican algunas debilidades, como la que menciona el mismo exdiputado: "Nuestra legislación penal solo reconoce a las asociaciones ilícitas, cosa que es muy diferente al crimen organizado conforme ha ido sentando la jurisprudencia de los tribunales en el país", por lo cual cree necesario incorporar elementos de la doctrina internacional recogidos en documentos de la ONU -como la Convención de Palermo- "para que hablemos todos el mismo idioma y podamos coordinar mejor el trabajo de las policías".
Pilar Lizana plantea que la legislación "no se ha modernizado al contexto que estamos viviendo hoy día", pero existe un proyecto que apunta a ello "y busca entregar distintas técnicas de investigación para poder perseguir a este tipo de grupos y amenazas que tienen los estados". Dice que la legislación es importante, pero también se requiere a los otros poderes del Estado. "Necesitamos que el Ejecutivo haga lo propio en cuanto al control del orden público y las estrategias de seguridad que se tendrán que aplicar en este tipo de casos. Y también el Poder Judicial en cuanto a perseguir y castigar esta clase de delitos".
Para José Garrido, se trata de un tema multidimensional. "Por una parte, desde el punto de vista del derecho penal, hay varias interrogantes: ¿cómo se establecen responsabilidades dentro de una organización jerárquica criminal? ¿Cómo se establece la responsabilidad penal de personas jurídicas en los delitos de lavados de activos, financiamiento del terrorismo y delitos de cohecho?".
Expone que en este aspecto "Juan Pablo Mañalich (2010) ha cuestionado hasta qué punto nuestra norma (Ley 20.392) sea un mecanismo que favorezca la elusión de responsabilidad de personas naturales. Además, enfrentamos una política hemisférica que, siguiendo las prerrogativas de EEUU y Europa, ha facilitado, vía incentivos, la proliferación de uno de los ejes del negocio: el narcotráfico. Si a eso se le suman ciudades con altos niveles de desigualdad, un sistema policial y judicial que, en términos prácticos, castiga la pobreza, el resultado es extraordinariamente complejo".
"aprovechar al máximo este momento"
¿Chile está en una situación buena, regular o mala respecto del combate de estos grupos? El jefe de la PDI sostiene que se está dando un combate efectivo contra las bandas, que se ha traducido en la desarticulación de cinco facciones del Tren de Aragua.
"Solo están viendo la punta del iceberg", comenta Osvaldo Urrutia. "La profundidad y extensión del narcotráfico en nuestra sociedad llega a niveles insospechados por la mayoría de los chilenos".
Pilar Lizana cree que "Chile está en un momento en que todavía puede hacer muchas cosas en cuanto al combate del crimen organizado, porque si bien hemos sido bombardeados con información respecto de lo que está pasando, las bandas que han llegado, el aumento de los homicidios y de los delitos violentos, como país tenemos instituciones que están trabajando y teniendo resultados exitosos en la persecución de este tipo de delitos".
Dice que lo que se requiere es "fortalecer el accionar de las instituciones para poder aprovechar al máximo este momento, evitar que siga profundizándose este fenómeno", que continúen instalándose en el país bandas extranjeras, "y tener una institucionalidad fuerte, que rellene los vacíos que puede estar dejando el Estado" para neutralizar a esa clase de organizaciones.
Y en lo que respecta a los golpes policiales contra las bandas, plantea que es innegable que se están viendo casos como la desarticulación de las citadas células del Tren de Aragua, "pero no podemos quedarnos tranquilos con eso, porque este tipo de organizaciones criminales se adecuan mucho más rápido que el Estado a los contextos que cambian. Entonces no sabemos si la desarticulación de esas facciones puede haber generado la articulación de otras".
En ese sentido, agrega, hay que seguir trabajando; reconocer la tarea que se está desarrollando, "porque eso es real", pero también es necesario reforzarla. "No podemos dejar solas a las instituciones policiales, ellas deben tener el respaldo del Estado en su conjunto para que no solo la labor policial sea exitosa, sino que también la estrategia de seguridad del Estado lo sea".
Se trata de que no solo la persecución por parte de las policías tenga buenos resultados, "sino que las fiscalías y los tribunales logren castigar proporcionalmente a los delincuente, que las penas sean las que corresponden y la población vaya confiando en que jueces y tribunales van a castigar a los responsables", lo que deriva en que se pueda consolidar la confianza de los ciudadanos en las instituciones, "para que ellas se vayan fortaleciendo y vayan realizando un trabajo aún más contundente".
No es tiempo de cantar victoria
La semana pasada se conoció a través de redes sociales la noticia de la incautación de cuatro celulares que habrían estado en poder del líder de una de las facciones del Tren de Aragua en el país, Carlos González Vaca, alias "Estrella", de origen venezolano, quien cumple prisión preventiva desde marzo en el centro penitenciario de Valparaíso, y a quien los equipos móviles le habrían sido proporcionados por gendarmes.
Dos días después, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, confirmó la situación -aunque no el número de teléfonos incautados-, señalando que "en el recinto penitenciario de Valparaíso, en los allanamientos que se han hecho durante tres meses en el caso de uno de los líderes del Tren de Aragua, se han encontrado en tres distintas oportunidades teléfonos celulares". Frente a ello, "Gendarmería ha instruido un sumario administrativo, entendiendo que puede haber responsabilidad de funcionarios que están eventualmente proveyendo de teléfonos celulares a Carlos González Vaca".
Sobre las luces de alerta que deben encenderse en situaciones como esta, el exdiputado Urrutia plantea que, tal como ocurre en otros países de América Latina, "el Ministerio del Interior debería, a estas alturas, tener encendidas todas las luces de alarma".
El extitular de la Comisión de Control de Sistemas de Inteligencia de la Cámara abunda: "El avión va sin piloto y en caída libre. Está demostrado que el crimen organizado es un fenómeno que trasciende liderazgos, es decir, que más allá de que el líder de turno caiga preso, sus segundos siguen, incluso con más violencia, cometiendo delitos. Si se ha logrado encarcelar a uno de ellos, no es causa suficiente para cantar victoria".
"hoy las cárceles son el mayor riesgo"
Una posición similar tiene la investigadora de AthenaLab, ya que se conocen casos y hay ejemplos en otros países donde se han articulado agrupaciones criminales dentro de la cárcel. "Tenemos información de que existen bandas en Chile cuyos líderes están detenidos y operan desde dentro, es decir, en el interior del recinto penitenciario se va replicando el sistema de poder que existía afuera".
En este sentido, remarca la especialista en seguridad, hay que fortalecer Gendarmería para desarrollar una política carcelaria "que permita segregar a aquellos grupos que puedan traspasar información y conocimiento a otros, de modo de evitar relaciones entre bandas que pueden terminar en la absorción de un grupo local por otro mayor", y generar una organización de gran envergadura, así como potenciar el sistema de inteligencia carcelaria "para poder identificar a tiempo el comportamiento de esas bandas e ir neutralizándolo antes de que este crezca".
El investigador del Centro de Políticas Públicas de la UDD refiere que desde hace unos cinco años estudian una situación cuyo riesgo también habían detectado otros observadores, y que no era otra que la de menores en barrios segregados donde la violencia, la cultura narco y las balaceras se habían naturalizado.
"Con el estallido social -añade- este problema se trasladó al eje-centro de la ciudad, visibilizándose, y la situación de los barrios periféricos fue incontrolable. ¿Quién pensaría en este nuevo escenario? Hoy las cárceles son el mayor riesgo en el próximo ciclo. Y esto no es reciente, existiendo verdaderos call center de delitos. El próximo paso es el control total, tal como ha ocurrido en Brasil. Si no se hace algo en serio, con cárceles efectivamente de alta seguridad, se saldrá de control".
Muchas instituciones en el mundo se han tomado en serio lo que dice José Garrido. Las Últimas Noticias entrevistó a uno de los participantes en la cumbre de esta semana en Santiago. Lo identificó solo como "agregado policial y experto antidrogas de la Direzione Centrale Della Polizia Criminale de Italia, y por supuesto no dejó que le tomaran fotos.
"Hay que aislar al enemigo", dijo. "Si los metes juntos en la cárcel les estás organizando una cumbre para que se especialicen en crimen organizado. Hicimos una ley carcelaria estricta contra el crimen organizado. Les tenemos un régimen de aislamiento absoluto. Tienen solo una hora de aire al día. Es un incentivo para la que hablen porque, créeme, su vida no es linda. Pese a eso se las arreglan y siguen trabajando desde la cárcel". 2
Más allá de que el líder de turno caiga preso, sus segundos siguen, incluso con más violencia, cometiendo delitos".
Este tipo de organizaciones criminales se adecuan mucho más rápido que el Estado a los contextos que cambian".
Hoy las cárceles son el mayor riesgo. Y esto no es reciente, existiendo verdaderos call center de delitos".
CON 17 DETENIDOS POR GRAVES DELITOS CONCLUYÓ LA DESARTICULACIÓN DE UNA CÉLULA DEL TREN DE ARAGUA EN JUNIO, EN ARICA.
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