Vemos con interés, pero también con preocupación la caída marginal en la cifra de desocupación de 0,8 puntos porcentuales, en el trimestre mayo-julio, en relación al mismo trimestre del año pasado. Es decir, desde 10,4% a 9,6%, la fuerza de trabajo tuvo un aumento del 2,3% llegando a 224.970 personas, y por otro lado, los ocupados aumentaron un 3,1% en 12 meses equivalente a 6.167 personas.
Estas cifras deberían constituirse como indicadores favorables para la economía, pero lo que está detrás es que las personas se están viendo obligadas a salir a trabajar ya que la liquidez se está agotando.
Hace dos años atrás en la economía se incrementó fuertemente la liquidez producto de las amplias ayudas del gobierno, en torno a los 30.000 millones de dólares, sumado a los 50 mil millones de dólares correspondientes a los retiros de los fondos de pensiones, ahora estamos viendo un proceso inverso, ya que muchas familias que salieron del mercado del trabajo ahora están comenzando a volver producto del agotamiento de dicha liquidez y del elevado nivel de inflación que deteriora su capacidad de compra.
Toda esta situación es preocupante porque las cifras a simple vista se ven mejor, pero lo que subyace, es un profundo deterioro económico que, ya se está comenzando a ver, y lo peor de todo, se va a profundizar en los próximos meses y durante el próximo año.
Este último hecho se debe, en el aspecto doméstico, a las reformas, entre ellas la tributaria, y también a las de orden político que nos están afectando fuertemente, paralizando las inversiones de los grandes capitales, nacionales o extranjeros.
Otro aspecto que nos afecta es la crisis internacional, la crisis energética, producto de la invasión de Rusia a Ucrania, que además se está transformando en una crisis geopolítica, donde podemos observar el surgimiento de dos grandes bloques que avanzan poniendo restricciones, contrario a lo que venía permitiendo el mundo, es decir un ambiente económico colaborativo entre las naciones.
Lo que muestran las cifras entregadas por el INE, al contrario de lo que se puede pensar con este mejoramiento de la tasa de desempleo y el aumento de la fuerza de trabajo, es un deterioro de la situación general.
Y no podemos decir que esto sea un veranito de San Juan porque no hay un mejoramiento de verdad de las variables económicas.
El sector construcción en los últimos años junto con enfrentar una escasez y altos precios de los materiales, ha enfrentado una falta de mano de obra, por ello vemos una recuperación en este último trimestre de las personas ocupadas en un 12,4% para este rubro, explicado principalmente por el alza de este indicador.
Lo que ha podido hacer el sector es recuperar personal para el término de las obras que ya estaban iniciadas, pero lamentablemente, al mirar los permisos de edificación y sus caídas en los últimos meses, no se avizoran muchos inicios de obras, al menos en el sector privado, situación que es muy lamentable considerando los altos déficits habitacionales que tenemos como región y como país.
Ricardo Salman Presidente CChC Chillán