La Educación Especial es una modalidad del sistema educativo que desarrolla su acción de manera transversal en los distintos niveles educativos, tanto en los establecimientos de educación regular como en los establecimientos de educación especial. Ella provee de recursos y apoyos extraordinarios, con el propósito de asegurar, de acuerdo a la normativa vigente, aprendizajes de calidad a niños, niñas, jóvenes y adultos que presentan necesidades educativas especiales de carácter transitorio y permanente.
El Ministerio de Educación (2019) establece que actualmente, en Chile hay 40 mil estudiantes que asisten a cerca de 600 escuelas especiales ubicadas a lo largo del país. Cada uno de ellos tiene sus potencialidades y necesidades, lo que representa un desafío para los establecimientos educacionales de Ñuble.
Para responder a las necesidades de los estudiantes de nuestra región, se requiere educación diversificada, flexibilidad y creatividad por parte de todos los actores involucrados en su educación.
Es por esto, que existen principios que fundamentan la educación especial entre los cuales están que la educación es un derecho para todos; la diversidad como una fuente de riqueza para el desarrollo y aprendizaje de las comunidades educativas; la construcción de una sociedad más justa, democrática y solidaria; el mejoramiento de la calidad, equidad y pertinencia de la oferta educativa exige atender a las personas que presentan necesidades educativas especiales y la participación activa e informada de la familia, los docentes, los alumnos y la comunidad en las distintas instancias del proceso educativo. (Política de educación especial, 2005)
Dentro de los desafíos regionales de la educación especial, podemos considerar la importancia en maximizar las oportunidades de aprendizaje de todos los estudiantes, considerando la amplia gama de habilidades, estilos de aprendizaje y preferencias. (Mineduc. decreto 83/2015). Además, es necesario, derribar barreras y obstáculos, tales como la falta de cultura inclusiva y herramientas para lograr una educación inclusiva.
Hay tres aspectos fundamentales que nos podrían llevar a transformarnos en una sociedad y región realmente inclusiva:
1.Lo primero es el lenguaje, este como creador de realidad.
2.Mejorar la brecha actitudinal, es decir las actitudes frente a los niños en situación de discapacidad.
3.Contar con implementación adecuada para los diferentes tipos de discapacidad que pudieran existir en el establecimiento.
José Luis Franco Montaña
Rector de las Instituciones Santo Tomás,
sede Chillán.