Paro de guardaparques
Más de 40 parques nacionales están cerrados o sin vigilancia por el paro de trabajadores que se inició hace unos días, en que solicitan mejoras laborales a la autoridad y un presupuesto acorde a sus requerimientos actuales.
Como sector turismo apoyamos la necesidad de que se mejoren las condiciones de los guardaparques, para que puedan desarrollar su importante función de la mejor forma posible, entendiendo que desempeñan una tarea loable y abnegada, que para realizarla, requiere de condiciones básicas.
A su vez, hacemos un llamado al gobierno a acercar posiciones con los guardaparques y buscar soluciones que permitan resolver en el más breve plazo el paro y evitar que se prolongue, ya que esta movilización tiene un impacto muy negativo para la actividad turística, especialmente ahora que se inició la temporada alta del rubro, y en un momento donde estamos intentando recuperarnos de la crisis provocada por el covid, considerando que hace muy poco tiempo se eliminaron las restricciones sanitarias que nos permiten funcionar con mayor normalidad, entre ellas, la reapertura de fronteras.
Para dimensionar este impacto, hay que tener en cuenta, por ejemplo, que un 70% de los extranjeros que llegan por turismo al país, señala que su principal motivador para venir es hacer turismo de naturaleza.
Otro factor a considerar en este tema es que parte importante del presupuesto de Conaf -organismo del que dependen los parques nacionales- proviene de los ingresos por concepto de entrada a dichos recintos. Por lo tanto, que se mantengan cerrados, también golpea las arcas de esta entidad.
Si el paro se extiende provocará un enorme perjuicio a toda la actividad, y a las regiones en las que están ubicados los parques, ya que muchos de ellos forman parte de circuitos integrados de los que dependen muchas empresas y trabajadores de la industria. Por lo mismo, confiamos en que se establezca el diálogo y se alcance una pronta solución.
Helen Kouyoumdjian, vicepresidenta Ejecutiva Federación de Empresas de Turismo de Chile
Futuro de la DC
Muchos de los renunciados a la DC manifiestan que el partido terminará anunciando su ingreso definitivo al gobierno.
Una duda, considerando todas las experiencias vividas por la DC, cuando formó parte de alianzas de partidos en elecciones presidenciales pasadas y posteriores gobiernos, sería muy interesante saber si los que se quedarán en la DC y decidirán su futuro "domicilio político, ¿conocerán, les habrán contado, lo habrán leído, reflexionado, etcétera, del temido y constante "Síndrome de terminar siendo el vagón de cola", que atormentaba a la DC antes, durante y después de cada elección presidencial, con respecto a su relación e integración final, con sus "socios electorales" de esos momentos políticos?
"Hoy la DC es el vagón de cola de la izquierda chilena y muchos de ellos lo que quieren son pegas públicas". Jaime Ravinet, ex DC, lo declaraba a 3 semanas de la segunda vuelta presidencial pasada cuando la DC decidía apoyar la candidatura de Gabriel Boric.
Luis Enrique Soler Milla
Lula lloró
El presidente electo de Brasil, Lula da Silva, en reunión con parlamentarios de su país, recordó la promesa que hizo al asumir por primera vez al poder en enero 2003, "que todos los brasileños puedan comer todos los días"; expresó lo prometimos y cumplimos.
Pero, en su discurso lloró al decir: "Jamás imaginé que el hambre volvería y que afectaría hoy a 33 millones de brasileños". Lula, con los ojos llenos de lágrimas reflejó su dolor emocional por su pueblo y los pobres. Nos recordó pasajes de la Biblia: "Jesús lloró por Jerusalén" (Lucas 19, 41); "Porque tuve hambre y me dieron de comer" (Mateo 25, 35); "El ayuno que yo quiero es este: compartir tu pan con el hambriento" (Isaías 58, 6-7). Por la alta cesantía que afectó a nuestra patria desde 1975 en adelante, la Iglesia Católica creó cientos de comedores a lo largo de Chile; así atendió a miles de niños.
A raíz de la crisis económica de 1982, aumentaron los comedores para menores, jóvenes y adultos.
Derico Cofré Catril
Un terremoto social
En Chile se sigue incubando un terremoto social de graves consecuencias. Se trata que más de 200 mil niños dejaron de asistir a sus colegios, con lo cual los intentos por superar la pobreza y las desigualdades injustas, no tienen sentido. Es el tiempo de que públicos y privados trabajen juntos y agoten todos los medios para evitar esta verdadera catástrofe nacional.
René Araneda A.