Se encienden las alarmas en Argentina y Francia, dos de los grandes favoritos para quedarse con el Mundial de Qatar. Lionel Messi no entrenó con el resto de sus compañeros en la "Albiceleste" y Karim Benzema sufrió una lesión muscular que, aparentemente, sería de gravedad en los vigentes campeones del mundo.

Ayer, a falta de tres días para la puesta en marcha de Argentina en Qatar 2022, Messi se ejercitó, por segunda vez consecutiva, al margen del grupo de Lionel Scaloni, aunque la presencia del capitán trasandino en el duelo contra Arabia Saudita no está en duda.

Veintitrés jugadores saltaron inicialmente al terreno de juego de la Universidad de Qatar, el centro de operaciones de Argentina. Lisandro Martínez y Ezequiel Palacios se quedaron en el interior de las instalaciones. También el astro del PSG, que irrumpió en el césped minutos después, cuando el resto del plantel ya llevaba minutos con los ejercicios fijados por Scaloni.

Luego entró al campo Messi y se trasladó a otro lado acompañado por Daniel Martínez, médico de la selección argentina. Con él inició su trabajo específico. Nada que ver con el realizado por el resto. Labores de estiramiento y trote fue lo que se vio los 15 minutos enque el entrenamiento fue abierto. Hizo un trabajo especial en el gimnasio, de recuperación.

Messi ya se perdió la sesión del viernes.

Benzema diría adiós

Por otro lado, lo de Benzema parece ser más grave.

El francés abandonó ayer el entrenamiento de los galos y parece totalmente descartado para el debut de mañana ante Australia y es duda para el resto de la competición.

El jugador del Real Madrid sintió un fuerte dolor muscular en la pierna derecha, en una zona diferente de la que le venía molestando en las últimas semanas y que había provocado que, hasta ahora, no se entrenara con el resto del equipo.

El Balón de Oro, de 34 años, será sometido a una resonancia magnética para determinar el alcance de la lesión y decidir si puede seguir en competencia o se pierde el Mundial.

Que empiece a hablar el fútbol. El banderazo de salida del Mundial de 2022, tras el preámbulo marcado por la mayor polémica de la historia de este campeonato (ver nota secundaria), se dará entre los que son, en teoría, las dos selecciones más débiles del Grupo A: el anfitrión Qatar y un Ecuador que regresa tras una edición de ausencia.

La pelota tomará la palabra en el momento en el que el juez italiano Daniele Orsato déla orden de salida en el estadio Al Bayt ante 60.000 personas.

Qatar, el tercero de peor ranking FIFA que participa en el Mundial (50), afronta su primera participación y se estrena ante una selección con ilusión recobrada, la gran sorpresa de las Clasificatorias Sudamericanas.

Será, además, una confrontación de estilos: el bloque sólido de Ecuador contra el fútbol ofensivo que propugna Qatar.

El duelo aparece, en el papel, como el que mide a las dos teóricas cenicientas del Grupo A, en el que también figuran Países Bajos y Senegal, pero también dos combinados que, por razones diferentes, cubrirán con ilusión sus lagunas futbolísticas.

Nadie quiere ser favorito

Los técnicos de ambos equipos se quitaron la presión de ser favoritos, aunque se obstinaron en poner sobre la mesa los argumentos que barajan.

Ecuador, que afronta su cuarto Mundial, busca superar su techo. La fortaleza creada por el argentino Gustavo Alfaro, la única que fue capaz de rivalizar con Argentina y Brasil (contra quienes firmó sendos empates en las Eliminatorias), quiere superar por segunda vez la fase de grupos después de que lo hiciera en Alemania 2006 y, entonces, empezar a soñar con algo más.

Ese es el contrato moral que el entrenador se fijó con el "Tri" que, de la mano de estrellas como Pervis Estupiñán, se metió en la élite del fútbol planetario.

En su carta de presentación figura un dato: Ecuador llega a Qatar con una racha de 540 minutos sin recibir un gol, tanto en las Clasificatorias, en las que fue el tercer equipo menos goleado tras las dos gigantes, como en los amistosos previos que sirven para ajustar los bloques.

La otra cara de la moneda es la falta de gol de los de Alfaro, que se hizo patente en los últimos amistosos jugados.

"Nos pueden ganar como equipo, pero nadie nos va a ganar como grupo", dijo el DT argentino, que desentrañó las dificultades que han llevado al "Tri" hasta Qatar y pintó un horizonte de ilusión, de alguien que se fortalece superando baches.

La misma ilusión pretende alcanzar Qatar, que aspira a aprovechar su condición de anfitriona para elevarse como hicieron en el pasado otros equipos pequeños que organizaron el evento, como Corea del Sur en 2002 o Rusia hace cuatro años.

Nunca un anfitrión perdió en su arranque en un Mundial, una estadística que le gusta al DT español de Qatar, Félix Sánchez, que desde 2006 trabaja en el país y desde 2017 dirige a la absoluta, desplegando fútbol ofensivo y la construcción a partir de la posesión del balón.

2014 fue la última participación mundialista de Ecuador. En aquella oportunidad, en Brasil, quedó eliminado en fase de grupos.

0 veces perdió el equipo anfitrión del Mundial en el partido inaugural del certamen. A esa estadística se aferra el local Qatar.

Gianni Infantino, presidente de la FIFA, resaltó ayer los avances experimentados en los últimos años en Qatar en cuestiones de derechos humanos y sociales, y denunció una doble moral en el mundo occidental que critica la sede del Mundial.

"Tengo unos sentimientos fuertes, hoy me siento qatarí, hoy me siento árabe, hoy me siento africano, hoy me siento gay, hoy me siento discapacitado, hoy me siento un trabajador migrante", comenzó diciendo el máximo representante del fútbol mundial una disertación de una hora ante los medios, en la que defendió la gestión efectuada y los avances alcanzados.

"Qatar también ha hecho progresos", aseveró Infantino, quien señaló que le parecía "triste" haber sido testigos de una "doble moral" desde Europa.

"Los europeos, occidentales, y yo soy europeo, nos dan muchas lecciones. Y en los últimos 3.000 años deberíamos disculparnos por los próximos 3.000 años antes de seguir dando lecciones a la gente", resaltó en su discurso, en el que denunció que ninguna de las empresas occidentales que hacen negocios en Qatar han abordado como la FIFA los derechos de los trabajadores inmigrantes.

El discurso del mandatario se produjo horas después de que Hassan Al Thawadi, secretario general de Qatar 2022, emitiera un comunicado contra las críticas al país.

"No quiere decir que tengamos que hacer la vista gorda, también hay cosas que mejorar y se tienen que abordar", admitió Infantino, "pero esta lección de moral unidireccional es hipocresía".

"Es difícil para un trabajador que llega a Qatar volver a su país, porque hay trabajo y les ayuda a vivir. Si comparamos esto con lo que pasaba en Europa hace unos años, era algo así, así que sinceramente me cuesta entender todas estas críticas", dijo.

Brazalete arcoiris

Por otro lado, pese a las presiones de la FIFA para que desechen la idea de utilizar el brazalete arcoiris, la federación inglesa mantendrá su uso y se puede enfrentar a sanciones por parte del organismo internacional.

La FIFA anunció este viernes el uso de un brazalete propio para cada ronda del torneo, lo que choca de frente con la iniciativa "OneLove" a la que se han adscrito nueve selecciones del torneo, entre ellas Inglaterra, Alemania, Gales, Dinamarca y Países Bajos, y que implica llevar un brazalete multicolor por la lucha contra la discriminación.