Redacción
Iban 83 minutos de partido y el Brasil de Vinícius Junior, Raphinha, Anthony, Rodrygo, Richarlison y compañía igualaba sin goles ante Suiza, dejando en suspenso su clasificación a los octavos de final del Mundial.
Los suizos, a esa altura, ya habían renunciado a la victoria y defendían con la vida el empate, dejando al "Scratch" sin ideas y cayendo en la desesperación, hasta que apareció Casemiro, el héroe inesperado.
El mediocampista del Manchester United, "el mejor volante del mundo" como lo catalogaron compañeros y su entrenador tras el partido, aprovechó una linda asistencia de Rodrygo para embocar la pelota en el ángulo del arco defendido por Yann Sommer, quien solo pudo mirar el misil del brasileño.
El partido
El gol fue un desahogo para la "Canarinha". No es ningún misterio. A Brasil le está costando abrir los partidos. La selección de Tite toca y toca, pero sufre un mundo para descolocar defensas tan bien trabajadas como la Serbia y la Suiza. Los de Murat Yakin, además, no renunciaron a la pelota con el desprecio con el que lo hicieron los balcánicos. Intentaron disputar la posesión a Brasil y controlaron el partido durante bastantes minutos, cerrando espacios y generando algunas chances de gol.
La presión alta de los suizos, unido a un mediocampo poco creativo, que echa de menos la creatividad del lesionado Neymar, obligó a volcar el juego brasileño a la banda. Mientras el astro del Paris Saint Germain tenía que ver el partido desde el hotel, con el dolorido tobillo en alto, Raphinha asumía el papel protagonista. De sus pies nació la poca magia de la que disfrutó el primer tiempo. Un centro precioso para que Vinícius, con la canilla, fallara de forma estrepitosa, un desborde desde la banda que terminó en disparo a las manos de Sommer y varios pases verticales erráticos.
En este contexto de sopor, en el que solo Raphinha y muy poco de Vinícius brillaba, Suiza aprovechó la descompostura para mandar avisos, bien desactivados por Alison y Militao.
Brasil se desesperaba y Tite metió a Rodrygo en lugar de Paquetá, su plan más ofensivo. El empate no era malo, pero este partido era para ganarlo y creyó encontrar el antídoto en una enredada jugada que comenzó a tropezones en el centro del campo y que terminó con una triangulación entre Rodrygo, Casemiro y Vinícius, que evadió a un defensa y tras un amague definió ante Sommer. La alegría fue efímera; el VAR vio el fuera de juego de Richarlison en la construcción de la jugada. Vuelta a empezar.
Brasil no era capaz de conectar con su gente de arriba y la única opción era confiar todo a los arranques de Vinícius o a una jugada aislada. Una vez más, como ante Serbia, Brasil confió en que alguien agitara la lámpara mágica, y esta vez no fue Richarlison, fue Casemiro.
Los elogios
"Casemiro es el mejor volante del mundo", publicó Neymar en sus redes sociales una vez finalizado el partido, que mandó a Brasil a la cima del Grupo G, asegurando su paso a octavos de final del Mundial.
A las palabras de Neymar se sumó un sonriente Tite: "Normalmente tengo como hábito respetar todas las opiniones y no comentar sobre ellas, pero hoy me voy a permitir una excepción. Estoy de acuerdo".
Suiza, por su parte, se mantuvo en el segundo lugar de su zona gracias al empate entre Camerún y Serbia (ver recuadro), y buscará la clasificación ante los balcánicos.