Patricio Vera Muñoz

Las altas temperaturas imperantes en la región de Ñuble levantan de inmediato las alertas, dado que podrían proponer condiciones para la ocurrencia de incendios forestales.

Al respecto, el director regional de Conaf Ñuble, Juan Salvador Ramírez, señaló que a la fecha ya se han producido 137 incendios forestales en la región, lo que representa un aumento del 52% respecto de igual período durante 2021.

"La mayor cantidad de los siniestros forestales se han concentrado en la provincia de Itata, donde ya se han sucedido 52 incendios. En tanto, Diguillín y Punilla muestran 45 y 30 respectivamente", apuntó.

La autoridad regional forestal indicó que en total a la fecha, Ñuble anota 475 hectáreas consumidas por el fuego, donde la provincia de Itata lidera el número de superficie devorada por las llamas con 434 hectáreas.

"Lo que es particularmente importante es la prevención. Es necesario educar a la comunidad en ese sentido porque aquí no sólo se queman plantaciones, sino también viviendas, además de la flora y fauna de la región. Por lo mismo, el llamado es a ser preventivos y estar alertas", sentenció.

Respecto del trabajo de los cortafuegos, el director Juan Salvador Ramírez, dijo que se ha trabajo intensamente en ello. Actualmente, la meta a lograr corresponde a 310 kilómetros a nivel regional para lo cual trabajan fuerte.

"En esto también está involucrado el MOP y los municipios. Los cortafuegos juegan un rol fundamental a la hora de controlar incendios forestales", explicó agregando que la ciudadanía también debe colaborar manteniendo una distancia de 15 a 20 metros entre las viviendas y las plantaciones, además de tener los roces respectivos de manera adecuada.

"Cada día tenemos una coordinación monitoreada entre diversos organismos, pero también estamos desarrollando jornadas de gestión de incendios forestales con los equipos de emergencia comunales de cada provincia", finalizó.

Labor birregional

Cerca de cuarenta kilómetros tiene el corredor de protección contra incendios forestales, construido entre las comunas de Yungay y Cabrero en una acción impulsada por las direcciones regionales de Conaf de las regiones de Ñuble y Biobío en un plan preventivo pionero en el país.

En este trabajo han participado también CORMA en coordinación con MOP, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles y ONEMI de ambas regiones, además de los municipios.

El objetivo de este inédito trabajo es gestionar la vegetación para establecer un corredor que permita frenar o disminuir la intensidad de avance de grandes incendios, así como también propender al aprendizaje en el trabajo conjunto y coordinado, de manera de replicar en otros sectores de las regiones, con énfasis en zonas de alto riesgo y con alta carga de vegetación cercana a población e infraestructura crítica.

"La labor de despeje de vegetación ha permitido generar un buffer de protección en torno a la población cercana, así como también a infraestructura crítica, como la línea de transmisión eléctrica existente entre Yungay y Cabrero. Aquí el foco principal son las personas, de modo que no les afecte si se genera un incendio forestal en el sector", indicó el director regional de Conaf Biobío, Rodrigo Jara.

Por su parte, la directora regional de Onemi Ñuble, Gilda Grandón, aseguró que "esto implica obligaciones legales de mantenimiento de infraestructura crítica, como caminos y la infraestructura eléctrica, y también obligaciones relacionadas con el manejo del bosque. Por lo tanto, aquí es absolutamente destacable que exista una mirada común de cuáles son las prioridades de protección, que es la vida de las personas y sus bienes, y nuestra riqueza ambiental".

Cabe agregar que en este trabajo, Vialidad realizó la gestión de mantención en 12 kilómetros en el entorno de la ruta, y las empresas eléctricas ejecutaron la mantención de 24 kilómetros bajo tendido eléctrico.