Entendemos el aprendizaje como el proceso mediante el cual, toda persona adquiere, transforma o complementa sus habilidades, destrezas, conocimientos o comportamiento a través de la experiencia directa, análisis, estudio, observación, razonamiento lógico o aplicar en forma correcta instrucciones sobre una determinada materia. Los seres humanos están dotados de inteligencia para que durante la vida adquieran diferentes tipos de conocimientos empleando algunas teorías de aprendizaje como serían las conductistas, cognitivas y la teoría del procesamiento de la información. Adicionalmente, debemos señalar que existen factores que influyen o condicionan el proceso de aprendizaje de todas las personas que podrán impactar directa o indirectamente en lograr diferentes niveles de satisfacción, sin duda uno de los más importantes dice relación con la capacidad intelectual de la persona.

El análisis anterior sobre el proceso de aprendizaje esta intencionado para responder o satisfacer esta necesidad en el grupo de la tercera edad, y de qué manera poder contribuir en aquellos grupos etario para poder apoyarlos en la alfabetización digital, herramienta o tecnología que están presente en su vida cotidiana en las cuales se desenvuelven. Sabemos que la brecha de alfabetización digital es una de las más grandes del país, sobre todo en la población adulta, según datos de la encuesta de acceso y de uso de internet (2018) del Servicio Nacional del Adulto Mayor. (SENAMA) un 49,1% de las personas sobre 60 años no han usado nunca internet.

El desafío es cómo integrar al adulto mayor a la sociedad actual. Ellos crecieron, se educaron y trabajaron con herramientas muy diferentes a las actuales, por tanto, la tarea es su plena integración en diferentes ámbitos de la sociedad moderna sobre todo en la tecnología, pues ya sabemos que en los próximos años la población de adultos mayores crecerá de manera considerable. Por lo tanto, facilitemos su integración aperturando canales de participación social y cultural.

Frente a este panorama tan desalentador, las Instituciones de educación superior tenemos mucho por hacer, y la invitación es a extender nuestro brazo académico para ir en apoyo de aquellas personas que tanto han entregado. Ayudemos a superar el miedo a la soledad y el aislamiento familiar, eso también es inclusión social. Sabemos fehacientemente que producto de la pandemia nos obligó a todos y todas a perfeccionar o aprender el uso de diferentes herramientas tecnológicas y uso de redes ante la imposibilidad de comunicarnos en forma presencial, pero no es suficiente para los adultos mayores, ellos necesitan una capacitación que sea desarrollada con una metodología de acuerdo a sus actuales capacidades.

José Luis Franco Montaña,

rector Santo Tomás Chillán

La Unesco, la Cepal y otros organismos habían alertado que las restricciones en la movilidad por la pandemia de covid, entre otros factores, se traducirían en un aumento de las brechas existentes en acceso, equidad y calidad de la educación, lo que afectaría especialmente a los más vulnerables.

Si bien la interrupción del ciclo escolar presencial y su reemplazo por la educación a distancia fue una oportunidad para adaptarse a las nuevas condiciones, también generó un desapego de muchos niños y jóvenes con la educación. El Centro de Estudios del Ministerio de Educación indicó que entre 2021 y 2022 hubo 50.529 estudiantes que salieron del sistema y que no se matricularon, lo que significó un 24% más que en 2019, previo a la pandemia.

La Fundación Educacional Presente, que asesora a establecimientos escolares de todo el país para que la comunidad comprenda la relevancia que tiene la asistencia a clases, estima que, descontando la pandemia ya superada, una de las principales causas del ausentismo es el desconocimiento de las familias acerca de su real importancia en la formación y en el futuro que están esos niños y jóvenes. Los estudios del organismo revelan que hay un importante número de estudiantes que falta a clases porque enfrentan barreras o sufren situaciones que generan aversión.

La deserción es un problema que siempre ha estado presente, pero que se agudizó con la pandemia. No obstante, ya pasó la etapa más crítica y el presente año debió ser más normal. Por eso, se hace necesario reforzar el trabajo para evitar que los estudiantes sigan abandonando el sistema. El Ministerio de Educación aplicó el año pasado herramientas como un sistema de alerta temprana que a partir del análisis de diversos datos educativos, socioeconómicos y familiares, entre otros, identificaba estudiantes de séptimo básico a cuarto medio en mayor riesgo de deserción escolar.

La Unesco ha dicho que nos enfrentamos a una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, minar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades arraigadas, por lo que ha recomendado que, ya superada la parte más crítica de la emergencia, los gobiernos hagan todo lo necesario para que los alumnos retornen al sistema educacional.

Más de 1.5 millones de personas participaron hasta ayer en la Consulta Ciudadana convocada por la Asociación Chilena de Municipalidades, la que de acuerdo a los resultados de las primeras 29 comunas, mostraba que la opción de una nueva constitución se imponía ampliamente con 846.110 votos versus 80.378 en contra.

Ñuble incide en exportaciones en Biobío y puertos

La Aduana de Talcahuano, con fecha a octubre, siendo este su más último reporte emitido, registró una baja de un 12% del total de sus exportaciones con respecto al mismo período en el año pasado, registrando US$ 7mil 579 millones de dólares en exportaciones. En dicho movimiento, tuvo un 9,12% del total tramitado.

Robo con alunizaje deja pérdidas por $23 millones

Tres joyerías, todos negocios familiares, fueron robadas, por al menos 10 delincuentes, a eso de las 5:00 de la mañana de este miércoles. Las pérdidas, de acuerdo a los inventarios preliminares, han sido avaluadas en unos $23 millones, dato aportado desde Carabineros. Los acusados hicieron uso

del método conocido como alunizaje.