Sin termoeléctricas en siete años
Uno de los escenarios que simuló un reciente estudio encargado por Chile Sustentable y entregado al Ministerio de Energía, es llegar al año 2030 con una salida acelerada del carbón en la matriz, y de esta forma, llegar al 2040 con una generación eléctrica basada en un 96% en renovables.
En la práctica ¿Este escenario se podría materializar? Considerando que la descarbonización depende -según el estudio- de distintas fuentes, como biomasa, energía geotérmica, solar, solar de concentración y eólica; y que ello permitiría diversificar el origen de la energía, el camino para lograr el objetivo ya está pavimentado. Recientemente, con base eólica y solar, Chile alcanzó un 27,5% de participación renovable, en la generación eléctrica de todo un año, superando al carbón, y entregando una clara señal que si bien se requieren muchas plantas, la capacidad de las energías limpias no tiene límite, y puede seguir ganando terreno a los fósiles.
La clave está en seguir estableciendo condiciones que favorezcan la inversión, en una industria que ha demostrado que la mirada estratégica y de largo plazo puede entregar réditos al país en pocos años, experimentando un crecimiento récord.
Con estos avances, Chile no solo estaría cumpliendo con las recomendaciones de la Agencia Internacional de Energía, sino que se estaría consolidando como uno de los países más verdes del mundo, a partir de una de las industrias que más influyen en el cambio climático..
Nataliia Savkiv, communication manager de Solek
Día de los Derechos Humanos
El 10 de diciembre se conmemoró el Día Internacional de los Derechos Humanos. Día en que la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde se proclama que todas las personas tenemos derechos inherentes solo por el hecho de ser humanos, derechos que todas y todos estamos llamados a ejercer, independientemente de nuestra raza, nivel social o económico, sexo u orientación sexual, opinión política o cualquier otro factor que potencialmente genere discriminación. Siendo base fundamental de esta declaración de 1948 el reconocimiento de la dignidad humana, la libertad y el valor de la democracia para su resguardo y protección.
Entre los principios que guían esta declaración se establece que son universales, por lo cual deben resguardarse en todas las culturas y sociedades, no implicando prácticas y comprensiones totalizadoras u homogeneizantes, sino que respetuosas y situadas en el valor de la diferencia. Además, que son inalienables, es decir, intrínsecos o inherentes a la persona humana; e indivisibles o interdependientes, lo que quiere decir que no hay derechos más importantes que otros, sino que todos se encuentran estrechamente vinculados. Así, el ejercicio o vulneración de uno de los derechos tiene un impacto en el ejercicio de uno u otros derechos en consecuencia. De la misma manera que el ejercicio y disfrute de uno depende del ejercicio de otros relacionados de igual manera.
A esto se suma, finalmente, el principio de la progresividad, que reconoce que el Estado tiene la obligación en cada momento histórico de generar acciones tendientes a su garantía y mejora. Declaración que solo cobra sentido si estos derechos son realmente resguardados, promovidos y protegidos en nuestra constitución, legislación, en nuestras instituciones y en nuestras propias prácticas cotidianas. Si bien hay avances, aún nos falta mucho por hacer, sin duda, requiriendo para ello un activo rol del Estado como garante principal y al conjunto de la sociedad toda.
Roxana Zuleta Bravo, directora Trabajo Social Universidad Andrés Bello Sede Concepción
Propuestas para la crisis educacional
En medio de un clima de violencia en las escuelas y la deserción que tiene a miles de niños y jóvenes fuera de los colegios, se torna importante la reflexión sobre los desafíos con relación a la educación con una mirada multidimensional con foco en el desarrollo humano.
En esta línea, como resultado del Observatorio Regional de Educación desarrollado por Fundación Caserta, en colaboración con múltiples instituciones y expertos latinoamericanos, se elaboró el documento "Educación para el siglo XXI: Guía para tomadores de decisiones", que será presentado en la segunda Conferencia Regional de Educación (Coedu) y que reúne una serie de iniciativas concretas destinadas a encarar la crisis actual del sistema educativo con foco en el bienestar docente y la educación integral para el desarrollo sostenible.
Entre las propuestas destacan medidas para el acompañamiento de docentes hacia el nuevo rol del siglo XXI, el desarrollo de competencias socioemocionales, relevar la pertinencia cultural del currículum flexible en los territorios, como también la urgencia de abordar el desafío y oportunidades de la interculturalidad en los colegios, dado el contexto de diversidad cultural.
Carolina Albornoz, Fundación Caserta