Cerrando de a poco un ciclo de 365 días. Reflexionando sobre ello, recordé a Konstantinos Kavafis (Alejandría, Egipto 1863- 1933), poeta griego, una de las personalidades literarias más fascinantes del siglo XX y uno de sus célebres poemas escrito en 1911: Ítaca.
Kavafis, nos entregó una poesía nostálgica, una poética que canta y exalta la sapiencia, al estilo de los grandes textos clásicos. En Ítaca aconseja en forma imperativa:
"Cuando emprendas tu viaje a Ítaca /pide que el camino sea largo, / rico en experiencias, en conocimiento. / No temas a los lestrigones ni a los cíclopes / ni al colérico Poseidón, / seres tales jamás hallarás en tu camino, / si tu pensar es elevado, sí selecta / es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo. / Ni a los lestrigones ni a los cíclopes / ni al salvaje Poseidón encontrarás, / sí no los llevas dentro de tu alma, / si no los yergue tu alma ante ti".
Ítaca, nos retrotrae a "La Ilíada" primero y a "La Odisea" después. Ciudad sitiada como Ilión o Troya. El tema del regreso de Ulises a Ítaca como en "La Odisea", es el límite de una trayectoria circular. En este poema, Ítaca se presenta como una trayectoria lineal, no en el sentido de volver al punto de partida, no es el cierre de un círculo, es un destino final. Pero ese destino es Ítaca sin haber salido de Ítaca, es volver a un destino, a su origen, sin haber salido de allí. Este poema es un viaje, hacia una meta, no es una aventura. Son dos cosas distintas. Tiene un sentido alegórico, simbólico y reconstructivista.
"Pide que el camino sea largo. / Que muchas sean las mañanas de verano / en que llegues -¡con qué placer y alegría!- / a puertos nunca vistos antes. / Detente en los emporios de Fenicia / y hazte con hermosas mercancías, /nácar y coral, ámbar y ébano / y toda suerte de perfumes sensuales, cuántos más abundantes perfumes sensuales puedas. / Ve a muchas ciudades egipcias / a aprender de sus sabios".
Kavafis entrega imperativos, que supone nos harán más sabios, que la vida sea larga y vivamos placeres: "Que muchas sean las mañanas de verano", es decir, una vida a la carta.
"Ten siempre a Ítaca en tu mente. / Llegar allí es tu destino. / Más no apresures el viaje. / Mejor que dure muchos años / y atracar, viejo ya, en la isla, / enriquecido de cuanto ganaste en el camino / sin esperar a que Ítaca te enriquezca".
Ítaca te brindó tan hermoso viaje. / Sin ella no habrías emprendido el camino. / Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado. / Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, / entenderás ya qué significan las Ítacas".
El viaje de la vida para Kavafis, es disfrutar de cada etapa del camino, el viaje al interior de nosotros mismos. Lo más importante no es llegar, es enriquecerse de todo lo que nos aporta el camino de la vida.
Alicia Romero Silva,
historiadora