Héctor Díaz

La emergencia por incendios forestales que se ha vivido las últimas semanas en la zona centro-sur del país ha dejado en evidencia la necesidad de un ordenamiento territorial en zonas rurales y la regulación del desarrollo urbano en las comunas afectadas. Para los municipios la manera de llevar a cabo este ordenamiento es a través de un planoregulador comunal, instrumento donde se planifica el territorio, y que por ley, debe ser discutido, criticado y sancionado por la comunidad para su aprobación.

En el caso de Ñuble, 5 de las 21 comunas no cuentan con plano regulador y al menos otras 7 tienen planos reguladores desactualizados (desde 2010 o más antiguos). Trehuaco, Coihueco, San Nicolás, Yungay y Pinto son que no tienen plano regulador y los municipios más desactualizados son: Quillón (2007), Ninhue (2008), El Carmen (2009), Ñiquén (2009), Coelemu (2010), San Fabián (2010) y San Carlos (2010).

El alcalde de Pinto, Marcelo Ojeda, comentó que ya se está elaborando y que pronto iniciarán la quinta etapa del proceso. "Estamos ya en la cuarta etapa, para prontamente pasar a la quinta etapa que es la Consulta Pública (…) La comuna ya está más tranquila e informada", indicó la autoridad comunal, y agregó: "Pinto ha crecido en estos últimos años de una gran manera y no nos queremos ver perjudicados a futuro, pues tenemos claro que seguirá creciendo. Esto lo deberíamos haber tenido 20 años atrás", dijo.

Desde Quillón en tanto, el director de la Secretaría Comunal de Planificación (Secplan), Mario Gallardo, precisa que se encuentran en pleno proceso de actualización del instrumento, tras la licitación adjudicada semanas atrás por el consultor "Urbe Arquitectos" por un costo municipal por casi 270 millones de pesos.

"El proceso completo dura 1.049 días (más de 3 años), si es que todo sale bien, considerando que hay plazos que se pueden extender (…) actualmente vamos en la etapa de diagnóstico", dijo el profesional, valorando además la iniciativa del alcalde Miguel Peña de actualizar un instrumento que está "obsoleto" desde el 2007.

Gallardo enfatizó además que los municipios no influyen en la decisión del Plano Regulador Comunal, ya que "es el consultor el que diseña y lo visa el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (…) alertamos claro está los puntos urbanísticos de la comuna, loteos brujos, concentración de industrialización de galpones que no están regularizados, etc., pero ellos son los que proponen este Plano Regulador, mapa para el desarrollo de la comuna en los próximos 10 años".

Desde diferentes frentes existe consenso sobre la urgencia en la necesidad de regular la ocupación de suelos en el territorio urbano - rural, que sea integral y vele por la seguridad de sus habitantes.

Por lo anterior, el gobernador regional, Óscar Crisóstomo, aseguró que los planos reguladores comunales son fundamentales para evitar este tipo de catástrofes como la vivida las últimas semanas y comprometió apoyo conjunto desde el Gobierno Regional para la ejecución o actualización de los mismos.

"Una de las situaciones que debemos mejorar a propósito de la emergencia que todavía estamos viviendo, es cómo tenemos un nuevo pacto territorial que permita ordenar las comunidades, el territorio y el sistema productivo. Hoy tenemos un instrumento que son los planos reguladores, lo cual no todos los municipios tienen actualizado, ahí hay una tarea que tenemos que aportar entre todos, de hecho el Gobierno Regional de Ñuble ha hecho una apuesta para financiar planos reguladores; creo que ahí tenemos que ir cerrando alguna brecha", señaló Crisóstomo.

La autoridad regional agregó que "hoy en el mundo rural no hay ninguna regulación, y creo que ha sido parte de los problemas que tenemos actualmente entre esta convivencia que hoy no es sana entre las forestales, sistemas productivos de pequeña envergadura y también las viviendas", dijo el gobernador.

Visión profesional

El arquitecto Claudio Martínez, dijo que se debe resguardar la distancia entre las zonas boscosas y las viviendas, entre otros puntos importantes. "Por ejemplo en algunas zonas de Chillán y en muchas comunas rurales, los bordes de la ciudad son los fondos de las últimas casas, las que literalmente colindan con el campo y eventualmente con zonas boscosas o de alto riesgo para los incendios. Entonces los planes reguladores deberían efectivamente consultar por ejemplo dos cosas, que las calles tengan una calle de borde, no que la casa colinde con el campo y segundo, zona de exclusión, es decir ante una zona de bosques o de otro tipo de instalación agrícola o de riego, debe tener una distancia significativa que signifique un cortafuego", dijo el experto local.