EPresidente Gabriel Boric durante el 2023 acumula cuatro visitas a nuestra región, las cuales han sido gatillada por los incendios, sus efectos y consecuencias que para este momento son tema de la agenda social y económica nacional, que no sólo involucra a la última región creada en el país sino que suma a Biobío y a La Araucanía. En esa línea, el Gobierno tiene previsto invertir en el plan de recuperación post - incendios 229 mil millones de pesos que serán distribuidos en 5 grandes ejes.

Hasta el pasado lunes, el Ejecutivo considera que la inversión debe estar dirigida para que las personas afectadas recuperen o tengan un espacio que pueda ser habitado con dignidad impulsando la consolidación de infraestructuras sustentables y sostenibles. Además, el plan está diseñado para bridar apoyo psicosocial, y no menos importante y de gran relevancia, la reactivación productiva de las zonas devastadas.

Pero si bien esos grandes cinco ejes de atención prioritaria son a todas luces de interés para los que habitamos en las regiones afectadas por los incendios, la preocupación recae en el tiempo. ¿Tendremos la capacidad humana y tecnológica para tener al menos viviendas listas y dignas para los afectados, tomando como inicio hoy y prolongando los lapsos de construcción hasta el próximo 21 de junio cuando formalmente inicia el invierno. Pero antes de esa fecha ya las lluvias han llegado, han tocado muchos techos y con ellas las heladas.

Como casi siempre los desafíos que le han tocado históricamente a Ñuble no han sido chicos, pero los ñublensinos y quienes hacemos vida en esta región hemos sido capaces de salir adelante. La ayuda gubernamental e internacional ha sido esencial en todos los momentos críticos que se han vivido, y superar los incendios del 2023 no será una tarea que nos quede pendiente.

No es casual que nuestro Valle del Itata sea el lugar donde aún permanecen viñas que data de la época de Pedro de Valdivia, que han sobrevivido a terremotos, inviernos, veranos, heladas, hongos, bacterias y se mantienen allí firmes. E llas son la metáfora perfecta para representar la capacidad de los habitantes de la tierra de Bernardo O'Higgins.

Así que aunque el invierno nos toque la puerta muy pronto en distintas condiciones, en este temporada no vamos a claudicar porque saldremos adelante. Tal vez no de manera paralela con 5 ejes de atención gubernamental, pero si lo haremos con la fuerza y el conocimiento de todos los que habitamos esta hermosa tierra llena de gracia, fuerza y resiliencia.

José Luis Franco Montaña,

rector Santo Tomás Chillán

De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, Chile produce poco más de 17 millones de toneladas de desechos al año, y de éstas, 7,4 millones de toneladas se generan en los hogares. De esta manera, nuestro país es el segundo de América Latina que genera más basura per cápita, ya que en promedio, cada persona produce 1,1 kilo de residuos al día, pero solo el 10% va a reciclaje, cifra ínfima respecto de un promedio de 60% que va a reutilización en las naciones desarrolladas.

Sin embargo, en los últimos años ha habido avances en la materia. Según la Encuesta Nacional de Medio Ambiente de 2020, el 40% de los chilenos recicla, el doble que lo registrado en la encuesta de 2016.

La mayor cantidad de puntos de reciclaje responde al interés que hay en la ciudadanía por dar una buena disposición a los desechos susceptibles de ser reaprovechados, lo que ha llevado a que una importante cantidad de residuos no llegue a rellenos sanitarios y sea recuperado, como es el caso de metales, envases, papeles, cartones, latas de aluminio y vidrios. No obstante, la ciudadanía expresa en ocasiones sus críticas porque el retiro de los desechos no es oportuno, lo que significa que algunos puntos de recolección parecen convertirse en minibasurales.

El reciclaje se ha hecho parte de la vida diaria de familias, cuando depositan los desechos en los puntos limpios que han determinado las municipalidades.

Es muy largo el camino que queda por recorrer. Tal vez algún día se masifique la idea de que los residentes separen los productos y los camiones recolectores hagan un buen aprovechamiento de ellos, en forma segmentada, para que no terminen todos los desechos en los vertederos de basura.