Explotación del litio
En marzo se presentaría la Estrategia Nacional para crear la Empresa Nacional del Litio. Para ello, los ministros de Minería y Economía estaban citados a la Cámara de Diputados para exponer sobre las acciones que está realizando el Gobierno en el tema, sin embargo, no asistieron.
Hay preocupación de que una empresa nacional no sea el mecanismo más ágil. Alternativas como contratos de explotación similares a los existentes, concesiones o la formación de sociedades con participación público-privada son hoy todas opciones válidas frente al retroceso del país con respecto a la competencia mundial. Según el último estudio del banco de inversión JP Morgan, Chile caería en 2030 del segundo al cuarto lugar en producción de litio, después de Australia, China y Argentina.
Lo que definitivamente no puede hacer el Estado es seguir postergando la explotación. El litio incrementó su valor un 500% el 2021 y se proyecta que al 2050 la demanda se multiplique por 10. En 2022 el Estado chileno recibió más de US$5.000 millones por la explotación de este mineral, cerca de 1,6% del PIB y 6,4% de todos los ingresos fiscales del año pasado.
Los mercados son dinámicos y la competencia es alta, de ahí que es muy importante que Chile cuente a la brevedad con una política nacional del litio de largo plazo que tenga la necesaria flexibilidad para ir ajustándose, que considere la necesidad de fortalecer la cadena de valor a nivel local y promueva la investigación y desarrollo en torno a la industria del litio.
Lorenzo Reyes Bozo, decano de la Facultad de Ingeniería y director del Grupo de Investigación en Energía y Procesos Sustentables. Universidad Autónoma de Chile
Liderazgos en la educación técnico profesional
El sistema escolar enfrenta hoy múltiples desafíos. En este contexto, una pregunta que debemos plantearnos es si los equipos directivos de los establecimientos están preparados o no para afrontar estos retos y para dar respuesta a las nuevas exigencias que impone la sociedad a todos los actores educativos.
Dentro de este escenario -y a consecuencia de lo anterior- los líderes escolares se encuentran permanentemente tensionados, lo que los obliga a estar buscando continuamente nuevas estrategias para fortalecer su gestión y mejorar los aprendizajes de sus estudiantes.
Todo ello se acentúa para quienes lideran los liceos técnico profesionales del país, por cuanto sus estudiantes enfrentan complejidades que son muy particulares: inserción en el mercado laboral, aprendizajes con recursos insuficientes, alta vulnerabilidad, entre otros.
Por ello, quienes lideran este tipo de establecimientos deben poner a disposición todas sus capacidades. En este marco, adquiere gran importancia la figura del jefe de producción, profesional a cargo de la formación diferenciada TP, que debe cumplir funciones que son clave para los procesos formativos de los estudiantes: coordinar la práctica profesional, liderar a docentes de distintas especialidades, asegurar altas tasa de egreso y titulación, entre muchas otras.
Considerando que hoy existe consenso en la idea de repensar los liderazgos escolares, nos encontramos ante una gran oportunidad para relevar el rol de los líderes de los liceos técnicos profesionales y, en particular, legitimar el rol del jefe de producción, clave en el apoyo de los procesos formativos de los más de 155 mil estudiantes que cursan la enseñanza media técnico profesional en poco más de 930 liceos a lo largo de todo el país.
Armando Rojas Jara, Universidad del Desarrollo